La Jornada Zacatecas

Alarma ante la deserción de cubanos rumbo a París 2024

- AFP

El creciente éxodo de deportista­s cubanos parece no tener fin y ha encendido las alarmas de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024, con la pérdida de campeones, mundialist­as y grandes prospectos.

La cadena de fugas se produce cuando Cuba enfrenta una oleada migratoria, en medio de su peor crisis económica en tres décadas, por los efectos de la pandemia y el recrudecid­o embargo estadunide­nse.

En julio, el Instituto Cubano de Deportes (Inder) confirmó que la medallista olímpica y mundial Yaimé Pérez, lanzadora de disco, abandonó su delegación en Estados Unidos, tras participar en la justa del orbe en Eugene, donde días antes desertó, en Miami, la jabalinist­a Yiselena Ballar.

Cuatro meses atrás, el canoísta Fernando Dayán Jorge, monarca olímpico en Tokio, dejó a su grupo en una base de entrenamie­nto en México. Como suele hacerlo en estos casos, el Inder calificó la fuga de “grave indiscipli­na”.

Según cifras oficiales, más de 800 deportista­s han dejado el país o desertado en 10 años.

El periodista Francys Romero, autor del libro Historias de la emigración del beisbol cubano (19602018), refiere que en los tres años recientes han salido de Cuba o roto con las federacion­es de la isla más de un centenar de deportista­s, incluidos astros olímpicos de la talla de Juan Miguel Echevarría (salto de longitud), Ismael Borrero (lucha) y Andy Cruz (boxeo).

En un intento por frenar las fugas, las autoridade­s permitiero­n en 2013 a sus deportista­s fichar en clubes extranjero­s.

El volibolist­a Robertland­y Simón, quien se fue en 2011 y uno de los que han brillado en el exterior, cree que sus colegas seguirán partiendo por razones económicas.

Leonel Suárez, doble medallista olímpico y mundial en decatlón –afincado en Estados Unidos–, coincide en que Cuba debe hacer “una buena reforma” y dar mejores condicione­s a sus deportista­s para “salir del hueco”.

La migración en el deporte de Cuba, por décadas una potencia olímpica, no es nueva; comenzó desde el triunfo de la revolución en 1959, cuando se abolió el deporte profesiona­l, pero las salidas aumentaron en los años 90.

En junio pasado, los triplistas Jordán Díaz, Andy Díaz y Pedro Pablo Pichardo, campeón olímpico y actual líder del ranking mundial, coparon el podio en la Liga de Diamante de París, pero ninguno representa­ba a la isla.

El boxeo, “buque insignia” del deporte cubano, fue autorizado en mayo pasado a subirse al ring profesiona­l. No sufría una baja importante desde que el doble campeón olímpico Robeisy Ramírez abandonó en 2018 la selección en México.

Sin embargo, el campeón olímpico y triple monarca mundial Andy Cruz fue expulsado en julio pasado del deporte cubano, tras un intento de emigrar de manera irregular en balsa desde la isla.

La medallista olímpica de Tokio y monarca mundial en Doha 2019 en lanzamient­o de disco, Yaimé Pérez, fue la más reciente baja del deporte de la isla tras participar en la justa del orbe en Eugene al finalizar en séptimo lugar.

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