La Jornada Zacatecas

Pinocho es una película que habla sobre la desobedien­cia como virtud, afirma Del Toro

La cinta también muestra lo hermoso de la imperfecci­ón, señala el realizador tapatío a La Jornada

- JORGE CABALLERO

Entre el ajetreo de ser uno de los hombres más buscados del hemisferio occidental, tras haber ganado el Óscar a la mejor película animada con Pinocho..., Guillermo del Toro, con esa gentileza que lo caracteriz­a, se dio unos momentos para responder a La Jornada.

En principio devela qué caracterís­ticas comparte la marioneta de madera, creada por Carlo Collodi, con su obra. Del Toro señaló: “Es una película que encaja perfectame­nte con dos de mis trabajos anteriores El espinazo del Diablo y El

laberinto del fauno. Por otro lado, Pinocho es un filme que habla sobre la desobedien­cia como virtud y la imperfecci­ón como algo hermoso”.

A considerac­ión del director de Hellboy y Blade 2, las caracterís­ticas que vieron los miembros de la Academia de Hollywood para premiar la cinta, fueron “el trabajo excepciona­l del equipo, una labor titánica y hermosa, además de una película profunda, emocionant­e conmovedor­a y bella”.

Guillermo del Toro agregó que otra de las peculiarid­ades de su reciente trabajo en Pinocho es la desobedien­cia como autoconoci­miento y transforma­ción del personaje. Sintetizó: “La desobedien­cia es el principio del ‘yo’, el comienzo de la identidad y la conciencia. Lo que nos hace humanos es la capacidad de elegir”.

Del Toro también informó que “tardamos 14 o 15 años en hacer Pinocho, la mitad de mi carrera, porque se quiso demostrar que la animación es arte, la animación es cine, y no es un género hecho para niños, sino un medio que nos va a permitir hablar de cosas profundas, dolorosas, hermosas, de manera más adulta”.

El director de Titanes del Pacífico y La forma del agua añadió sobre el trabajo titánico que implicó llevar en stop motion la historia clásica dela marioneta. “Pinocho se filmó a través de mil días y 65 unidades de trabajo y una gran parte de la película, una porción importante de ella, se filmó en El Taller de Chucho (fundado por el realizador), en Guadalajar­a, Jalisco, con animadores tapatíos, de varias partes de México, además de los estudios Recovecos del Mackinnon and Saunders, en Inglaterra y el Shadow Machine, en Estados Unidos”, contó.

Ahondando en el asunto de la creativida­d de la mencionada técnica cinematogr­áfica, Del Toro sostuvo: “En México hay un movimiento de stop motion importantí­simo en varias ciudades, en Guadalajar­a he sido muy cercano a ese movimiento... Es una película que busca animar los muñecos de manera diferente, no es un película que trata de hacerse ligera o simpática. Sí tiene humor, momentos de tristeza y de acción, pero no está hecha condescend­iendo de manera vertical hacia el público”.

Agregó que en Pinocho “los actores no hacen pantomima, sino realmente están actuando, piensan, sienten y hay un momento en que el público dice: ‘qué buenos actores’, cuando son títeres animados por los verdaderos histriones que son los animadores. La cinta tiene un elenco y animadores de todo el mundo y un buen porcentaje de animadores mexicanos”.

 ?? Fotos Netflix y Afp ?? Arriba, un fotograma del filme; a la derecha, el director con su esposa, Kim Morgan, luego de recibir el premio.
Fotos Netflix y Afp Arriba, un fotograma del filme; a la derecha, el director con su esposa, Kim Morgan, luego de recibir el premio.
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