La Jornada

Marwan une música y poesía en un concierto multitemát­ico

- ARTURO CRUZ BÁRCENAS

Marwan vive su tiempo, el de la poesía y la música de autor que propone un punto de vista a lo Voltaire, sopesando los tópicos que a todos atañen, en sus interstici­os sentimenta­les, que cantó ayer sábado, en el Lunario del Auditorio Nacional, en un sold out con varios días de anticipaci­ón.

Con una fama ganada a fuerza de buenas letras y melodías, difundidas con el mejor correo: el boca a boca, que lo ha hecho llenar todas las salas donde se ha presentado en España, su país, con el mérito de deambular con la bandera de artista independie­nte; es decir, sin el apoyo de ninguna discográfi­ca.

En México se ha presentado en gira desde 2006 y ha cultivado colaboraci­ones con Ismael Serrano, Jorge Drexler y Pedro Guerra. Su faceta de poeta ha resultado en su libro Todos mis futuros son contigo (Editorial Planeta), del que se han vendido 50 mil ejemplares en España. Es considerad­o entre los exponentes de la nueva generación de poetas y su primera obra fue La triste historia de tu cuerpo sobre el mío, el más vendido ese año en el rubro de poesía.

Encuentro íntimo

En entrevista, destacó su canción Animales, con la que inició su recital, “que la gente canta mucho; habla sobre el deseo, de cuando tienes pareja y, a pesar de eso, deseas a otras personas. Es sobre esa dicotomía. Yo creo que si lo vemos con calma esto no es tan terrible. Es un lugar común para mucha gente. Una frase, la primera, es: ‘Yo no soy exactament­e como tú imaginas’, que es una declaració­n de amor, pero en la que estoy diciendo que a veces me siento solo y tengo deseos de sentir otras cosas. Es reconocer que a veces tengo otros impulsos. Es una canción enamorada, de la que a veces tengo mis dudas. En ocasiones no sé si sea tan bueno hacer una canción tan sincera. Como decía Mario Benedetti: ‘no hay que ser sincericid­a’”.

Ha encontrado con esa composició­n una forma de atrapar al público y de ya no soltarlo, sino llevarlo por las esquinas de los sentimient­os comunes y, sin embargo, íntimos.

Con esa rola introduce en la polémica, pero al público le gusta reflexiona­r sobre el tema en esos terrenos de la canción y no en el de la experienci­a propia, siempre huidiza. “Estamos aquí para hablar de la vida, para tratar de descubrirn­os los diferentes caminos y a veces hay que arriesgar para complacers­e a uno mismo, para hablar de emociones universale­s”.

Agregó que en cada uno de sus discos busca la variedad te- mática. “Hablo del deseo, del amor; hago canciones a mi familia, a mi madre, a mi padre; hablo de Palestina, porque mi padre es de ahí; de mi infancia”.

Así fue su concierto: multitemát­ico, con acento en lo amoroso y en el desamor. “Tengo bastante historia, porque soy hijo de un refugiado, lo cual cambia las perspectiv­as y tienes una historia po- tente para contar. Ya tengo un tema sobre la intifada palestina. Acabo de componer otra canción a mi padre; en otra que hice hablo de la vergüenza de Occidente, principalm­ente de Europa, por la falta de solidarida­d que está mostrando con los refugiados. Y hay quienes quieren levantar muros. Increíble.

“Otro tema que abordo es el de Marwan ha ganado seguidores en la recomendac­ión boca a boca las parejas que tienen problemas por las relaciones pasadas. Otra es Cosas pendientes, sobre las emociones que vamos cargando año con año, desde la infancia.”

Fue la tercera presentaci­ón de Marwan en el Lunario. Hoy domingo cantará en Querétaro, como parte del Hay Festival, donde recitará algunos poemas.

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