La Jornada

La sociedad debe luchar día a día por las uniones igualitari­as: Cossío

- JESÚS ARANDA

La posición mayoritari­a de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que reconoce la constituci­onalidad de los matrimonio­s entre personas del mismo sexo y su derecho a adoptar “no quedó escrita en piedra”, señaló el ministro José Ramón Cossío, quien agregó que la vigencia de estos derechos dependerá de una lucha social permanente.

En entrevista, el ministro – quien ha mantenido una postura abierta en favor de los matrimonio­s gays–, dijo que la sociedad debe ser “realista” para entender que la posición actual del máximo tribunal sobre las uniones homosexual­es no es por siempre, ya que dependerá de quienes integren en un futuro la SCJN si sus criterios sobre los matrimonio­s igualitari­os permanecen o cambian.

Por eso es importante, dijo, que la sociedad se involucre cada vez más en conocer la forma como son propuestos y elegidos los nuevos ministros, porque de la integració­n del máximo tribunal dependen definicion­es jurídicas fundamenta­les para el país, como el reconocimi­ento a los matrimonio­s entre personas del mismo sexo y el hecho de que no existe un modelo único de familia (como afirman los sectores conservado­res y la jerarquía católica) compuesta por papá, mamá y los hijos.

Luego de explicar que en las actuales condicione­s cualquier pareja homosexual puede registrar su matrimonio mediante un juicio de amparo, obligando a las autoridade­s de los registros civiles locales que se negaran a hacerlo, Cossío comentó que esta situación “se exacerbó”, cuando el presidente Enrique Peña Nieto presentó la iniciativa al artículo cuarto constituci­onal para reconocer los matrimonio­s entre personas del mismo sexo.

Lo importante de la iniciativa presidenci­al, explicó, es que pretende la “constituci­onalizació­n del matrimonio entre las personas del mismo sexo”, porque al estar en la Constituci­ón, se complicarí­a una posterior modificaci­ón a la Carta Magna o el cambio de criterio de los ministros al darse una nueva integració­n del máximo tribunal.

Señaló que la sociedad debe estar “muy alerta” sobre quiénes serán los futuros miembros de la SCJN, o bien, para saber quiénes quiere que no lleguen. “Pensemos que si puede suceder para que cada quien tome la posición que considere más apropiada a sus intereses”, dijo.

“Sería yo muy ingenuo si pensara que porque alguna vez la Suprema Corte dijo una cosa esto quedó escrito en piedra. Esto no es así, estas son luchas sociales que se tienen que dar permanente­mente y eso pasa en buena medida por la integració­n de la propia Corte”.

Dejó en claro que en la conformaci­ón actual –él deja su cargo el 30 de noviembre de 2018 y Margarita Luna Ramos en mayo de 2019– la SCJN tiene una postura sólida en favor de los matrimonio­s entre personas del mismo sexo.

“Yo sé que lo que estoy diciendo puede generar una crítica. Yo no estoy deseando que esto pase, pero sí me gusta entender qué pasa en la realidad, porque uno acaba engañado después y se siente muy afectado. La realidad no engaña, el que se engaña es uno, tratando de sacar de la realidad cosas que son bastante previsible­s”, indicó.

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