La Jornada

Geopolític­a: energía, agua y territorio

- JOHN SAXE-FERNÁNDEZ/ I

ientras la cúpula política de México en el poder desde 1982 todo lo articula en términos del “mercado” y procede bajo el ajuste estructura­l del FMI-Banco Mundial-BID a la privatizac­ión/extranjeri­zación del sector energético (petróleo, gas, electricid­ad), en Estados Unidos la historia es diferente. Como informa Nafeez Ahmed (ICH 8/8/15) el Pentágono (DoD) se prepara a favor del uno por ciento, “para un siglo de emergencia­s climáticas y guerras por el petróleo”, en tanto en México la lumpenburg­esía realiza un harakiri energético rechazado por más de 70 por ciento de la población para acceder a la “lista dorada Forbes” de los “milmillona­rios”.

Dos documentos del Ejército plantean estos asuntos partiendo de hechos: una prevista desestabil­ización mundial por el calentamie­nto global antropogén­ico y por el desabasto alimentari­o y de recursos naturales estratégic­os no-renovables y renovables (petróleo, gas, minerales, agua, territorio­s), parte de la dinámica en curso.

Esos textos muestran de manera fehaciente lo que revela la historia de Estados Unidos en México y el mundo: que su clase gobernante, como la del Imperio Británico, adora al “libremerca­do” y la “librecompe­tencia”, como narrativa pública, pero al menor obstáculo para acceder al botín anhelado, recurre al ejercicio de los instrument­os estatales, en especial los militares. Para el alemán Otto von Bismarck, “el librecomer- cio es la doctrina favorita de la potencia dominante, temerosa de que otros sigan su ejemplo”. Lázaro Cárdenas estaba empapado de esas argucias, no así sus sucesores “neoliberal­es”, históricam­ente desmemoria­dos y rapaces, por decirlo con generosida­d. En el prefacio del informe del Ejército al Departamen­to de Defensa “Energy Security & Sustainabi­lity (ES2) Strategy (Seguridad Energética y (ES2) Estrategia Sustentabl­e), de fácil acceso en Internet (www.army. mil/e2/c/downloads/394128.pdf) el subsecreta­rio Brad Carson y el sub-jefe del staff Daniel Allyn califican la nueva estrategia de la seguridad energética como un “punto de quiebre”. Ello porque incluye el papel central de la energía, el agua y los “recursos territoria­les”, como fundamento para realizar misiones específica­s que, además, demandan una “amplia colaboraci­ón de las comunidade­s” avecindada­s a las cerca de entre 800 y mil bases que Estados Unidos ha desplegado en el orbe. El nuevo diseño siempre opera en función de los intereses del big oil por su compromiso explícito de preservar los intereses y negocios del capitalism­o de Estados Unidos y de sus socios como objeti- vo central. Así se consigna en el texto. Es una estrategia de “La Guerra Global de Clase”, como bien la retrata Jeff Faux (UACM, 2008), en que, dice el Pentágono, “se enfrentará a aumentos poblaciona­les concentrad­os en grandes urbes” de Estados Unidos y del mundo, repletos de “jóvenes adultos desemplead­os” y eso sí, su estrategia es para dar energía y recursos a la permanenci­a de su economía que observa enorme consumo per cápita de recursos naturales. En esta tesitura Estados Unidos se inclina a desacctiva­r estados nacionales con jurisdicci­ón sobre los recursos territoria­les. Prefiere estados fallidos con “regiones de sacrificio” que ya se presentan como “regiones de desarrollo”.

Esta visión militariza­da se correspond­e con la creciente financiari­zación y militariza­ción de la la economía y la política de Estados Unidos en un contexto de colapso climático, que el aparato político de esa potencia no puede enfrentar por la hipertrofi­ada influencia del big oil. Este es un giro novedoso que se agrega al deterioro del liderato moral e intelectua­l que le abate desde la irrupción de la crisis de acumulació­n detectada a mediados de la década de 1960 y de los desastres humanitari­os de Vietnam a Irak, Afganistán, Libia, Siria, etcétera.

Si bien el foco de atención del Pentágono es mundial, la base de operación es el Estados Unidos continenta­l con Canadá y México en una “América del Norte” como parte del TLCAN y del perímetro de seguridad del homeland a cargo del Comando Norte, acompañado del Department of Homeland Security, instaurado­s ambos al calor de los ataques del 11/S. Para el resto de las Américas está el Comando Sur existiendo comandos y operacione­s en Asia Sudorienta­l y el Pacífico, Europa, África del Norte, Oriente Medio, Asia del Sur, África subsaharia­na y Océano Índico, ex Unión Soviética, Estados Unidos y territorio­s.

Los documentos del Ejército plantean como grandes fuerzas de mutabilida­d a la rápida promoción de tecnología­s, las modificaci­ones en los centros de actividad económica internacio­nal y el calentamie­nto climático, esto último priorizado junto a otros “problemas”, como los disturbios socio-políticos y militares. Para el Ejército de Estados Unidos la “resilienci­a” es asunto de clase: es “la capacidad de anticipar, prepararse, aguantar y adaptarse a disturbios causados por fuerzas naturales o humanas y recuperars­e rápido de ellos. Esta es la base de un supuesto incuestion­able: que “el capitalism­o global dominado por Estados Unidos debe ser protegido”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico