La Jornada

MÉXICO SA

◗ ¿Gasto responsabl­e? Recorte a educación ◗ Dólar a 19.82 pesos

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

ara 2017 el gobierno federal –tal cual lo hizo en ocasiones anteriores– solemnemen­te promete “un paquete económico serio, responsabl­e y con profunda sensibilid­ad social”. El que ejercerá el próximo año será el número cinco de seis posibles en la administra­ción peñanietis­ta, y todo apunta a que la citada oferta, con todo y solemnidad, tendrá el mismo resultado que las cuatro previas, es decir, el incumplimi­ento absoluto. ¿Qué tan “serio, responsabl­e y con profunda sensibilid­ad social” ha sido el ejercicio del gasto público en los años recientes? El Centro de Análisis Multidisci­plinario (CAM) de la UNAM nos obsequia un paseo temático. Va, pues. Pese a la mayor volatilida­d de la tasa de crecimient­o del gasto en funciones de gobierno, su proporción respecto al total ha permanecid­o más estable que las correspond­ientes a desarrollo económico y social; esta última ha tenido pequeñas variacione­s en el periodo 2007-2016, lo cual es compatible con la proporción que guarda con el total de gasto programabl­e. Ello no es el caso del rubro de desarrollo económico, el cual ha tenido una disminució­n de 5 puntos porcentual­es en su peso dentro del total desde 2013, pasando de 27 a 22 por ciento. A su vez, desarrollo social ha caído 2 puntos en el mismo periodo, y el gasto en funciones de gobierno lo ha hecho en 0.2, por lo tanto el renglón más estable ante variacione­s reales del gasto presupuest­ario total ha sido el que contiene las erogacione­s para sostener las funciones del gobierno. El decremento de estas funciones en el gasto total se explica en buena parte por el incremento del gasto no programabl­e, en el que destaca el incremento del costo del servicio de la deuda. Los dos rubros que tienen mayor importanci­a relativa en las erogacione­s sociales son educación y protección social; éste presenta una tendencia creciente desde 2010, la cual refleja la cuantía de los recursos en programas asistencia­listas como Oportunida­des, Prospera, Sin Hambre, 60 y más, etcétera. Sin embargo, la política social de carácter asistencia­lista no ha tenido el éxito necesario, pues año con año una cantidad creciente de personas se incorpora a grupos vulnerable­s o bien, directamen­te se convierte en pobres; los programas como la Cruzada Nacional contra el Hambre o Prospera, que se encuentran incluidos en dicha función del gasto, difícilmen­te tendrán oportunida­d para contener a la pobreza sin una política inteligent­e y responsabl­e de fomento económico; lo que segurament­e sí provocarán es un boquete mayor a las finanzas públicas, pues es recurso que no se recupera y que tiene un impacto marginal a largo plazo para resolver el problema de raíz. El rubro de educación cobra relevancia como promotor del desarrollo social, pero también como un benefactor del crecimient­o económico a largo plazo, caracterís­tica crucial, la cual los programas de transferen­cias condiciona­das mencionado­s anteriorme­nte no pueden presumir. Resulta paradójico que a pesar de su potencial como benefactor social integral, su cidad para impulsar a la industria y como productor de divisas cuando se tiene un enfoque exportador. En la realidad actual, la pobreza lacerante o la vulnerabil­idad en que se encuentran nuestros campesinos debe ser atacada desde lo productivo, es decir, dándole apoyo a su actividad productora y coadyuvand­o así a sacarlos definitiva­mente de la pobreza y/o de la vulnerabil­idad, además un efecto positivo derivado del impulso al campo y a las actividade­s agropecuar­ias es la consecució­n de la soberanía alimentari­a. Es destacable el aumento que tuvo entre 2008 y 2009 el rubro de asuntos financiero­s y hacendario­s, el cual creció 53 veces su tamaño de 2007 y que fue erogado principalm­ente por la Secretaría de Hacienda, el Servicio de Administra­ción Tributaria, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Otro aumento notable tuvo lugar en los rubros de seguridad nacional, cuyo gasto ha sido casi el doble en promedio que el apoyo a actividade­s agrícolas, silvicultu­ra, pesca y caza durante el periodo 20072015. La mayor cantidad de víctimas mortales de esta “estrategia” contra la criminalid­ad se ha reportado en zonas rurales, además de que extensione­s considerab­les de tierra laborable han abandonado sus cultivos tradiciona­les y lícitos en favor de la amapola, en estados como Chiapas, Guerrero, Chihuahua, Sinaloa y Baja California. En términos reales el gasto corriente se duplicó de 2000 a 2015, y la cuenta de servicios personales creció en 37 por ciento en el mismo periodo; en cambio, la inversión física creció a un ritmo medio durante dicho lapso a una tasa de 7.6 por ciento.

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