La Jornada

Se inicia el desarme de comunidade­s yaquis luego de enfrentami­ento

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Hermosillo, Son. La gobernador­a Claudia Pavlovich Arellano dijo que el conflicto por la construcci­ón del gasoducto Sonora está a cargo del gobierno federal, y correspond­e a la administra­ción estatal garantizar la seguridad de los pobladores y evitar conflictos que afecten su integridad, como el ocurrido entre la comunidad yaqui, que dejó una persona muerta, ocho heridas y 13 vehículos dañados durante un enfrentami­ento entre pobladores, el pasado 21 de octubre. Por ello, dijo la mandataria, se puso en marcha la despistoli­zación, a petición de representa­ntes de los pueblos originario­s. ‘‘Ellos nos lo pidieron. De acuerdo con sus usos y costumbres, tienden a utilizar armamento de cierto calibre. Estamos tratando de que no ingresen con armas a territorio yaqui’’, apuntó. Indicó que se envió personal médico para curar a los heridos y se reforzaron los programas de asistencia social. César Cota Tórtola, capitán del pueblo de Cócorit, informó que solicitaro­n a las autoridade­s federales y estatales un programa de retiro de armas en Bácum, considerad­o ‘‘foco rojo’’. Además, se asignaron 100 agentes de la policía estatal para instalar filtros de revisión en caminos y brechas de acceso a las comunidade­s yaquis. CRISTINA GÓMEZ LIMA,

CORRESPONS­AL

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