La Jornada

“Soy el monstruo feliz”, dice maestra con Down

Tuvo la oportunida­d y los niños la aman

- AFP CÓRDOBA. DENVER. AGENCIAS

Con los ojos muy abiertos, los pequeños siguen el cuento que les narra Noelia Garella. Ninguno sabe que ante sí tiene a la primera persona con síndrome de Down que trabaja de maestra de prescolar en Argentina, y una de las pocas en el mundo.

Niños de dos y tres años rodean a La Noe, como la llaman en la escuela Jermonito, y la obedecen cuando les pide sentarse para contarles un cuento. Minutos después todos la imitan cuando abre la boca “como un tiburón”.

“Esto me encanta. Desde que soy chica siempre soñé con ser maestra porque me gustan los niños”, contó Noelia Garella, que se graduó en 2007 de maestra prescolar en la ciudad de Córdoba y empezó a ejercer en 2012, encargada del programa de estimulaci­ón temprana a la lectura en el colegio Capullitos. “Muy rápido nos dimos cuenta de que tenía mucha vocación y daba lo que más aprecian los niños de las salas maternales, que es el amor”, repasa Alejandra Senestrari, ex directora de esa escuela.

Si bien Noelia aún recuerda dos episodios nefastos de discrimina­ción cuando era niña, hoy con 31 años de edad y cuatro de docente, cuenta con orgullo su experienci­a de inclusión.

“Con los niños siempre me siento bien, sus padres me adoran y las otras maestras y las directoras que he tenido son unas divinas”, asegura.

Desde enero, junto a otra maestra, está a cargo de la sala de primer año en el Jardín Maternal Jeromito.

“Este año tengo un síndrome de Down”, dice entusiasma­da delante de su madre, Mercedes Cabrera, ex empleada estatal jubilada. “¡Ay, es hermoso cuando nace alguien como yo!”.

Con el mismo tono de intriga pícara que imprime a cada comienzo de cuento, Noelia relata con sonrisa amplia algo que su madre recuerda con lágrimas: el día en que la directora de un jardín dijo a los padres: “Aquí, señores, monstruos no; síndromes de Down, no.

“Esa maestra para mí es como el cuento que les leo a los chicos: un monstruo triste, que no entiende nada y se equivoca, en cambio, yo soy el monstruo feliz”, sostiene.

Delfor Garella, padre de Noelia, recuerda otro golpe bajo. “Cuando nació nuestra primera hija el médico me dijo: ‘Tengo una mala noticia que darle’; yo enseguida pregunté si había muerto, y me respondió: ‘no señor, peor, es Down’”, cuenta este ingeniero civil también jubilado.

Al margen del trabajo, Noelia se desvive por el baile, “sobre todo bachata y reguetón”. Según su familia es la más sociable del clan. “La Noe es la que más sale, siempre tiene un plan con amigos”, dice su hermana.

Si hay que nombrar dos caracterís­ticas sobresalie­ntes de Noelia serían una autoestima que brilla y un optimismo a prueba de todo prejuicio. Así se ganó la empatía de sus colegas.

“No hubo trabas”, aseguró Senestrari, hoy supervisor­a de prescolare­s municipale­s en Córdoba. Lo que hubo fue un planteamie­nto “desde un lugar de responsabi­lidad”, que consideró que alguien con síndrome de Down no podía estar a cargo de alumnos. Pero la duda propició un debate con padres, maestros e incluso el alcalde, que concluyero­n que el trabajo de Noelia debía dignificar­se.

Así se le dio la oportunida­d de ejercer de maestra de asignatura­s especiales, como los talleres de lectura temprana. “Con el tiempo, esa gente (que se resistía) acompañó la iniciativa de sumar a Noe como docente”, apuntó Senestrari. Los Broncos de Denver, actuales campeones de la NFL, aprovechar­on ayer los errores de Texanos para vencerlos 27-9 en una jornada en la que Arian Foster, corredor de los Delfines y ex jugador de Houston, anunció su adiós definitivo de los emparrilla­dos por una serie de lesiones.

Tres touchdowns en el segundo y tercer cuarto, uno de ellos con un pase corto del mariscal Trevor Siemian que recibió Demaryius Thomas en la esquina de la zona roja, así como dos goles de campo de Brandon McManus, de 22 y 32 yardas, en el último periodo, fue- ron suficiente­s para los campeones ante un rival que tuvo bajas de sus esquineros por lesiones.

Para los monarcas representó el quinto triunfo en la campaña por dos reveses, en tanto que Houston dejó sus números en 4-3 en la conclusión de la semana siete.

Antes del encuentro, Arian Foster anunció su retiro con una carta que subió a su cuenta de Twitter.

“Llega un momento en la carrera de todo atleta en el que su ambición y su cuerpo ya no están en la misma página. Llegué a ese punto. Es difícil escribir estas líneas, porque este juego ha sido todo para mí, mi terapia, diver- sión y mi enemigo”, dijo Foster tras ocho temporadas en la NFL llevando la camiseta con Miami, su último equipo, con el que jugó solamente cuatro partidos.

Foster, en Houston de 2009 a 2015, fue líder histórico en acarreos (mil 454), yardas (6 mil 472) y anotacione­s por tierra (54).

El mariscal de campo Geno Smith, de Jets, quedaría fuera de la temporada al confirmars­e la rotura de ligamentos en la rodilla derecha durante el partido que su equipo ganó a Cuervos de Baltimore, el domingo. Su lugar sería ocupado por Ryan Fitzpatric­k.

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El quarterbac­k Trevor Siemian, de Broncos, tuvo mejor desempeño que su contrapart­e Brock Osweiler, ahora con Houston, luego de su paso por Denver ■ Foto Afp

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