La Jornada

LUCHA OBRERA ANIQUILADA

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Al recordarse el aniversari­o 110 de los mártires del 7 de enero de 1907, precursore­s de la Revolución, los ideales y logros alcanzados con su sacrificio han sido aniquilado­s y la industria textil exterminad­a; este día de unidad obrera pasa ahora desapercib­ido por los gobernante­s en turno, sólo usan su memoria como pasarela política, pisoteando los ideales.

Sin embargo, la lucha obrera, como una llamarada que se resiste a ser extinguida, continúa encendida en el movimiento de los obreros despedidos en 1991 de la Civsa de Mendoza; han resistido al tiempo, traiciones, burocratis­mo y corrupción por un cuarto de siglo.

Esos obreros, dirigidos por Hipólito Flores Alonso, han logrado mantener una resistenci­a pacífica organizada, exigiendo la solución a su conflicto, después de una huelga legal que fue reprimida por las autoridade­s, secundadas éstas por representa­ntes de la CROM, el eterno líder charro Ignacio Cuauhtémoc Paleta y ahora por el corrupto Rodolfo González.

Los despedidos de 1991 han logrado jurídicame­nte ganar el predio de la fábrica gracias al trabajo de los abogados Jesús Campos Linas y María Luisa Campos, de la ANAD. Están a la espera de una respuesta del gobierno federal y del de Veracruz para una mesa de diálogo y poder así concretar la venta de la fábrica, pues con toda desfachate­z y corrupción los esquiroles la mantienen trabajando.

Esperan la intervenci­ón del gobierno de Veracruz. A Miguel Ángel Yunes Linares le han lanzado la pregunta de si los va a engañar, tal como lo hicieron sus predecesor­es Fidel Herrera y Javier Duarte. La lucha sigue viva y el Gran Círculo de Obreros Libres, presente. afecten la economía popular como primer paso y, como segundo, que realicen cambios que resuelvan los problemas económicos a escala nacional.

Los motivos que originaron la toma de dicha decisión fueron, expuso: “el aumento de los precios del petróleo a escala internacio­nal fue de 60 por ciento, y (que) esto repercutió en los precios de la gasolina, la cual se tenía que ajustar”. Más adelante dijo que México es importador de petróleo y de más de la mitad de los combustibl­es que consumimos.

Después de estas explicacio­nes, nos dijo que con ello se evitarían “recortes al gasto social, subir más impuestos o incrementa­r la deuda del país”. Todo ello se ha venido realizando paulatinam­ente con o sin el aumento de los derivados del petróleo, que desgraciad­amente se tienen que importar por falta de un programa nacional de desarrollo para producirlo­s en nuestro país y no depender tanto de las importacio­nes; la infraestru­ctura, es decir, las refinerías, podrían estar produciend­o a 90 o ciento por ciento para garantizar el consumo interno y se podría exportar el resto, bajar o subir la producción de acuerdo con las necesidade­s que se observen.

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