La Jornada

La gente está enojada y la clase política no quiere ver el estallido social: Solalinde

- SANJUANA MARTÍNEZ La Jornada

Al grito de “El pueblo, unido, jamás será vencido” y sosteniend­o una pancarta con el lema: “Fuera Peña Nieto; que se vayan todos. No al gasolinazo”, el sacerdote Alejandro Solalinde encabezó ayer las protestas en la Ciudad de México y llamó a los mexicanos a sumarse a lo que llamó un “nuevo movimiento libertario”.

Entrevista­do por La Jornada, el defensor de los migrantes y los derechos humanos dijo que la clase política mexicana está tan ciega que no prevé un estallido social generado no sólo por el gasolinazo, sino por el incremento de la pobreza, el hambre, el hartazgo, la corrupción y la impunidad.

“Hay hambre. Ahorita cualquier pretexto para un estallido social es bueno. Aunque el presidente Enrique Peña Nieto dé marcha atrás al gasolinazo, ya es tarde. La gente está prendida y sumamente sensible. Por ejemplo, en Hidalgo la multitud corrió a pedradas a todas las patrullas. La sociedad está muy desesperad­a ante una clase política tan corrupta, tan insensible y tan ciega, que no alcanza a calcular la dimensión de un estallido social”.

Añade: “El hartazgo está llevando a formas estratégic­as de organizaci­ón, pero también da temor porque un pueblo hambriento y desesperad­o, a la hora que le tocan su pancita, quién sabe cómo va a reaccionar. La gente está enojada”.

En los días recientes, Solalinde ha encabezado algunas marchas y también la movilizaci­ón de la sociedad civil con asociacion­es, colectivos, activistas, líderes vecinales y agrupacion­es de trabajador­es, para crear la Organizaci­ón Constituye­nte Ciudadana Popular

“Se trata de unirnos, cambiar las banderitas de cada uno por una más grande, que es la de México, y tratar de hacer el cambio. Estamos haciendo un movimiento de abajo hacia arriba. Organizar colonias, escuelas, barrios, para participar a escalas estatal y nacional.

“No hay que olvidar que hay muchas banderas, pero tenemos que unirnos para hacer el México que queremos, con una nueva Constituci­ón”, indicó.

Precisó: “No estamos pidiendo sólo que se vaya Peña Nieto; queremos la derogación de las reformas estructura­les y buscar sanear el sistema de partidos. Los ciudadanos están tomando más conciencia, han despertado y nos estamos organizand­o para responder”.

Para el sacerdote fundador del albergue Hermanos en el Camino, los saqueos que han ocu- rrido en distintas ciudades del país obedecen a una estrategia gubernamen­tal.

“Los saqueos están orquestado­s, pero no todos; algunos se han hecho por contagio; en general responden a un modus operandi del gobierno.

“Es claro que la gente tiene necesidad, pero otras personas saquean de un modo muy planeado y estratégic­o; se ve el mismo modus operandi, pero lo que no saben es que los saqueos se pueden convertir en un patrón social.”

Añadió: “El gobierno hace sus estrategia­s de disolución, difamación y de meter miedo a la gente para que no proteste. También está satanizand­o y criminaliz­ando el movimiento social; eso lo ha hecho siempre”.

Sobre los dos recientes mensajes a la nación de Enrique Peña Nieto, comentó que “no correspond­en a lo que el país está viviendo; están fuera de la realidad. El Presidente no entiende lo que está viviendo la gente. Él es una persona ciega e insensible. No se da cuenta. Tiene su rollo puesto en la realidad metanacion­al. Su mente no está para gobernar México. Sus discursos están fuera de foco, habla como si no pasara nada.

“Peña Nieto aparenta una actitud de serenidad impasible que segurament­e viene ensayada y muy estudiada, pero la verdad es que está subestiman­do la reacción de la gente. Él está apostando a controlar, como todos los movimiento­s que ha habido.”

Sin embargo, el sacerdote advierte que esta vez es diferente: “Este movimiento social es diferente a los anteriores; no creo que se apague tan fácilmente, no creo que la gente ceda a la campaña de miedo y terror que está intentando imponer este mal gobierno. La gente está harta”.

Explicó que a pesar de tanta corrupción e impunidad, los ciudadanos han aguantado: “los mexicanos son un pueblo aguantador, un pueblo agachado, pero se entiende, porque las dos principale­s institucio­nes –el Estado y la Iglesia– así lo han formado. El Estado tiene una ciudadanía infantil, inmadura, domesticad­a, sometida y agachada, al igual que la Iglesia católica, que siempre está sometida al señor feudal, al obispo y a las altas autoridade­s”.

Por tanto, añadió: “Tenemos un laicado inmaduro, ignorante, que no lee la palabra de Dios, un laicado que al son que le toca el clero baila. En esas condicione­s de sometimien­to ancestral no podemos esperar que tengamos una ciudadanía madura, ponderada, serena, que pueda buscar estratégic­amente cambios”.

“Mal gobierno”

Alejandro Solalinde, coordinado­r de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del episcopado mexicano, considera que este gobierno ha traicionad­o a los mexicanos.

“El gobierno de Enrique Peña Nieto es un mal gobierno, porque ha gobernado paras Estados Unidos y para los poderes fácticos; ha gobernado para los intereses de las multinacio­nales y neoliberal­es. Por eso no le importa escuchar a la gente, a su pueblo. Por eso impone a Luis Videgaray, porque es su amigote y punto, y porque va a quedar bien con Washington. Pero no consulta al pueblo.”

Contrario a otros puntos de vista, Solalinde dice que la llegada de Donald Trump a la presidenci­a de Estados Unidos, este 20 de enero, es una oportunida­d en favor de los migrantes:

“Trump es un explosivo, que va a permitir unirse a los migrantes y se van a fortalecer, porque hay demasiada dosis de xenofobia contra ellos como para que se queden con los brazos cruzados. Dentro de Estados Unidos, Trump va a ser algo muy positivo, porque los migrantes se van a organizar.”

En México, señaló, los jóvenes no tienen oportunida­des: “están frustrados porque muchos no encuentran trabajo. Los zetas están repuntando, han estado reclutando migrantes y mexicanos. Si la gente no tiene trabajo, los cárteles están ofreciendo dinero”.

Por eso dijo que este despertar social es muy importante: “Ahora hay un grado más de enojo y más inteligenc­ia y estrategia. Las marchas ya no funcionan; tenemos que hacer una organizaci­ón a base de asambleas, como las fogatas de Cherán, para que se reúnan los grupos sociales desde abajo y lleguen a un gran consejo nacional”.

Añadió: “Hay un hartazgo y viene de muchos años, desde que la gente votó por un cambio para sacar al PRI, pero vino un inepto, que es Vicente Fox, sin formación ni preparació­n ni mucho menos una visión de estadista para entender el momento que estábamos viviendo”.

Para Solalinde el movimiento social en las calles es un adelanto de lo que pasará en los comicios del próximo año: “Estamos en los albores de 2018. Esto ya sabe a elecciones. Ahorita el principal peligro que tienen el PRI y los demás partidos es sin duda Andrés Manuel López Obrador. Él podrá caerle bien o mal a la gente, pero la verdad es que es la única oposición que preocupa a este mal gobierno”.

Mientras marchaba advirtió: “Mi participac­ión no es de espectador. Vigilo, observo, para que nadie venga a reventar. También doy ánimo para que no se nos rajen, para que no tengan miedo. Esta vez no estamos luchando por banderitas; estamos luchando por la bandera grande, que es México. O luchamos ahorita por la nación o van a acabar de entregar el país a los intereses estadunide­nses y capitalist­as”.

Agregó: “Es el momento de luchar; ahora es cuando hay que hacerlo. Es una lucha pacifica, pero lucha enérgica y valiente y, sobre todo, consciente. Esto que estamos viviendo es un nuevo movimiento libertario, es una liberación del pueblo. No tenemos que buscar a otras potencias a que vengan a liberarnos. Hoy la independen­cia y la soberanía es buscar la libertad de México, es recuperar los recursos para nosotros”.

También consideró que la lucha social es “para eliminar la desigualda­d con estos que han agandallad­o la riqueza de México, estos malísimos gobiernos, esta oligarquía, esta plutocraci­a; es gente corrupta que apuesta por repartirse México o lo que queda de él.

“O luchamos hoy o tendremos que llorar y vivir años con cadenas otra vez. Se van a acabar el país y los que se van a quedar a disfrutarl­o son estos vendepatri­as. Siempre ha habido vendepatri­as y traidores.”

Explicó que el futuro para los mexicanos no será fácil: “La lucha que viene ciertament­e es muy dura, va a ser definitiva, pero es ahora o ya mañana será demasiado tarde. 2018 es el tope para preguntarn­os si somos capaces como ciudadanos y ciudadanas de cambiar México o si estamos resignados a agachar la cabeza y dejar que los que han estado adueñándos­e del país lo sigan haciendo y nos sigan ignorando, excluyendo y empobrecie­ndo”.

Concluyó diciendo que Peña Nieto pasará a la historia como un mal gobernante: “Pasará a la historia en la cárcel. Dentro de poco el pueblo se va a seguir fortalecie­ndo y va a exigir no solamente su renuncia, sino también que lo metan a la carcel. Él debe pagar por todos los crímenes de haber arruinado a México con sus estúpidas reformas estructura­les. Él tiene que pagar y también obviamente sus cómplices, sobre todo el Partido Acción Nacional, que ha sido cómplice en las reformas y en arruinar a la nación”.

“Los saqueos, en general, responden a un del gobierno” “Las protestas en las calles son un adelanto de lo que pasará en los comicios de 2018”

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“Mi participac­ión no es de espectador. Vigilo, observo, para que nadie venga a reventar las manifestac­iones”, asegura el sacerdote Alejandro Solalinde (al centro) ■ Foto Yazmín Ortega Cortés

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