TECNÓCRATAS SE REPARTEN CULPAS
Después de 33 años de seguir al pie de la letra los dictados del Fondo Monetario Internacional, de una estricta disciplina fiscal que encareció el costo de los servicios públicos, de mantener congelados los salarios en sus niveles más bajos desde el porfiriato, de aniquilar todo tipo de protección y apoyo a la industria nacional vuelve a estallar una severa crisis económica de las mismas dimensiones que las que ocurrieron en la década de los 70: macrodevaluación del peso, estancamiento económico, especulación, fuga de capitales.
Los tecnócratas han culpado históricamente de estas crisis al Estado benefactor, al gasto e inversión pública: en una palabra, a lo que ellos llaman populismo y que en su momento logró un crecimiento económico en México de 7 por ciento en promedio, durante 30 años, y ahora culpan de la crisis actual a las mismas fuerzas infernales que ellos despertaron: el anarquismo del mercado.
En resumen, o son muy ilusos, o son muy corruptos.
Por otra parte, el 6 de enero, Raúl Rojas González nos informa en La Jornada que la OCDE calcula en 13 mil millones de dólares; es decir, 273 mil millones de pesos, el costo esperado del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.
Se puede afirmar, sin mucho aventurar, que el pueblo de México está pagando con el gasolinazo el juguete más caro de Peña Nieto, el legado más catastrófico de su nefasto gobierno.
¿Todavía será posible detener este atropello?