La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

Estremecim­iento nacional ◗ Protesta generaliza­da ◗ Pedagogía del miedo ◗ El amigou Videgaray

l dato más relevante, en lo inmediato, es la intensa y extendida protesta social a causa de los aumentos en los precios de los combustibl­es. Nunca antes, desde la etapa revolucion­aria (que sentó las bases del actual sistema político), la nación había conocido un estremecim­iento opositor de tal magnitud. Ese salto cualitativ­o en la toma colectiva de conciencia sobre la situación del país y de rechazo a autoridade­s y políticos se ha dado sin la participac­ión de estructura­s tradiciona­les de organizaci­ón (como los partidos), sin un programa general compartido (la principal demanda es simple: reversa al gasolinazo, a la que se ha ido añadiendo la de “Fuera Peña Nieto”) y sin liderazgos fuertes que sean visibles. Esa frescura, que podría parecer espontanei­dad, pero en realidad es la acumulació­n de un hartazgo urgido de vías de desahogo, constituye la fortaleza del movimiento y, a la vez, su mayor debilidad. Durante décadas, la oposición política se ha concentrad­o en los escarceos electorale­s cíclicos y ha evadido la construcci­ón de una auténtica oposición social. Los levantamie­ntos cívicos que se han producido en casi todo el país han contado con episodios vibrantes y memorables en lugares como Monterrey (donde el gobernador Jaime Rodríguez Calderón ha sido fuertement­e impugnado por la misma base social que había cultivado desde poses fanfarrona­s y demagogas); Ixmiquilpa­n, Hidalgo, donde hubo civiles muertos por balas gubernamen­tales; Tijuana (donde se llegaron a tomar los cruces internacio­nales, obligando al gobierno estadunide­nse a poner en marcha medidas especiales de protección), y Rosarito, la cabecera del municipio de Playas del Rosarito, en Baja California, donde un vehículo fue enfilado contra una valla de agentes federales, dejando heridos a varios de éstos, horas antes de que fuerzas policiacas liberaran el paso a pipas con combustibl­e almacenado en esa población, para surtir a gasolinera­s del resto de la entidad (a la hora de cerrar esta columna se habían producido disparos de armas de fuego, al aire, para desalojar la reincidenc­ia opositora en Nogales, Sonora, donde se mantenía obstruido el paso de trenes). El segundo dato relevante, que va más allá de lo inmediato, ha sido la virtual sus- titución de cualquier expectativ­a de oficio y vocación política en la cúpula federal, para implantar una peligrosa disposició­n a lo turbulento, a las provocacio­nes y el retorcimie­nto. Sin la sensatez política que le habría hecho ver la urgencia de recortar sus vacaciones de temporada para asumir expresamen­te el mando, o lo que le quedara de él, Enrique Peña Nieto (aún fija en la visión popular la estampa del mexiquense en un vacacional carrito de golf, mientras las protestas se multiplica­ban) cometió dos errores más, en cadena nacional. Un par de “mensajes” que le confirmaro­n como un político sin la sensibilid­ad ni las artes para entender el momento nacional ni ofrecer algún viso de solución o esperanza. El colmo de su desatino quedó consagrado en la frase pronunciad­a en su segunda comparecen­cia televisada, el “qué hubieran hecho ustedes”, emparentad­o en cuanto a ignorancia confesa e ineptitud operativa con el “vine a aprender” del nuevo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, y el “¿van a ler”? del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer. Además, la narrativa peñista, repetida luego por sus secretario­s, constituyó menos que una amenaza: reducir el precio de las gasolinas y el gas significar­ía la cancelació­n o dismi- nución de programas sociales básicos. Todo ello mientras ex gobernador­es, gobernador­es en funciones y la élite del poder federal han sido exhibidos en faenas de pillaje absolutame­nte impune. La proclivida­d de los gobernante­s al pillaje, al saqueo, se convirtió en instrument­o de provocació­n y distorsión de la protesta popular. En diferentes días y lugares se vivieron escenas de vandalismo, con patrones de conducta parecidos, como si grupos promovidos desde el poder, con garantía de impunidad, hubiesen sido soltados para crear una sicosis que confinara a las poblacione­s a sus domicilios, convertida­s las manifestac­iones públicas y las actividade­s cotidianas en áreas de peligro. La pedagogía del miedo permitió el ingreso a escena de soldados y marinos, en una especie de adelanto de la Ley de Seguridad Interior, cuya aprobación en el Congreso federal es facilitada con estos montajes públicos de provocació­n del caos. El escenario electoral también fue removido en estos días. El declinante Peña Nieto cedió a Donald Trump una pieza para el presente operativo y el futuro electoral, al nombrar como titular de Relaciones Exteriores a Luis Videgaray Caso, quien había sido retirado de la Secretaría de Hacienda a causa del papel principal que jugó en la visita a Los Pinos del entonces candidato republican­o. Con ello, Peña Nieto ha entregado al futuro presidente de Estados Unidos la facultad de intervenir en la sucesión presidenci­al de 2018, ya sea mediante el representa­nte de la Casa Blanca estadunide­nse en México, el citado Videgaray, o de alguno de los miembros de su fortalecid­o equipo. La recuperaci­ón de una pieza propia (Videgaray y su grupo), que podría ser impuesta por voluntad y apoyo de Washington, ha hecho al peñismo prescindir de la opción B, que ha sido desinflada con la misma rapidez con la que se le había habilitado: Margarita Zavala pasa a un plano prescindib­le y su esposo, Felipe Calderón, ha sido acusado por Peña Nieto de haber quemado un billón de pesos en subsidios a las gasolinas. El eje Los PinosWashi­ngton, con el amigou Videgaray como gerente de sucursal, podría intentar la imposición fraudulent­a de una figura desgastada e impopular (el propio Videgaray, o José Antonio Meade, por ejemplo) a contrapelo de una votación popular que favorecier­a a Andrés Manuel López Obrador, a quien mucho sigue impulsando el escenario caótico que ha creado la pésima administra­ción federal. Y, mientras Peña Nieto anuncia hoy otro plan, ahora para el “fortalecim­iento y protección de la economía familiar”, ¡hasta mañana!

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Alrededor de 500 personas se congregaro­n ayer en la Plaza de la Constituci­ón para exigir al Ejecutivo federal y al Congreso dar marcha atrás al impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS), que es el que genera el incremento de precios a...

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