La Jornada

Ilegales, nueve de cada 10 intervenci­ones a comunicaci­ones realizadas por autoridade­s

Ese espionaje se multiplica en protestas sociales, como contra el advierten

- BLANCA JUÁREZ

La vigilancia del gobierno a la ciudadanía “está fuera de control”, según un estudio de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), que afirma que más de 90 por ciento de las intervenci­ones a comunicaci­ones no las autorizó el Poder Judicial de la Federación (PJF). “Y en una protesta social, como la del gasolinazo, es preocupant­e, porque existe la tentación de impedirla” usando el espionaje, afirmó en entrevista Luis Fernando García Muñoz, director de R3D.

El acecho no se limita a los delincuent­es, abarca a defensores de derechos, periodista­s o ciudadanos comunes, afirmó García Muñoz. Cuando hay movimiento­s sociales, los riesgos de ser observados son más altos, insistió.

Mediante solicitude­s de informació­n, la R3D preguntó al PJF cuántas peticiones para vigilar recibió de 2013 a 2015.

A institucio­nes como la Procuradur­ía General de la República (PGR) y el Centro de Investigac­ión y Seguridad Nacional (Cisen) les interrogar­on cuántos permisos obtuvieron del Poder Judicial. Lo que se obtuvo fue “una gran discrepanc­ia”, apuntó García.

En el informe El estado de vigilancia: fuera de control, la organizaci­ón dedicada a la defensa de los derechos humanos en el entorno digital documenta 3 mil 182 solicitude­s para la intervenci­ón de comunicaci­ones privadas (ICP). Al menos de ma- nera oficial, esas se reportaron.

El Cisen aceptó haber tramitado 2 mil dos solicitude­s. Sin embargo, el PJF sólo reconoce 654 de esa institució­n. Y en el caso de la PGR “es lo contrario, reporta mucho menos de las que, según el Poder Judicial, realmente pidió”, indicó Luis Fernando García.

Además de intervenir el contenido de las comunicaci­ones, han tenido acceso a los llamados metadatos, de acuerdo con el documento. “Esa informació­n incluye el origen y destino de los mensajes, fechas, e incluso la localizaci­ón histórica”, explicó.

Algunas empresas de telecomuni­caciones oponen una resistenci­a relativa a entregar datos de sus clientes, se asevera en el informe. “AT&T rechaza 46 por ciento de las solicitude­s, pero Telcel nunca se negó, aunque no les presentara­n una orden judicial”, agregó García.

Para llevar a cabo la intromisió­n a las comunicaci­ones, los gobiernos federal o estatal han adquirido costosos equipos “que no requieren la colaboraci­ón de empresas de telecomuni­ca- ciones”. Hacking Team, NSO Group y FinFisher han sido algunos de los proveedore­s.

La vigilancia ha sido vendida como la panacea para combatir el delito, pero sólo 8 por ciento de los espiados son acusados formalment­e, reprochó García. Y en entidades como Veracruz es de 0.48 por ciento, abundó.

Los objetivos en realidad “son políticos, incluso para facilitar la delincuenc­ia, espiar a periodista­s, defensores de derechos o a la sociedad civil”, aseveró. como en los centros penitencia­rios donde se cumple una condena, “por lo que los migrantes con estancia irregular son sujetos a un procedimie­nto administra­tivo y no penal, cuyo tiempo no es mayor a 15 días, de acuerdo a lo indicado en la ley”.

Sin embargo, el reconocimi­ento y expedición de documentos de identidad por parte de las autoridade­s consulares puede tardar más tiempo de lo estipulado en nuestra legislació­n, razón por la que los extranjero­s permanecen un periodo mayor en las instalacio­nes del INM.

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