TRUMP, SINIESTRO TIMONEL DE LA POLÍTICA ESTADUNIDENSE
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, al menos por cuatro años, tendrá un significado trascendente, ya que entorpecerá el libre mercado capitalista en los distintos continentes de la tierra. A partir del 20 de enero de este complicado año, el que aparece como un siniestro timonel del sistema político estadunidense desplegará de manera autoritaria una recalcitrante política proteccionista para fortalecer el mercado interno de la todavía herida, pero al fin, potencia mundial.
Con todas sus fuerzas, Trump buscará contrarrestar la presencia de Europa, particularmente de China y de América Latina, donde, por cierto, México vive las adversidades en su deteriorada economía. Necesitamos una audaz postura de los migrantes nacionales para resistir y no ser deportados, y que se busquen formas novedosas de enviar sus billetes verdes al país para no empeorar la economía de sus familias.
Respecto a los energéticos, puede decirse que si el gobierno no resuelve los problemas ocasionados por el gasolinazo la espiral inflacionaria en los productos de primera necesidad seguirán al alza, y no serán ya bloqueos y protestas de transportistas y sectores medios los que estarán a la orden del día, sino llegará la movilización de los trabajadores del campo y la ciudad.
Si con la llegada de Trump el gobierno en turno no resuelve un ajuste en las cadenas productivas y fortalecimiento del mercado interno, los movimientos laborales volverán activamente a la escena política-social.
Finalmente, hay que valorar en estos días el gran esfuerzo realizado por Carmen Aristegui para nuevamente dar a la sociedad civil un espacio informativo crítico e independiente. presidente me duele” ¡Por favor, no se duela! ¡Responsabilícese de sus acciones y decisiones fallidas! Valore la terrible situación en que ha sumido a la enseñanza: escuelas descuidadas, maestros aturdidos por tratar de salir bien en una evaluación absurda, planes y programas ridículos y, por supuesto, millones de niños y jóvenes desatendidos en lo que debiera ser la principal razón de nuestros planteles, que es formar seres humanos.
¿De qué le sirve a un niño conocer si se trata de un triángulo isósceles si no conoce quién es él mismo? ¿Si no se sabe respetado y querido? ¿Si no tiene formas de expresar su mundo interior?
Se ha mencionado una y mil veces el craso error que ha significado quitar el arte y concretamente la educación musical de calidad de las escuelas. ¿Qué más se necesita que suceda para, al menos, comenzar a discutirlo seriamente?
La educación musical puede sublimar las frustraciones sociales, dar cauce a los sentimientos, apreciar la vida, desarrollar valores, hacer a los niños seres pacíficos, tolerantes, inclusivos, dar significado y valor al aprendizaje.
Pero hoy la han despreciado y barrido de la educación básica y las consecuencias funestas comienzan a surgir por todas partes. ¿Hasta cuándo?