La Jornada

Favorece Brexit a fabricante­s suizos de relojes por depreciaci­ón de la libra

- AFP GINEBRA.

Los fabricante­s de relojes suizos están en enhorabuen­a desde hace meses por el “efecto Brexit” que, al debilitar la libra, aumenta el poder adquisitiv­o de los turistas asiáticos.

Desde el referendo británico sobre la salida de la Unión Europea, la divisa británica perdió casi 14 por ciento frente al euro y 18 por ciento en relación con el dólar.

“Para los turistas asiáticos que realizan la conversión en relación con la libra, esto hace que los precios sean mucho más interesant­es para las compras de relojes”, resumió Jean-Daniel Pasche, presidente de la Federación de relojería suiza.

“El mercado británico crecía desde hace varios años”, declaró a la agencia de noticias Afp durante el Salón Internacio­nal de Alta Relojería. “Y llegó este efecto Brexit con la caída de la libra”, con el consiguien­te aumento de las exportacio­nes de relojes hacia el Reino Unido, añadió.

Sin embargo no se sabe qué pasará a largo plazo –matiza Pasche–, una vez activado el artícu- lo 50 para salir de la Unión Europea (UE).

La caída de la moneda británica provocó una disparidad de hasta 40 por ciento entre el Reino Unido y Estados Unidos en los precios de algunos modelos, destacó Rene Weber, analista de Vontobel.

Para evitar la emergencia de “mercados grises” (compra de relojes en un país para venderlos en otro embolsándo­se la diferencia de cambio) varias marcas subieron las tarifas localmente. En agosto, Patek Philippe, una de las empresas relojeras suizas más prestigios­as, las subió 10por ciento.

Prudencia

La diferencia de precios no ha pasado desapercib­ida para los turistas chinos ni para los clientes del mundo de los negocios. Algunos banqueros de Zúrich, por ejemplo, se esperan a viajar a la City londinense para comprarse un reloj. “Hicimos muy buenos negocios en Londres”, se felicitó Flavien Gigandet, miembro del comité ejecutivo de Parmigiani, una marca de prestigio que se dirige a un público de coleccioni­stas. “Pero no es porque una ciu- dad, de repente, sea más atractiva que vamos a distribuir a todos los minoristas”, insistió.

Londres es una ciudad “muy internacio­nal”, “una plaza financiera extremadam­ente importante” e “indispensa­ble” para los relojeros de prestigio, añadió, aunque reconoce no estar al abrigo de un giro igual de repentino pero en sentido contrario.

Los relojeros suizos están acostumbra­dos a lidiar con los cambios rápidos en los flujos turísticos, de los que dependen mucho sus ventas.

En 2014, la “revolución de los paraguas” en Hong Kong provocó la huida de los turistas chinos que se decantaron por otros destinos para la compra de productos de lujo, sobre todo por Japón y Europa, donde las tasas cambiarias respecto al yen y al euro los beneficiab­a.

París parecía entonces uno los grandes beneficiar­ios de estos flujos turísticos, hasta que los atentados de noviembre de 2015 truncaron el crecimient­o.

Las exportacio­nes relojeras suizas hacia el Reino Unido progresaro­n, por el contrario, 4.8 por ciento y no pararon de subir desde el referendo sobre el Brexit en junio de 2016.

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