MÉXICO SA
◗ Deuda incontenible Peña Nieto incumple ◗ Gasolina y cara dura
omo tantos y tantos otros “compromisos” incumplidos por el gobierno peñanietista, el relativo a “no endeudar más” al país en 2016 terminó en el bote de la basura. En los hechos, en el año en el que “ya no aumentará” el débito público su saldo creció la friolera de un billón 533 mil millones de pesos (incremento cercano a 20 por ciento), el mayor “salto” en lo que va del actual sexenio. Pese a las advertencias de los organismos financieros (como el FMI) y las calificadoras internacionales (que han degradado la nota de la deuda mexicana), amén de la supuesta austeridad y la promesa (incumplida, desde luego) del gobierno de Peña Nieto, el saldo de la deuda creció a paso agigantado hasta rozar la cota de los 10 billones de pesos. Así, en el transcurso de 2016, el año en que el débito público “no aumentará” (versión oficial), el gobierno peñanietista contrató deuda a razón diaria, en promedio, de 4 mil 200 millones de pesos, o si se prefiere, 175 millones por hora o casi 3 millones por minuto. En sus cuarenta y nueve meses (hasta diciembre de 2016) de estadía en Los Pinos, Peña Nieto y Luis Videgaray incrementaron 67 por ciento el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP, el indicador de lo que se adeuda), es decir, casi 4 billones de pesos. Ytodas las cifras que se anotan no las aportó el energúmeno de Trump, sino la mismísima Secretaría de Hacienda (Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública correspondiente al cuarto trimestre de 2016). Como parte del citado saldo histórico aparecen dos rescates del siglo pasado, ambos cortesía de Ernesto Zedillo: el bancario (Fobaproa-Ipab) y el carretero (Farac). Los mexicanos acumulan 22 y 20 años, respectivamente, pagando por esos voluminosos fardos y a pesar de ello su saldo crece y crece. Cuando Peña Nieto se instaló en la residencia oficial el saldo del Fobaproa-Ipab ascendía a 827 mil 762.2 millones de pesos; cuatro años después, y sin dejar de pagar un solo día, asciende a 892 mil 184 millones, es decir, casi 65 mil millones más, todo, desde luego, con carga a los mexicanos. Lo mismo sucede con el Farac (sin olvidar que un buen número de las carreteras “rescatadas” por el erario fueron devueltas a los empresarios “rescatados”). En diciembre de 2012 el saldo reconocido ascendía a 141 mil 379 millones de pesos, y al cierre de diciembre de 2016 llegó a 215 mil 269 millones; es decir, un incremento cercano a 74 mil millones, y en ningún momento los mexicanos han dejado de pagar ambos “rescates”. A estas alturas, y gracias a las maravillosas habilidades gubernamentales, la deuda pública supera 50 por ciento del producto interno bruto. Lo mejor de todo es que el “compromiso” fue “no endeudar más al país”. Y tan creíble resultó el citado “compromiso” como el actual “pronunciamiento” de los partidos políticos contra el megagasolinazo, del cual sabían desde que aprobaron la Ley de Ingresos correspondiente a 2017. Cercano ya el segundo aumento a los precios de los combustibles (3 de febrero), ahora todas las empresas políticas conocidas como partidos se rasgan las vestiduras y con todo cinismo “exhortan” a la Secretaría de Hacienda a que no autorice el alza, mientras el titular de ésta dice que intenta “suavizar” el martillazo. Cómo olvidar al “dirigente” tricolor Enrique Ochoa Reza, quien en diciembre pasado y enero del presente año un día sí y el siguiente también justificó el megagasolinazo decretado por Hacienda, mientras hacía circo, maroma y teatro para que alguno de sus correligionarios le hiciera eco. El susodicho decía que “el gobierno actuó de manera responsable al eliminar el precio artificial de los combustibles, pues de no hacerlo se habría tenido que hacer un recorte al gasto público por 200 millones de pesos”. Pues bien, ahora (ya debidamente instruido por sus jefes) el mismo personaje “exhorta” a la Secretaría de Hacienda a que “busque las mejores condiciones de solución para que en febrero, ante la condición actual del precio del petróleo y el tipo de cambio, no aumente el precio de los combustibles… Exijamos las mejores políticas públicas para que tengamos precios de combusti-