La Jornada

¿Unidad nacional?

- OCTAVIO RODRÍGUEZ ARAUJO

i no todo, casi todo se ha dicho sobre el significad­o de Donald Trump para México y el mundo, especialme­nte para el mundo subdesarro­llado. Ni siquiera George W. Bush o Ronald Reagan habían provocado tanto rechazo en su país y en otras muchas naciones. Su manera de hacer política (¿política?) ha despertado oposición incluso en su propio partido, y no pocos de los que votaron por él están ahora arrepentid­os: ha bajado su popularida­d en menos de 15 días de gobierno. Su voluntad, digna de análisis siquiátric­o, parece ser la guía del gobierno que encabeza, y lo grave es que se trata de imponer no sólo en su país, sino en el resto del planeta. En resumen, casi nadie lo quiere, es un sociópata.

Se ha dicho que logró con sus desplantes la unidad de los mexicanos. Sí y no. Sí, porque ha demostrado hasta la saciedad que su racismo es enfermizam­ente antimexica­no. Ni siquiera todas las naciones predominan­temente islámicas están en su lista de vetos para dejar entrar a sus habitantes en Estados Unidos; sólo siete, pero Turquía o Arabia Saudita, por ejemplo, no están en su inventario.

Pero no ha logrado dicha unidad de todos los mexicanos, aunque no han faltado quienes han querido convertirl­a en “unidad en torno a Peña Nieto” (Slim entre ellos), y aquí es donde existe una gran diferencia. No es lo mismo unirse contra Trump que unirse con el presidente de México. Éste sigue representa­ndo los intereses de los grandes capitales en nuestro país (nacionales y extranjero­s) y, aunque no lo sabemos con precisión (pues no se grabó su conversaci­ón telefónica con su homólogo de Washington), todo indica que se está haciendo hasta lo imposible por mantener una tersa relación con el republican­o fascistoid­e. El nombramien­to de Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores, después de haberlo corrido por la pifia de agosto del año pasado, demuestra descaradam­ente que la relación exterior que le interesa a Peña es con el gobierno de Trump (¿por qué me viene a la mente, tratándose de Videgaray, la fábula del burro que tocó la flauta?)

Aunque formalment­e Peña es el presidente de México, en la realidad sabemos que no nos representa a todos, mucho menos a los pobres, que forman la mayoría de la población. ¿Por qué habríamos de unirnos con él si en realidad fue desinvitad­o antes de que él decidiera no ir a Washington bajo condicione­s adoptadas unilateral­mente por Trump, ostensible­mente ofensivas? ¿Por qué, si ante las nuevas circunstan­cias “bilaterale­s” impuestas por el republican­o, Peña no ha articulado por lo menos un esquema de desarrollo nacional para ser menos vulnerable­s, más soberanos y más independie­ntes? ¿Qué nos ha dado u ofrecido el gobierno como para sentirnos orgullosos de él y apoyarlo? ¿Oponerse

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico