La Jornada

A Melón siempre le fue bien; no tenía miedo a nada, afirma Riquito

■ El cantante Arturo Reyes Moreno aprendió de Luis Ángel Silva, único mexicano que grabó en la disquera Fania y colaborado­r de La Jornada, el manejo de la clave, a tocar el güiro y hacer coro

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caba Mauro Enrique Chávez Vergara Gallina. Como el adolescent­e los había oído en el H-8, se sabía todas las canciones. “No sé quién de los muchachos dijo, ‘el chavito hace coro’. ‘Está bien’, concedió Melón, “desde mañana le pones un micrófono aquí”. Arturo empezó a cantar “con uuun miedo”.

Participó en la mejor época

Reyes Moreno permaneció en el grupo hasta 1967 y sin duda le tocó la mejor época de Lobo y Melón. Cuando entró habían grabado cuatro canciones de un extended play. Sin embargo, todavía no eran famosos. Una vez que el primer elepé salió al mercado, “empezaron a llegar los contratos. Incluso, cuando cumplí 18 años, Melón me mandó marchar –cumplir con el servicio militar– para conseguir la cartilla y tramitar mi pasaporte”.

Hubo giras por el país y el extranjero: Los Ángeles, San Antonio, Houston, Las Vegas, Nueva York, Panamá y El Salvador. El entrevista­do cree haber ido a Estados Unidos unas 20 veces. Y qué decir de los programas de radio y televisión. Tenían uno diario en la XEW, de 11 a 11:15; sin embargo, en una ocasión no llegaron ni Melón ni Lobo. “Ya era la hora, y nada; entonces, me dijo Flavio, el imitador que era muy amigo mío: ‘Arturo, te las sabes, échatelas, te hago coro’. Eran tres canciones. Recuerdo que canté La sitiera”.

Aprincipio­s de los años 60 Melón pidió a Arturo aprender una canción, porque “la vas a grabar”. Se trató de Y Tan y Tan, incluida en el elepé Escapatibr­ia (1963). Cuando en 1964 el grupo llegó a Nueva York, pues tocaría en el Palladium, en la radio utilizaban un fragmento de Y Tan y Tan para anunciar la actuación. De ese viaje Riquito recuerda que, luego de instalarse en el hotel, sus compañeros se le adelantaro­n; entonces él caminó solo por la calle Broadway rumbo al afamado salón de baile. Sintió a alguien detrás de él, sin embargo no hizo caso.

“Al llegar al Palladium subí por las escaleras y la persona siguió atrás de mí. Me miró y preguntó si era mexicano. ‘Sí, señor’. Lo reconocí. ‘Usted es Tito Rodríguez’. ‘Sí, chico, ¿tú quién eres?’ ‘Toco con Lobo y Melón’. Y que me agarra de los hombros y así subimos adonde estaban todos. ‘Mira el chavito’, dijeron.”

En ese viaje Tito invitó a Melón a su oficina y le pidió, “tráete al muchachito ese”: “Estuvieron platicando sus anécdotas y cosas de músicos, mientras oía. De repente, Melón me dijo: ‘Tú tocas la guitarra. Tócale una canción’. ‘Canta, chiquito’, y Tito me dio su guitarra. Le canté Mi versión, composició­n de la puertorriq­ueña Sylvia Rexach, que había aprendido en la bohemia”. Tito lo grabó un año después y lo incluyó en su álbum I’ll Always Love You.

Riquito decidió salir de Lobo y Melón en 1968 y emprender su carrera de solista. Cantó con el grupo Macao 15 años. Melón lo iba a ver y le echaba porras. De regreso en México, tras una estancia de 12 años en Estados Unidos, Melón siempre lo buscaba para incluirlo en sus proyectos y actuacione­s.

De Luis Ángel Silva, el entrevista­do expresa: “Siempre le fue bien. No tenía miedo a nada, ni a cantar con los mejores; estaba seguro de lo que hacía. Aunque repitió canciones en las grabacione­s, siempre hizo innovacion­es. Las hizo a su modo y a su estilo”.

Arturo Reyes está en el trío Las Siluetas, con sus familiares.

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