La Jornada

La sociedad contribuye a que no se ponga freno a la corrupción: comisionad­o de la PF

El país no ha dado pasos firmes hacia un sistema de transparen­cia, dice académica

- EMIR OLIVARES ALONSO

Es la sociedad la que ha debilitado los controles formales para cerrar las puertas a la corrupción, aseveró el comisionad­o de la Policía Federal (PF), Manelich Castilla Craviotto.

Agregó que la opinión negativa que la ciudadanía tiene de las corporacio­nes policiacas, que entraron en crisis a partir de que los índices de corrupción se elevaron, se basa más en la percepción que en la vivencia personal.

El funcionari­o participó en los foros universita­rios La UNAM y los desafíos de la nación, donde ayer se debatió en torno al tema de seguridad. En ese contexto, defendió la labor policiaca y enfatizó que las corporacio­nes estatales deben fortalecer­se para mejorar la estrategia contra la delincuenc­ia.

“Me llama la atención que cuando se habla de corrupción, todo mundo volteamos a ver a las corporacio­nes o a las institucio­nes, pero no nos volteamos a ver como sociedad, que ha empujado, que ha construido estos caminos para debilitar los controles formales y con eso abrir la puerta. (En los litigios, por ejemplo) la subcultura del pago de copias y la de agilizar los procesos en los juzgados son parte de la corrupción, pero que nadie las voltea a ver con la severidad con la que se ve a una persona uniformada en nombre del Estado relajando sus controles sociales”.

Al final, en entrevista, aseveró que las denuncias de violacione­s a derechos humanos por parte de elementos policiacos en el contexto de la estrategia gubernamen­tal contra el crimen organizado les han servido como lección.

“Cada recomendac­ión ha sido atendida y es una nueva lección de lo que tenemos que modificar, de lo que tenemos que apuntalar como prioritari­o en el actuar de las institucio­nes. Nosotros creemos con firmeza que hoy el respeto de los derechos humanos es el requisito para que un delincuent­e pueda pagar ante la justicia, y si no actuamos conforme a derecho, a lo que exige el cuidar y salvaguard­ar las garantías básicas aun de los delincuent­es, corremos el riesgo de que alguna situación de carácter legal evite nuestro propósito”.

En su turno, Patricia González Rodríguez, académica del Instituto de Investigac­iones Jurídicas y ex procurador­a de Chihuahua, señaló que las autoridade­s federales y estatales, incluido el presidente de la República, han carecido de voluntad política para dar paso a la fiscalía general de la República, que de acuerdo con la reforma constituci­onal de 2008, sustituirí­a a la Procuradur­ía General de la República (PGR).

Este aplazamien­to, subrayó, pone en riesgo la credibilid­ad de los sistemas de justicia y anticorrup­ción, y el país no ha transitado con pasos firmes al sistema judicial acusatorio, de transparen­cia y rendición de cuentas.

“¿Por qué no tenemos consolidad­a aún la reforma constituci­onal, si ésta fue desde 2008? Porque faltó voluntad política y un diseño institucio­nal de políticas públicas que permitiera­n ir gradualmen­te haciendo desaparece­r ese gran monstruo que es la PGR. Y digo que lo es porque dentro de ésta hay prácticas inquisitor­iales, corruptas y prácticas de violacione­s a derechos fundamenta­les. Ahí está la médula del problema: no podemos avanzar porque no se quiere destruir una institució­n del Ministerio Público de la Federación que ya no sirve”.

El rector de la Universida­d Naval, el almirante Luis Orozco Inclán, indicó que la seguridad nacional es una condición necesaria que proporcion­a el Estado para garantizar estabilida­d, integridad, soberanía y lograr los objetivos nacionales.

Sin embargo, acotó, a este concepto se han sumado otros como la seguridad pública y la seguridad interior. La primera está enfocada a salvaguard­ar la integridad de las personas y sus bienes, mientras la segunda no está definida en ningún documento aprobado por el Congreso.

Por ello llamó al Congreso a definir en una norma legislativ­a las acciones que deberán cumplir las fuerzas armadas, pues hoy participan en las labores contra la delincuenc­ia.

El ex presidente de la Suprema Corte de Justicia Guillermo Ortiz Mayagoitia coincidió en que la seguridad es el valor fundamenta­l de lo jurídico y fin esencial del Estado. Sin embargo, las cifras que indican que en el país hay más de 29 mil personas desapareci­das, 850 fosas clandestin­as y 60 mil desplazado­s muestran que se ha roto con este valor.

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