Resucitamos a un joven de 20 años y no sabemos qué sucederá: Amparanoia
Nueve años después de poner punto y final a Amparanoia, Amparo Sánchez (Alcalá la Real, Jaén, 1969) decide rencontrarse consigo y resucitar a su antigua banda para celebrar su legado y conmemorar el 20 aniversario de su primer disco, El poder de Machín (1997). El festejo comienza con El coro de mi gente, disco en el que repasa su cancionero en la mejor compañía.
Amparo Sánchez era una joven que recorría el barrio madrileño de Lavapiés con una guitarra a cuestas, que le servía para componer, pero también para cantar en los vagones del Metro para sacar algo de dinero para vivir. En 1997 creó el grupo Amparanoia, con el que, gracias a su música sin complejos, original, mestiza y comprometida, recorrió el mundo y con la que se convirtió en poco tiempo en una banda capaz de romper con la dictadura del marketing de las grandes discográficas.
“Nos despedimos en 2008 con el Bye bye Tour para cerrar una etapa y poder seguir creciendo e investigando, haciendo otras cosas. Pero todos estos años he tenido mucha presión del público, de promotores y de mi oficina de Sonde3, preguntando si hacíamos algo con Amparanoia”, admite la alcalaína.
Todos cooperaron
El vigésimo aniversario de su exitoso primer álbum se reveló como la oportunidad propicia para reflotar al grupo, en un proceso que empezó “llamando a amigos” para colaborar “y que terminó saliéndose” de aquel de- but para que los participantes “escogieran las canciones de Amparanoia que querían hacer.
“Se iba dando forma al álbum, yo tenía el inédito El coro de mi gente, que Macaco ha querido hacer conmigo, y a partir de ahí el resto de colaboradores fueron mandando sus grabaciones y fuimos haciendo el proceso de mezclas. Al mismo tiempo nos hemos centrado en reunir a la banda y organizar una gira que empezamos ya en abril”, señala.
“Al final, la música es lo que nos une a todos los que estamos en el disco”, subraya, antes de nombrar a Joan Garriga, Macaco, Manu Chao, Depedro, Aterciopelados, La Pegatina, Chambao, Sergent García, Fito y Fitipaldis, Calexico y Gaby Moreno, Fermín Muguruza & Broken Brothers Brass Band, Marinah, Esne Beltza, Mouse Et Hakim, Mimi Maura con Los Aggrotones y Sergio Rotman.
En el álbum no faltan nombres como Depedro y Manu Chao, esenciales en los primeros años de Amparo tras mudarse a Madrid, a mitad de los años 90. La cantautora española en las instalaciones de “Manu Chao fue el padrino de Amparanoia, el primero que me dijo que tenía que grabar y tenía que enseñar al mundo mis canciones”, destaca, para después añadir que con nombres de una nueva generación como La Pegatina también está presente “la renovación del mestizaje”.
Todo lo que está pasando con el regreso de Amparanoia es “una sorpresa” que está “disfrutando mucho. Estamos ahora en un tren; hemos resucitado a un joven adolescente de 20 años y no sé lo que va a venir”, señala al hablar sobre el futuro de Amparanoia a mediano plazo, más allá de los conciertos ya confirmados para todo 2017. “El plan es girar este año, y cuando esté acabando ya pensaremos lo que haremos en el siguiente”, avanza.
Sobre la nueva formación del grupo, destaca que, sin proponérselo, está integrada por “cuatro mujeres y cuatro hombres”, algo que hace 20 años “era muy difícil porque costaba mucho encontrar a una chica pianista, percusionista o lo que sea que quisiera hacer rock. Esa realidad ha cambiado hoy día, y algo de pionera sí que sé que puedo ser”, asevera.
“Pero cuando pasen más años tendré más perspectiva, porque en realidad 20 años no son nada. Muchas chicas me han dicho que cantan porque vieron que yo lo hacía y que era posible. Creo que irrumpí en un mundo de hombres con mis propias canciones. Había mujeres en la música, pero coescribían o les escribían otros”, explica.
Añade: “No somos muchas las autoras. En mi época estaban Aurora Beltrán, Mercedes Ferrer... de verdad, había muy pocas que escribiéramos y cantáramos nuestras canciones. De ser una mujer y estar al frente, me considero una pionera. Y dentro de la música mestiza, sin duda, muchas, al verme, se animaron a subirse al escenario para contar y compartir lo que tenían que aportar”.