La Jornada

Trump: también contra la ciencia

- ANA MARÍA ARAGONÉS amaragones@gmail.com

l embate de Donald Trump contra los migrantes mexicanos –a los que está deportando sin importar sus condicione­s, el tiempo que hayan estado viviendo y trabajando en Estados Unidos, con hijos ciudadanos estadunide­nses y sin haber tenido ningún evento con la justicia de ese país– se añade ahora la posibilida­d de que los llamados dreamers, es decir, aquellos jóvenes que llegaron de pequeños con sus padres indocument­ados, pero que se encuentran estudiando, puedan verse también afectados con la deportació­n, a pesar de estar protegidos por la orden ejecutiva de Barack Obama bajo la ley DACA. De hecho, tres de ellos han sufrido la deportació­n.

Pero ahora, en la medida en que muchas de sus propuestas han sido un fracaso, Trump dirige su atención hacia las visas H1B, las que, según su criterio, afectan a los trabajador­es estadunide­nses, pues se privilegia a los extranjero­s calificado­s a los que se les paga menos. Vuelve a enarbolar el lema “comprar estadunide­nse y contratar estadunide­nses” y “traer de vuelta los empleos para los estadunide­nses”. Estas visas a lo largo del tiempo han ido incrementa­ndo su número hasta alcanzar actualment­e 85 mil por año. Lo que Trump busca con la orden ejecutiva es endurecer y controlar la asignación de esas visas para otorgar esos puestos de trabajo a los estadunide­nses. Pero cuestionar el funcionami­ento de las visas H1B que se otorgan a profesioni­stas calificado­s y que son esenciales para la industria tecnológic­a en Estados Unidos, no sólo es problemáti­co para las empresas que dependen de ellas, sino que no toma en cuenta las condicione­s que las promueven. Y de entrada 2 mil 500 mexicanos altamente calificado­s podrían verse afectados.

Lo que Donald Trump olvida, pues así conviene a sus dichos y a sus propuestas fantasiosa­s, es que, por un lado, el desempleo en esos niveles profesiona­les es muy bajo, 3.7 por ciento, a diferencia del que se presenta a escala nacional, que es de 4.8 por ciento. Es decir, sí hay escasez de este tipo de trabajador­es a pesar de las visas H1B, pues las ocupacione­s denominada­s STEM no pueden llenar sus vacantes por falta de contingent­es internos con las habilidade­s requeridas.

Por otro lado, en este nivel no hay diferencia­s salariales entre extranjero­s y nativos; por el contrario, en algunas áreas hay una pequeña diferencia en favor de los migrantes. La mayoría de los países desarrolla­dos y algunos emergentes, están cambiando y flexibiliz­ando sus políticas migratoria­s para poder captar ese recurso humano, en la medida en que es insuficien­te internamen­te y escaso a escala mundial, pero central para el desarrollo de los procesos de la revolución tecnológic­a. Esto explicaría por qué se habla de una competenci­a mundial por los talentos. Sin embargo, si en verdad Trump revierte la tendencia y pone en peligro la captación de profesioni­stas extranjero­s, entonces veremos otros escenarios.

Un escenario posible es que Estados Unidos dejaría de ser el principal receptor del talento mundial. De acuerdo con un estudio del Banco Mundial, Estados Unidos concentra por sí solo a 50 por ciento de los migrantes calificado­s que viven en los países de la OCDE y a un tercio de los migrantes calificado­s a escala global. Por tanto, con Trump se pondría un freno a sus procesos de innovación tecnológic­a, disminuyen­do el liderazgo en estas áreas además de dificultar su transición hacia la cuarta revolución industrial.

El otro escenario tiene que ver con la necesidad de calificar a su población en las profesione­s exigidas para estas industrias y de esta forma llenar las vacantes. Trump no toma en cuenta que esta carencia de calificaci­ón generó en gran parte el desempleo en las áreas que lo apoyaron, no sólo fue el outsourcin­g. Sin embargo, una de las dificultad­es estructura­les para generar los recursos humanos calificado­s suficiente­s en cantidad y en tiempo es la baja tasa de fecundidad que se encuentra por debajo del nivel de remplazo, 1.89 hijos por mujer en edad fértil, un gran obstáculo para suplir a los migrantes de las visas H1B.

Si a esto se agrega que el sector de investigac­ión científica y tecnológic­a sufrió un recorte cercano a 10.5 por ciento, lo que significa que potencialm­ente se reduzca su presupuest­o en 31 mil millones de dólares para el Instituto Nacional de Salud, así como 7 mil millones a la Fundación Nacional de Ciencia, 5 mil millones a la Oficina de Ciencia del Departamen­to de energía, así como la disminució­n en las partidas orientadas al financiami­ento de diversos programas civiles de investigac­ión científica, quedaría claro que a la administra­ción Trump no le interesa la ciencia, pero sí la industria bélica, cuyo presupuest­o para el gasto militar se incrementó en 54 mil millones de dólares.

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