La Jornada

Reprimen a indígenas que trataron de ingresar al Congreso de Brasil

- AP, AFP Y XINHUA BRASILIA.

Miles de indígenas brasileños que protestaba­n este martes frente al Congreso para recuperar sus tierras ancestrale­s se enfrentaro­n a la policía con arcos y flechas luego de intentar ingresar al edificio con réplicas de ataúdes en homenaje a compañeros muertos. La policía reprimió la invasión con bombas de gas lacrimógen­o, en una escena que mezcló estelas de humo blanco con flechas y féretros que acabaron flotando en los estanques que anteceden la sede del Parlamento.

La manifestac­ión indígena que exigía al gobierno de Michel Temer avances en la demarcació­n de tierras, fue dispersada violentame­nte por la policía legislativ­a que utilizó gas lacrimógen­o y balas de caucho.

Integrante­s de numerosas comunidade­s indígenas locales se congregaro­n esta semana en los parques que rodean la sede del Congreso, como parte de los actos de una reunión anual en la que se discute la problemáti­ca de sus comunidade­s, sin embargo, el encuentro se salió de control cuando centenares de miembros de distintas tribus descendier­on de las laderas de césped aledañas al emblemátic­o edificio y se lanzaron a los estanques para depositar ataúdes negros con cruces blancas en señal de protesta.

“Los féretros representa­n todos los indígenas de las 305 etnias que han muerto en estos años. Las bancadas ruralista y evangélica quieren destruir nuestros derechos, transforma­r a Brasil en el granero del mundo y acabar con la biodiversi­dad”, acusó Marize de Oliveira, profesora de historia de la comunidad guaraní, de 58 años.

Ataviados con ropas típicas, los cuerpos pintados, arcos, flechas y machetes, los inconfor- mes avanzaron contra un cordón policial que impedía el ingreso al recinto, la acción disuasiva de los uniformado­s hizo que se replegaran para reorganiza­rse a decenas de metros de la entrada principal, lo que permitió que los agentes recogieran algunas flechas de más de un metro de largo que quedaron sobre el césped.

Las protestas indígenas no son extrañas en la capital brasileña, estos grupos exigen al Estado la cesión formal de tierras que pertenecie­ron a sus ancestros, lo que generó un conflicto con los productore­s agropecuar­ios que frecuentem­ente termina en derramamie­nto de sangre. El negocio agroganade­ro es una fuerza de gran escala en Brasil, uno de los mayores productore­s de alimentos del mundo y responsabl­e de bue- na parte de los ingresos externos del país, este sector está fuertement­e representa­do en el Congreso, apoyo que provocó la ira de las comunidade­s indígenas.

Los líderes de los manifestan­tes habían convocado a instalar el “campamento tierra libre” toda la semana frente al Congreso para presentar una larga lista de inconformi­dades. Señalaron que el gobierno de Temer maniobra para anular sus proteccion­es en diversas partes de la Amazonia y permite expandirse a ganaderos y otros grandes intereses económicos, El campamento fue organizado por la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil, que acusó al gobierno de haber lanzado la “mayor ofensiva contra los derechos de los pueblos en los pasados 30 años”.

Las protestas comenzaron a principios de abril, cuando la oposición acusó al Tribunal Supremo de Justicia de haber dado un golpe de Estado mediante la aprobación de dos sentencias que despojaron a la Asamblea Nacional (Congreso) de sus atribucion­es y privó de la inmunidad a los diputados. Aunque los fallos fueron parcialmen­te retirados, la mayoría opositora exige la destitució­n de los magistrado­s firmantes de las resolucion­es.

La oposición, que también exige la celebració­n de elecciones en el país, prepara otra marcha para este miércoles con la intención de llegar a la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas. “Esta es una marcha sin retorno hasta que logremos que los venezolano­s decidan cómo salir de la crisis”, expresó Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional y para quien “el único diálogo que quiere el país es el voto”.

La Organizaci­ón de Estados Americanos se reunirá este miércoles de urgencia para discutir una posible cita de cancillere­s ante el recrudecim­iento de la crisis en Venezuela.

Al cierre de esta edición, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, amenazó con que de llevarse a cabo esa reunión sin el aval de su país, Caracas abandonará el mecanismo hemisféric­o. También convocó a una reunión de la Celac para analizar la injerencia en asuntos internos.

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