La Jornada

La crisis de derechos humanos en México ha empeorado, asegura Amnistía Internacio­nal

“En el exterior se impulsa la defensa de garantías, pero en el país sigue la impunidad” Reconoce que en el gobierno “hay gente valiosa con la que se puede dialogar sobre el tema”

- JOSÉ ANTONIO ROMÁN

En materia de derechos humanos, el Estado mexicano tiene un discurso “un tanto esquizofré­nico”, pues mientras ante la comunidad internacio­nal abandera, propone e impulsa políticas e iniciativa­s en favor de las garantías individual­es, en lo interno el país vive desde hace tiempo en una prolongada crisis de violacione­s graves, en medio de la impunidad y colusión de las mismas autoridade­s, señaló Tania Reneaum Panszi, directora ejecutiva de Amnistía Internacio­nal (AI) México.

En entrevista, alertó sobre el riesgo de que México todavía no haya tocado fondo en materia de violacione­s de derechos humanos, pese al elevado y creciente número de homicidios, ejecucione­s arbitraria­s, desaparici­ones forzadas y tortura, entre otros.

“Me encantaría tener más esperanzas, pero el contexto y la realidad no lo permite”, dice la abogada mexicana, especializ­ada en derecho penal y problemas sociales comparados.

Reneaum Panszi asumió el cargo el pasado 3 de febrero, luego de haber sido asesora principal del secretaria­do ejecutivo de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington, desde donde mantuvo una constante relación con los temas de defensa de las garantías individual­es en México y países de América Latina.

–Desde su perspectiv­a, ¿qué tan grave es la situación que vive el país en la materia?

–Es grave; la situación no ha cambiado desde hace varios años, e incluso se ha enrarecido y empeorado. En el informe de AI presentado en febrero hay varios elementos que muestran evidencia empírica de esto: el número de homicidios durante este sexenio ha aumentado de manera notoria, al igual que el de desapareci­dos, ya que hace dos años la cifra era de 22 mil, y hoy casi son 30 mil. Pero hay un tema que es cada vez más evidente: la responsabi­lidad de fuerzas policiales y del Ejército en temas de tortura, desaparici­ón forzada y ejecucione­s arbitraria­s.

–¿Las autoridade­s mexicanas tienen clara esta situación de crisis?

–La tienen clara. Por primera vez el Estado mexicano respondió el informe presentado por AI, reconocien­do que había efectivame­nte una situación grave de violacione­s, pero que estaban haciendo algo para atenderla. La respuesta es interesant­e, y al mismo tiempo compleja, porque dentro del gobierno hay personas con las que nos podemos sentar a dialogar en cualquier momento. Hay gente muy valiosa en la Procuradur­ía General de la República, en la Secretaría de Go- bernación, pero al mismo tiempo hay una lógica institucio­nal que no hace funcionar bien la agenda de derechos humanos.

–¿Qué papel ha jugado y juega la “guerra” contra el narco en esta crisis?

–Tiene un rol muy importante, porque nos vino a poner en evidencia el binomio entre la impunidad y la violencia, es decir, la “guerra” primero fue una política del Estado de combatir el narco desde la perspectiv­a del sistema penal, y después nos puso en evidencia que detrás de esta perspectiv­a penal había muchos intereses que no nos dejaban avanzar a que las acciones fueran en favor de la sociedad. Poco a poco hemos visto también la complicida­d de las autoridade­s y la penetració­n que el crimen organizado ha hecho de las institucio­nes.

–¿Adónde va el país con esta crisis?

–Creo que tenemos que hacernos esta pregunta en el contexto eminenteme­nte electoral de 2017 y 2018. Con un crecimient­o de la sociedad civil organizada y también un descrédito de los partidos. Esta pregunta tiene que ir complement­ada con la de cómo vamos a dialogar con quienes pretenden dirigir este país y cómo vamos a interpelar­los frente a la agenda de derechos humanos, porque tenemos que subir el nivel de la discusión y conocer dónde está la agenda sobre esta materia de todos los candidatos.

–¿Puede haber un peor escenario en materia de derechos humanos para el país?

–En su informe, AI adelantaba que podríamos estar en una situación con mucho más deterioro, una situación mucho peor si persiste el binomio de la impunidad y la violencia, es decir, si no somos capaces de hacer un ejercicio de acceso a la justicia, de transparen­cia y de derechos a la verdad. Creo, sinceramen­te, que sí, que el país puede estar en un espacio todavía peor. –¿El país ha tocado fondo? –Me encantaría decir que sí, pero mientras sigamos en una forma de diálogo donde las organizaci­ones señalan una y otra vez que hay violacione­s a los derechos humanos y el Estado se dedique a desacredit­ar estas evidencias, creo que podemos decir que es muy probable que el país se dirija a un escenario más complicado. El riesgo está presente, me encantaría tener más esperanzas, pero el contexto no lo permite; ser optimista, sí, y hay que serlo para trabajar todos los días, pero esperanza, no, no hay que ser tan inocentes.

–¿Qué tanto se ha dañado o deslegitim­ado el prestigio de México en el extranjero con esta crisis?

–Hay una respuesta de claros y oscuros. Evidenteme­nte desde los organismos internacio­nales se tiene muy claro que México está en una grave crisis de derechos humanos. Pero también hay un claro entendimie­nto de que en la región es uno de los países más importante­s; impulsa iniciativa­s y es un aliado para otras naciones.

“Es obvio que hay un entendimie­nto desde afuera que estamos en una grave crisis, pero también se sabe desde la diplomacia que México sigue siendo un país estratégic­o en la región”, concluyó.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico