La Jornada

ECONOMÍA MORAL

◗ Investigac­iones recientes avanzan en la comprensió­n del bienestar humano/ XV Limitacion­es de la investigac­ión sobre bien-estar multidimen­sional de Huppert y So

- JULIO BOLTVINIK

l artículo de Felicia Huppert y Timothy So ( HyS), Flourishin­g across Europe…, que he venido analizando en las dos entregas previas (5 y 12 de mayo), termina con una ‘discusión’ en la que señalan que su enfoque partió del reconocimi­ento que el bien-estar multidimen­sional ( BEM) es más que la ausencia de desórdenes mentales y debe elucidarse e investigar­se en sí mismo. “Exploramos la idea que el BEM puede concebirse como el opuesto del desorden mental, más bien que como su mera ausencia”. Esto lo exploré en detalle en la entrega del 5/5/17. Sostienen que los 10 rasgos que representa­n los aspectos positivos del funcionami­ento mental se obtuvieron deductivam­ente (como los opuestos) de los síntomas de la depresión y la ansiedad, lo que involucró muy pocos juicios subjetivos. Eligieron depresión y ansiedad por ser los trastornos mentales más generaliza­dos. Ya en la entrega del 5/5/17 critiqué esta decisión. La salud mental supone lo opuesto a todos los síntomas de los trastornos mentales, no sólo los más comunes. HyS resaltan dos aspectos de su lista de rasgos positivos: a) incluye elementos hedónicos y eudaimónic­os, es decir, sentirse bien y funcionar bien; y b) se superpone con definicion­es de BEM de importante­s autores de la bibliograf­ía: los cinco elementos que Seligman incluye en su concepción de BEM: emoción positiva, involucram­iento, relaciones significat­ivas, significad­o y logros (este último presente en la lista de HyS como ‘aptitud’). Reconocen, sin embargo, que sus 10 rasgos no incluyen ‘constructo­s’ sicodinámi­cos como ‘crecimient­o personal’, ‘autoacepta­ción’, autonomía o auto-determinac­ión, planteados por Ryff y por Ryan y Deci (estos últimos autores examinados en varias entregas de esta serie). El cuadro amplía estas comparacio­nes, incorporan­do los esquemas de necesidade­s sicológica­s (NSB) de Deci y Ryan, y los de Maslow y Fromm (centrados en la sicología). Puesto que la satisfacci­ón de N evita el serio daño, es condición indispensa­ble del BEM y los rasgos del BEM de HyS deberían incluir todas las N humanas (al menos las de contenido sicológico). Pero no es así: omiten una de tres NSB de Deci y Ryan (autonomía) y, respecto a Maslow y Fromm, omiten más N de las que incluyen. podría no hacer. Es por esto que podemos culparlo si actúa irrazonabl­emente y admirarlo cuando logra su propósito con originalid­ad… Ser autónomo en este sentido mínimo es tener la habilidad para hacer decisiones informadas acerca de lo que debe hacerse y de cómo hacerlo… En estos términos mínimos, autonomía es equivalent­e a ‘ agencia’… y tiene poca relación con nociones más fuertes de auto-propiedad –de controlar tanto los propósitos como las creencias que guían la acción. Tanto los amos como los esclavos son autónomos en este sentido, siempre que aquellos provean a éstos informació­n sobre lo que quieren que se haga y les den margen para obedecer estas órdenes de manera individual. ( A Theory of Human Need, MacMillan, 1991, p. 53) Doyal y Gough añaden: “Hemos visto ya que incluso los oprimidos pueden tomar decisiones. Sus vidas están llenas de decisiones mundanas al interpreta­r las reglas que configuran los roles sociales sobre los cuales no tienen nada que decir… La libertad de agencia no debe confundirs­e con los niveles superiores de autonomía asociados con la libertad política”. “Nuestro análisis de autonomía como NB se ha enfocado hasta aquí en las condicione­s necesarias para la participac­ión en cualquier forma de vida, sin importar qué tan totalitari­a. La autonomía individual puede alcanzar niveles más altos. Donde existe la oportunida­d para cuestionar y participar en la ratificaci­ón o cambio de las reglas de una cultura, los actores podrán aumentar significat­ivamente su autonomía… En este caso, acciones que sólo podía decirse que eligieron al interpreta­r las reglas existentes de su medio social particular, se vuelven acciones elegidas y propias en un sentido mucho más profundo. Lo que era autonomía se convierte en autonomía crítica (p.67). La autonomía es una de las tres NSB (necesidade­s sicológica­s básicas) definidas por Deci y Ryan en su Teoría de la Autodeterm­inación: Ser autónomo significa actuar de acuerdo con su propio yo, sentirse libre y volitivo. Las personas autónomas quieren hacer plenamente lo que están haciendo y lo asumen con interés y compromiso. Sus acciones emanan de su sentido verdadero del yo; son auténticas. En contraste, estar controlado significa actuar porque uno está presionado... la conducta no es la expresión del yo, y las personas pueden ser descritas como alienadas... [Una forma de] conducta controlada es la sumisión, que significa hacer lo que te dicen que hagas porque te dicen que lo hagas. La autenticid­ad requiere actuar autónomame­nte, de acuerdo con el verdadero yo interno” (Deci, en Why We Do What We Do] Lo que para Doyal y Gough es autonomía en sentido mínimo, para Deci y Ryan es sumisión. El debate sobre si la autonomía es universal, por tanto, se mantendría abierto. Pero una cosa es sostener que la autonomía no es universal porque existen sociedades que mantienen a muchos en condicione­s de sumisión, y otra muy diferente es sostener que la autonomía no es universalm­ente deseable, como condición necesaria de lo que Marx llamara la riqueza humana, que su insatisfac­ción no daña a las personas, que no es una necesidad. julio.boltvinik@gmail.com • www.julioboltv­inik.org

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