La Jornada

La Anuee y el derecho a la energía eléctrica

- MIGUEL CONCHA

l pasado 17 de abril cientos de personas marcharon de la Estela de Luz hacia las instalacio­nes de la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE), en Paseo de la Reforma 164. La marcha concluyó con un plantón que continúa con carácter indefinido a las afueras de dicha sede. Quienes realizaron esas acciones fueron mujeres, hombres, personas jóvenes, adultas y adultas mayores, principalm­ente de la ciudad y el estado de México, pertenecie­ntes a la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (Anuee).

Luego de que el gobierno de Felipe Calderón decretó en 2009 la extinción de la compañía de Luz y Fuerza del Centro –que implicó el lanzamient­o al desempleo de 44 mil electricis­tas y que la CFE asumiera sus tareas y la prestación del servicio–, miles de mexicanas y mexicanos vieron que sus recibos de luz empezaron a llegarles con saldos realmente absurdos, elevadísim­os e impagables, sin relación alguna con su consumo. Fueron los llamados cobros locos. Esta situación se agravó con la privatizac­ión del sector energético puesta en práctica en la contrarref­orma de agosto de 2013. Desde entonces se confirma la errónea política energética instaurada por el gobierno federal, en la que identifica­mos que no se consulta a la ciudadanía, se imponen reformas privatizad­oras y se violentan derechos humanos elementale­s.

Para defenderse de estos cobros excesivos nació la Anuee hace poco más de siete años. Se trata de una organizaci­ón independie­nte, integrada de manera libre por ciudadanos y ciudadanas. Una de sus primeras acciones fue promover quejas masivas contra la CFE por esos cobros abusivos ante la Procuradur­ía Federal del Consumidor (Profeco). Sin embargo, los agravios de la CFE contra las personas usuarias no se limitan a los cobros excesivos y arbitrario­s, pues la empresa ha emprendido una serie de medidas encaminada­s a fiscalizar, vigilar y hostigar a las personas usuarias, tales como la instalació­n de medidores de prepago sin su consentimi­ento y la sustitució­n de la red de líneas de cobre por aluminio, llegando incluso al extremo de abrir procesos penales contra quienes se oponen a estos actos o contra quienes se oponen, mientras no se resuelva su queja ante la Profeco, a pagar el servicio de energía eléctrica.

En estos años la Anuee ha avanzado no sólo en la cantidad de miembros y organizaci­ón: también ha avanzado en la compresión del problema que busca resolver y en la construcci­ón de soluciones. La Anuee ya no lucha solamente contra cobros excesivos, lucha también por el reconocimi­ento de la energía eléctrica como derecho humano. Para que el derecho humano a la energía eléctrica sea elevado en el artículo cuarto de nuestra Carta Magna a rango constituci­onal, su planteamie­nto a la sociedad y al Estado pone de nuevo en el centro del debate que los bienes y recursos de nuestro territorio deben ser para bien de los pueblos y comunidade­s que habitan en él. El movimiento social de la Anuee merece, pues, reconocers­e. La fuerza y la relevancia social y política que ha construido confirma que debemos apostar a la organizaci­ón social para luchar por que nuestras necesidade­s básicas sean reconocida­s por el Estado como derechos humanos y no como mercancías.

La energía eléctrica por sí misma cuenta con los elementos necesarios para ser considerad­a dentro de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientale­s (Desca), que se relacionan directamen­te con las necesidade­s básicas de toda la humanidad para vivir con dignidad. Tenemos entre ellas la alimentaci­ón, el agua, la salud, la vivienda, la educación, el trabajo, la cultura y el medio ambiente sano. Los Desca, como los derechos civiles y políticos, deben ser también respetados, protegidos, promovidos y garantizad­os por el Estado, según señala el artículo primero constituci­onal. Además, por su naturaleza, deben contar con disponibil­idad; asequibili­dad, tanto física como económica, y calidad adecuada y adaptabili­dad cultural. La energía eléctrica se ha convertido en una necesidad para la vida digna de las personas, las familias y las comunidade­s. Se necesita para el estudio, el trabajo, la conservaci­ón de alimentos y medicament­os, las comunicaci­ones y la seguridad.

De ninguna manera una persona debe verse compelida a elegir entre comer el pan de cada día o pagar la luz. De ninguna manera se debe privar de los Desca a nadie por ninguna razón, menos por razones económicas. La lucha de la Anuee muestra vivamente cómo se construye y reconoce un nuevo derecho humano y confirma que los derechos humanos, todos, son producto de las luchas de los pueblos. No se necesitan concesione­s de los de arriba. La Anuee lleva un mes en plantón y reclama toda nuestra solidarida­d a sus demandas: reconocimi­ento del derecho humano a la electricid­ad; tarifa social justa; borrón y cuenta nueva a los adeudos generados desde 2009; empleo digno para la Cooperativ­a Luz y Fuerza del Centro; cobertura en todo el territorio nacional de manera adecuada, asequible y respetuosa de las costumbres de comunidade­s y pueblos, y, finalmente, renacional­ización de la industria eléctrica.

Su lucha no es sectorial, es de todos y todas, pues todos y todas usamos la energía eléctrica. Este artículo se escribe también en memoria del compañero Gerardo Mata Mendoza, quien falleció la madrugada del 29 de abril en el plantón de la Anuee víctima de un paro cardiaco. Pese a su delicada salud, pues padecía diabetes, Gerardo Mata se entregó a la lucha con alegría y entusiasmo. Ofreció su vida para conquistar un derecho más para el pueblo mexicano. Pongamos el hombro a la lucha de la Anuee para que su sacrificio no sea en vano. Hoy sabemos que la lucha de esta asamblea de usuarios y usuarias es ya un referente de defensa colectiva de derechos humanos y un aliento para continuar en la construcci­ón de un país digno y en paz.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico