“ASESINATO MASIVO” DE ÁRBOLES EN TEPOZTLÁN
Carta abierta a Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe), a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), a la constructora Tradeco y al gobierno de Morelos.
La ampliación de la autopista La Pera-Cuautla, de dos a cuatro carriles, que pasa junto a Tepoztlán, Morelos, ha sido una larguísima polémica, ya que afecta zonas protegidas naturales y de gran importancia simbólica para esa localidad.
Después de tres años de haberse logrado una suspensión provisional de los trabajos, recientemente se reanudaron a toda marcha. No se puede negar que esta obra es necesaria y de gran importancia por influir en mucha gente de varios estados, como Puebla, Veracruz, Morelos y Ciudad de México, la cual genera tráfico vial, y que este tramo se ha convertido en un tremendo embudo al reducirse a sólo un carril de ida y uno de vuelta, que lo hace sumamente lento y peligroso.
Pocos pueblos hay en México tan orgullosos de su identidad y celosos de sus usos y costumbres como Tepoztlán. En los pasados dos días entró un ejército de trabajadores armados de motosierras (tiene que describirse así), que sin la más mínima sensibilidad violaron y lastimaron el orgullo de un pueblo al devastar todos los árboles (hermosos encinos y bellísimas jacarandas) ubicados cerca de la caseta y de la glorieta de entrada a Tepoztlán, dejando un panorama de guerra despiadada, de asesinato masivo contra la desarmada naturaleza, que dan ganas de llorar. En la vida todo se puede hacer, pero nunca se debe perder la sensibilidad que nos hace humanos.
Me dirijo a las instituciones involucradas en la obra para, no sólo exigirles lo que es exigible legalmente, sino para hacer un llamado humano a reparar el daño con un verdadero programa de reforestación que devuelva a Tepoztlán su belleza y, sobre todo, su fe en este país que tanto necesita.