La Jornada

Un zorro, una mosca y un jabalí invitan a gozar cada instante de la vida

■ La puesta infantil de Proyecto Finisterra se presenta en la sala Xavier Villaurrut­ia, del CCB

- FABIOLA PALAPA QUIJAS

Mediante un zorro, un jabalí y una mosca, la obra Sólo un día (Nur ein Tag), del autor alemán Martin Baltscheit, reflexiona con humor, ingenuidad y diversión sobre los ciclos de la vida y la necesidad de gozar intensamen­te cada momento.

Con traducción de Mónica Moldovany de Goyeneche, la coreógrafa Isabel Romero montó esta pieza para el público infantil en la sala Xavier Villaurrut­ia, del Centro Cultural del Bosque (CCB).

El Proyecto Finisterra, que desde 1999 opera como espacio de encuentro multidisci­plinario, con la dirección de Romero, presenta cada fin de semana la puesta en escena que llevará al espectador a preguntars­e qué haría si tuviera sólo un día de vida.

Sobre la idea de montar la obra del alemán, Romero comenta: “Es un texto muy bien escrito, sencillo, pero muy profundo. Lo primero que hay que asumir es que nos vamos a morir, y a partir de eso valorar el tiempo que estamos viviendo y cómo vivimos; eso es esencial. El tema de la muerte te lleva a cuestionar­te sobre la vida, y el autor te lleva a reflexiona­r sobre cómo estás viviendo y qué valor das a cada instante, que en este caso es un día, pero al final esto es subjetivo, porque la existencia es tan corta que la percepción puede ser la misma de una mosquita que la de un ser humano”.

Encuentro entrañable y fugaz

La historia presenta a un zorro, un jabalí y una mosca –que se caracteriz­a por vivir sólo durante un día–, que tendrán un encuentro tan entrañable como fugaz. En la trama se plantea la existencia efímera de la mosca, que al nacer planea su trayectori­a de vida: aprender una profesión, casarse, tener hijos, envejecer y aprender idiomas. Sin embargo, de la mano del zorro y del jabalí, la mosca disfrutará más de los pequeños instantes y menos de los grandes planes encontrand­o así un sentido más profundo de su existencia.

“El zorro vivaracho y galán de la historia, y el jabalí, animal gordo que tiene otro carácter, conocen a la mosquita y les da ternura, ya que saben que va a vivir sólo un día, y como no quieren que se sienta mal, le inventan que el zorro es el que vivirá sólo 24 horas.

“La obra tiene otros subtemas importante­s para los niños, como el valor de la amistad”, comenta Isabel Romero.

Como parte del montaje, al final de cada función se reparten unas papeletas a los niños para que escriban qué harían si supieran que tienen sólo un día de vida. “La reflexión es que debemos hacer en todo momento aquello en lo que creemos, como estar con la gente que queremos. Decía mi mamá que a ella le gustaba ver bonito, entonces se ocupaba de siempre ver bonito, ¿por qué esperar a que fuera el último día de su vida”.

La directora del montaje reitera que la obra de Baltscheit es divertida y segurament­e generará tristeza cuando se muere la mosca. “La vida tiene muchas cosas, no es estar feliz siempre, implica otros sentimient­os y eso es plenitud, vivir todo lo que ofrece la vida. Es una obra inteligent­e para niños”.

En la puesta escénica participan Jorge A. Caballero Vega (jabalí), Ix-chel Muñoz (efímera), Miguel Jiménez (zorro) y Yadira Pérez Esteban (narradora y efímera 2).

Sólo un día se presenta hasta el 25 de junio los sábados a las 13 horas y los domingos en función doble a las 11:30 y 13 horas en la sala Xavier Villaurrut­ia del CCB (Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, atrás del Auditorio Nacional).

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 ??  ?? La escenifica­ción demuestra que la vida no sólo es felicidad, sino que hay otros sentimient­os implicados; es una obra inteligent­e para los más pequeños, según Isabel Romero, directora del montaje ■ Foto cortesía de la compañía
La escenifica­ción demuestra que la vida no sólo es felicidad, sino que hay otros sentimient­os implicados; es una obra inteligent­e para los más pequeños, según Isabel Romero, directora del montaje ■ Foto cortesía de la compañía

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