Nora Cortiño insta a luchar unidos contra las desapariciones forzadas
Argentina y México viven el mismo flagelo: lideresa de Madres de Plaza de Mayo Sólo así se logrará que el Estado admita su responsabilidad por ese crimen de lesa humanidad Buscan alternativas ONG e Inmujeres Plantean castigo sin prisión a mujeres acusadas
En la lucha contra las desapariciones forzadas y otras violaciones graves de derechos humanos, es necesario no dividirse por razones partidistas, ya que sólo unidos se podrá obligar al Estado a admitir su responsabilidad en este crimen de lesa humanidad y castigar a los responsables, afirmó Nora Cortiños, integrante de la organización Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
Durante un foro celebrado ayer en el Centro Cultural Universitario, organizado por las agrupaciones que integran la Campaña Nacional contra la Desaparición Forzada, la activista argentina subrayó que se siente “muy hermanada” con la situación que se vive en México, porque tanto en este país como en el suyo “vivimos el mismo flagelo, que es la desaparición, el crimen de crímenes”.
Ante un auditorio que la recibió con muestras de admiración yca- Con la finalidad de brindar oportunidades a las mujeres encarceladas por delitos contra la salud, la organización Equis: Justicia para las Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se reunieron para analizar medidas alternativas a la pena en prisión.
Ana Pecova, directora ejecutiva de la organización feminista, señaló que esas mujeres cumplen todos los puntos de vulnerabilidad: son pobres, tienen bajo nivel de escolaridad, casi todas son madres y son los eslabones más bajos en la cadena del tráfico de drogas, por lo que el encarcelamiento masivo no es la solución, además de que “el impacto en sus vidas es desproporcionado”.
En entrevista, dijo que la mayoría de mujeres detenidas en estas circunstancias no estaban armadas y son primodelincuentes. Explicó que los jueces “no toman en cuenta el contexto en el momento de dictar sentencia”, que son factores atenuantes que podrían reducir la pena.
“Por eso estamos explorando otras alternativas. La culpa no te la quita nadie si has cometido algún delito, pero probablemente no sea necesario que la pena se cumpla en la cárcel, pues en ocasiones tienen sentencias exageradas y su encarcelamiento no afecta la operación de las redes delictivas.”
Explicó que el impacto en la vida de estas mujeres afecta a todas las personas que dependen de ella: hijos, adultos mayores o personas con discapacidad, “y ese es un costo que no lo puede asumir el Estado actualmente”.
El 53 por ciento de las mujeres que están en prisión tienen cargos por delitos relacionados con las drogas, que son la primera causa de encarcelamiento. riño, la luchadora social lamentó que en la instauración de la dictadura militar que asoló Argentina durante la década de los 70 del siglo pasado, no sólo hubo participación de soldados y policías, sino también de empresarios y miembros de la Iglesia católica que avalaron múltiples atrocidades.
Para superar esos regímenes de terror, enfatizó Cortiños, “hay que luchar todos los días y no separarnos por partidismos políticos, porque ahí es donde dejas de ver que el verdadero enemigo es el Estado neoliberal”
Pecova también destacó la falta de datos sobre el problema, ya que “no necesariamente se desagrega la información por sexo y tipo de delito para ver quiénes de estas mujeres pudieran ser candidatas para medidas alternativas”.
A la reunión privada asistió Marcela Piedra, de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica, quien habló sobre la experiencia en ese país al liberar a casi cien mujeres acusadas de introducir droga en centros penitenciarios.
Pecova dijo que tienen pendientes cuatro reuniones para lograr incidir en las autoridades y generar “una agenda más concreta”. que actualmente, en Argentina, ha echado atrás las conquistas sociales que se lograron con muchos sacrificios.
En una mesa de debates coordinada por Santiago Corcuera, académico y especialista en desapariciones forzadas, la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo recalcó que seguir luchando es indispensable, pues sólo de esta manera se puede aprovechar la existencia de jueces y fiscales honestos, y orillar a los gobiernos a admitir su responsabilidad en la comisión de delitos de lesa humanidad.
El fundador del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, Miguel Concha Malo, lamentó que algunos sectores eclesiásticos en Argentina pidan “reconciliación” tras los crímenes de la última dictadura militar, en vez de sumarse a las exigencias de verdad y justicia enarboladas por los familiares de las personas desaparecidas o asesinadas.
Después de aseverar que el planteamiento de olvido es de “suprema vergüenza” y una apuesta para fortalecer la impunidad, el religioso dominico afirmó que los desaparecidos y desaparecidas son “los ausentes siempre presentes”, porque son víctimas de un delito que no debe prescribir y que se perpetúa en la medida en que no se define su paradero.
En tanto, Nadin Reyes, del Comité Hasta Encontrarlos, recordó que las desapariciones forzadas se cometen de forma sistemática en México desde los años 60 y forman parte de una “estrategia de terrorismo de Estado” cuya finalidad es desmovilizar a los grupos que alzan la voz en demanda de justicia.