LAS REBANADAS DEL PASTEL
cuentas entre compañías), lo que para él es una muestra de “confianza” en su gestión. Pero en el mismo lapso los paisanos inyectaron a la economía de sus familias, en particular, y a la nacional, en general, alrededor de 105 mil millones de dólares, de tal suerte que este ingreso se ha convertido en uno de los grandes pilares de la balanza de pagos (del petróleo sólo queda el recuerdo). Ymientras los expulsados de su tierra no dejan de inyectar recursos frescos (con todo y que el gobierno no les echa un lazo, salvo a la hora del voto en el extranjero), otros –como las citadas empresas, más sus aliados internos– drenan a la economía nacional y sacan capital a granel (“exportan”, dicen los tecnócratas). Muestra de ello es la espeluznante realidad documentada y publicada por La Jornada (Roberto González Amador) en su edición de ayer. Dice así: “los recursos transferidos por mexicanos a cuentas bancarias en el extranjero desde el inicio de la actual administración federal y hasta marzo de 2017 superaron el saldo de la deuda externa del sector público. Sólo fueron menores que las remesas a sus familias de trabajadores connacionales desde Estados Unidos en el mismo periodo. Entre enero y marzo de 2017 los envíos de dinero por particulares y empresas alcanzaron el monto más elevado para un trimestre desde 2008” (el año del “catarrito” de Carstens), reveló información del Banco de México. De enero de 2013 a marzo pasado, detalla la información referida, “las transferencias de mexicanos a cuentas bancarias en el extranjero representaron salida de recursos por 101 mil 992.2 millones de dólares, según información del Banco de Pero Enrique Peña Nieto presume que “logros” como los desmenuzados “son el mejor ejemplo de que a nuestro país le está yendo bien, de que nuestra economía es fuerte y de que el mundo confía cada día más en México”. ¡Ole!