La Jornada

Las relaciones entre Rusia y la OTAN, en su peor momento desde la guerra fría

- JUAN PABLO DUCH Correspons­al MOSCÚ.

Las relaciones entre Rusia y la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que no sólo sobrevivió a la disuelta Or- ganización del Pacto de Varsovia, formada como contrapeso por el también extinto campo socialista en Europa, sino continúa su expansión hacia el este, atraviesan la crisis más seria desde que terminó la guerra fría, lamentó ayer la cancillerí­a rusa.

Esto debido a que la alianza noratlánti­ca congeló todos los proyectos de cooperació­n en ámbitos de interés común, mientras el despliegue militar en su flanco oriental provoca una nueva carrera armamentis­ta, agregó en un comunicado.

En otras palabras, nada que celebrar tienen Rusia y los países de la OTAN ahora que este sábado se cumple el 20 aniversari­o de lo que, en su día, se creyó el comienzo de una nueva era de entendimie­nto entre los antiguos adversario­s que dejaron de defender ideologías antagónica­s.

Firmada en París el 27 de mayo de 1997, el Acta fundaciona­l de relaciones, cooperació­n y seguridad entre Rusia y los miembros de la alianza noratlánti­ca, igual que otro documento capital, suscrito hace 15 años para proclamar la nueva calidad de los nexos, se empolvan en los archivos por el choque frontal de los intereses geopolític­os de sus élites gobernante­s.

No sorprende, por tanto, que Moscú y Bruselas no hayan intercambi­ado mensajes de felicitaci­ón. En lugar de ello la OTAN, en su más reciente cumbre esta semana, de modo categórico calificó a Rusia de “amenaza para toda Europa” y se dispone a tomar medidas para contrarres­tar lo que denomina “acciones (rusas) que intimidan a sus vecinos”.

En ese contexto de abierta hostilidad, Rusia condenó este viernes el emplazamie­nto de tropas y armamento adicionale­s de la OTAN cerca de la frontera rusa, lo cual –en opinión de su cancillerí­a y aunque se diga que tiene carácter temporal y rotatorio– se inscribe en la aspiración de “legitimar sus preparativ­os bélicos” y de “modificar la correlació­n de fuerzas en Europa”.

Para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, se trata de claros intentos de eludir los principios establecid­os en el Acta fundaciona­l y ello, al romper el equilibrio, es “peligroso y no se correspond­e con los intereses legítimos” de los países miembros de la OTAN.

Rusia –insiste su diplomacia– no es la culpable del deterioro de los vínculos, el cual “es resultado de la línea destructiv­a que durante años mantiene la alianza noratlánti­ca para alcanzar un indiscutid­o dominio político y militar en los asuntos europeos y mundiales”.

Y deja la puerta abierta para negociar: “Al margen de la complejida­d del momento actual, estamos convencido­s de que si, incluso en el periodo de confrontac­ión de bloques, podíamos encontrar soluciones a los problemas, con más razón podemos hacerlo ahora que los estados de Eurasia no están enfrentado­s por contradicc­iones ideológica­s”.

Pero para ello, advierte, “hay que despolitiz­ar la comprensió­n de los procesos contemporá­neos” y tratar de ver más allá del horizonte de hoy en interés “no de un club exclusivo de países, sino de todos los pueblos de Europa sin excepción”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico