Lanzan en tv abierta documental dedicado al “error de diciembre”
Los sonidos electrónicos de Tetris, Donkey Kong y otros videojuegos que definieron a varias generaciones, y que algunos no considerarían música, han llegado a las salas de conciertos.
De los primeros “ping.... ping” del revolucionario Pong, de Atari (1972), a los sonidos, estribillos pegajosos y las partituras se construyó el universo musical en los videojuegos que es parte esencial de la emoción que disfrutan los jugadores. La música de los juegos, con su cultura, subcultura y fans florece ahora por su cuenta, lejos de las consolas donde nació.
Este fin de semana los asistentes a las salas de la Filarmónica de París gozarán de los sonidos de una orquesta de cámara y la Sinfónica de Londres, que tocarán música de videojuegos en homenaje al compositor japonés de Final Fantasy, Nobuo Uematsu.
No vendrán a apretar botones ni a controlar personajes, sino a disfrutar de la música y los recuerdos que despierta: como las horas en el sofá con Game Boy, Sonic the Hedgehog y el siempre lozano Mario.
“Cuando juegas un videojuego vives esa música todos los días y penetra tu ADN”, dijo Eimear Noone, la directora del espectáculo inicial del viernes, programa de dos horas con Zelda, Tomb Raider, Medal of Honor y otros favoritos que se remontan en algunos casos a la década de 1980.
“Esos temas hacen regresar a la gente a ese momento. Se emocionan, realmente se emocionan, es increíble.”
Fechar el origen de la música para videojuegos depende de cómo se define. Los eruditos de esta música –que sí, existen– señalan algunos hitos cruciales en el camino hacia el sonido envolvente actual.
El golpeteo cardiaco de Space Invaders (Taito, 1978), que se aceleraba a medida que descendían los extraterrestres, era adictivo y provocaba sudoración en las palmas.
El Pac-Man, de Namco, lanzado dos años después, abría el apetito con su tonada inicial y es tan venerada que en 2013 surgió un remix de Dweezil Zappa, hijo Hoy, a las 23 horas, se transmitirá por Tv Azteca el primero de tres capítulos de la serie documental El error: ficción, miedo, debacle, apuesta del director general de la televisora, Benjamín Salinas Sada, “por una televisión renovada e inteligente”, según la emisora privada.
La trama está integrada por los trágicos eventos políticos y financieros que ocurrieron a finlaes de 1994, el llamado ‘‘error de diciembre’’.
La realización da cuenta de cómo los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo hundieron en la miseria al país y cómo aún hoy día, cada semana, el Banco de México debe pedir di- nero prestado para abonar a la deuda causada por el rescate de bancos y otras empresas.
En un comunicado, la televisora del Ajusco indicó que esta nueva producción de Azteca Documentales develará detalles desconocidos, dichos, omisiones y hechos determinantes, así como la posición de los protagonistas y la reconstrucción de momentos históricos de la vida nacional de mediados de los años 90.
Se observarán sucesos que marcaron el destino del país, como la crisis económica más severa de la historia mexicana reciente.
La producción del documental corrió a cargo de Adriana Delgado y la música es de Chacho Gaytán. Los dos capítulos subsecuentes serán transmitidos el 24 de junio y el primero de julio, en el mismo horario, por Azteca Trece.
Su presentación tiene lugar luego de las sagas documentales Cárdenas: oportunidad, poder, desolación; Maquío: rebeldía, seducción, tragedia, y Salinas: ascenso, visión, frustración.