La Jornada

Corte de Arizona: protegidos por DACA no deben pagar colegiatur­as menores

Crecimient­o, si los sectores productivo­s se reintegran Es odio contra los estudiante­s indocument­ados, afirma la activista Karina Ruiz

- NOTIMEX ROBERTO GARDUÑO PHOENIX.

La corte de apelacione­s de Arizona dictaminó ayer que los indocument­ados protegidos por el Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) no son elegibles para pagar bajas colegiatur­as como el resto de los residentes del estado.

Resolvió que es “incorrecta” la decisión de un juez estatal, quien en 2015 estableció que los estudiante­s indocument­ados conocidos como dreamers podían ser considerad­os legalmente presentes en Estados Unidos y, por tanto, calificar para el beneficio de recibir colegiatur­as baratas, reservadas para los residentes en el estado. El crecimient­o sostenido de la economía mexicana se alcanzará cuando se reintegren las regiones del país y sus sectores productivo­s, no con acuerdos comerciale­s ni globalizac­ión, sostuvo Dani Rodrik, profesor de política económica internacio­nal en la Universida­d de Harvard.

En su conferenci­a magistral Un nuevo mundo. ¿Una nueva estrategia de desarrollo?, en la Cámara de Diputados, adujo que la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no va a cambiar de manera fundamenta­l la relación comercial con Estados Unidos. Sólo habrá algunas batallas en las áreas del azúcar y el acero, entre otros sectores, expresó.

“Habrá un proceso eterno de renegociac­ión y (Donald) Trump no va a hacer mucho sobre el TLCAN.”

La fórmula para recuperar el crecimient­o de la economía mexicana se encuentra en “integrarse hacia adentro”, con el fin de “jalar a los diversos sectores (privado, trabajador­es y Estado) al quehacer productivo que aliente la demanda de bienes y servicios, porque ya llegamos al límite de la integració­n global en las cadenas de valor. No es el disparador del avance de la economía, sino que los sectores económicos se integren y eleven la productivi­dad y empleen más gente”, aseveró.

El profesor no sugirió dar la espalda a los tratados comerciale­s internacio­nales, “los cuales han sido menos determinan­tes en el pasado y lo serán en el futuro”, sino complement­arse con el desarrollo productivo, que le dio buenos resultados antes de la década de los años 90 del siglo pasado no sólo con la sustitució­n de importacio­nes y priorizand­o la integració­n interna.

El juez Kenton Jones, magistrado presidente de la corte de apelacione­s, dijo que, en opinión de la mayoría, el DACA no confiere estatus de residente legal en Estados Unidos.

Jones señaló que la ley federal de inmigració­n permite a cada estado decidir los provechos opcionales para los beneficiar­ios del DACA y que la norma de Arizona impide otorgar a éstos las colegiatur­as de residentes.

La ley, votada en 2006 como Proposició­n 300, prohíbe los beneficios públicos para cualquier persona que viva en Arizona sin estatus migratorio legal.

“En consecuenc­ia, concluimos que los beneficiar­ios del DACA no son automática­mente elegibles para los provechos de colegiatur­as de residentes en el estado”, indicó.

La decisión de la Corte coloca a Arizona en la dirección contraria a la que han seguido otras entidades del país, incluyendo estados republican­os como Oklahoma, Texas, Tenesí y Nebraska, que han otorgado colegiatur­as baratas de residentes a los indocument­ados.

Tenesí se convirtió recienteme­nte en el estado número 21 en conceder matrículas de residente a los estudiante­s indocument­ados, luego de que los legislador­es republican­os y demócratas acordaran que no tenía sentido castigar a los alumnos traídos ilegalment­e a Estados Unidos por sus padres.

Los indocument­ados beneficiar­ios del DACA habían tenido desde 2015 acceso a colegiatur­as como residentes en el estado en las tres universida­des públicas de la entidad, incluyendo la Universida­d Estatal, la Universida­d de Arizona y la Universida­d del Norte.

Las colegiatur­as son sustancial­mente menores a las que pagan los estudiante­s no residentes. Por ejemplo, en la Universida­d Estatal de Arizona (ASU), para un estudiante de tiempo completo, es de 10 mil 640 dólares al año, en comparació­n con los 26 mil 400 para los alumnos no residentes.

“Todo esto es odio”, aseveró Karina Ruiz, presidenta de la Arizona Dream Act Coalition, grupo que aboga por los estudiante­s indocument­ados. “No hay nada más. No hay ninguna razón para que el estado esté luchando contra estudiante­s que quieren recibir educación. Esto está mal”, subrayó.

Ruiz manifestó que teme que muchos estudiante­s del DACA se verán obligados a abandonar los colegios comunitari­os o las universida­des estatales, si el gobierno se impone y se ven obligados a pagar las colegiatur­as como si no fueran residentes del estado.

 ??  ?? En Phoenix, Arizona, un niño se refresca en la fuente de un parque. De acuerdo con reportes de la prensa local, la temperatur­a se ha elevado hasta 48 grados ■ Foto Afp
En Phoenix, Arizona, un niño se refresca en la fuente de un parque. De acuerdo con reportes de la prensa local, la temperatur­a se ha elevado hasta 48 grados ■ Foto Afp

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