LAS REBANADAS DEL PASTEL
dotarlos de valor agregado y con ello sólo se ha convertido en un productor y exportador del recurso energético que luego deberá comprar más caro a otras naciones en forma de bienes ya transformados. La reforma energética no ha llegado a la transformación industrial y exhibe la falta de capacidad para aprovechar un recurso natural estratégico.
México tiene una capacidad potencial inferior a la prevaleciente hace 24 años, y sigue a la baja. La falta de inversión productiva es una de las causas más evidentes de ello. Es claro que la reforma energética tampoco ha incidido en incrementar la capacidad de extracción del recurso energético, y mientras esto no ocurra el sector petrolero, y con ello la industria en general, seguirá debilitándose.
Interrelacionado con dicha situación se tendrá el retroceso de las empresas vinculadas a este sector, aquellas que transforman dicho insumo energético y que hoy tienen una capacidad potencial inferior a la prevaleciente casi cinco lustros atrás. Reactivar este sector puede contribuir a elevar el crecimiento industrial de México y con ello garantizar el acceso a insumos intermedios fabricados de petróleo y carbón que son indispensables para aumentar la competitividad industrial de nuestro país.
La industria química también ha visto desaparecer su fortaleza productiva y con ello la posibilidad de transformar. La capacidad potencial actual es similar a la de 1998. En conjunto con lo citado en la industria de extracción de crudo y gas, así como en la producción de derivados de petróleo y carbón, el debilitamiento de la industria química refleja la desindustrialización dogmática de México: se cuenta con El presidente de la Consar, Carlos Ramírez, asegura que si los trabajadores duplican sus aportaciones al fondo de retiro (de 6.5 a 13 por ciento, o más), recibirían “una pensión digna”. ¿En serio? Pues bien, más parece una broma macabra, porque para los mortales ahora el promedio es de 2 mil pesos, de tal suerte que –según el funcionario– una “pensión digna” sería de 4 mil pesos mensuales. Ello, desde luego, sin olvidar que a estas alturas seis de cada 10 mexicanos están fuera de la jugada pensionaria.