Verónica Ortiz presentó su tercera novela; La niña en el jardín circula como e-book
Es ‘‘un de pasión’’, donde amor y sexualidad son elementos sustanciales, define
Los celos –que enloquecen al hombre en cualquier época–, el racismo y la violencia contra la mujer articulan Othelo termina mal, obra de teatro físico y clown procedente de Argentina, adelanta el actor Gabriel Beck.
Ese montaje, del que habrá cuatro funciones, tendrá hoy su estreno en México en el Teatro Orientación.
La propuesta dirigida y adaptada por el argentino Gabriel Chamé Buendía, de la pieza de William Shakespeare, respeta las escenas, personajes y textos del autor inglés, aunque le añade ‘‘salidas o cortes cómicos a su linealidad. Para que te des una idea, se dice un parlamento y se señala que lo escribió el dramaturgo: ‘¡Qué texto!’ Te irás sabiendo que viste Othelo”, explica Beck –quien interpreta a Yago– en entrevista con La Jornada.
Elvira Gómez (Desdémona y otros tres papeles) completa el elenco junto a Matías Bassi (Othelo) y Martín López, define a Shakespeare como ‘‘un visionario. Entendió todo hace un montón de años”. Y destaca que ‘‘Gabriel Chamé, excelente director, no tiene la finalidad de hacer reír, sino que se vea la historia, que el espectador la siga de manera natural”.
Lenguaje clown
Mediante lenguaje clown, Gabriel Beck refiere que a pesar de ser una versión diferente de Othelo, ‘‘hay cosas que cuando las miras desde la risa te ayudan a recapacitar y no se limitan a una emoción. Es bueno verlas analíticamente y no sólo desde el ‘lloré y me voy’, sino haberlo pasado por el intelecto y lograr una conclusión de qué pasa con el racismo, con la violencia de género”.
También ‘‘se rescata lo popular de Shakespeare. La obra está interpretada como se hacía en ese momento. En la calle y a los gritos, donde las personas bebían y comían. Esto del teatro en silencio de ahora, no”.
Elvira Gómez tercia: ‘‘Es difícil hacer Shakespeare y no caer en lo solemne o hacerlo aburrido porque el texto es complicado, y el clown, lo físico, ayuda porque es comunicación, empatía. Es una complicidad constante con el público y con el trabajo actoral. El personaje Yago se burla constantemente de sí mismo y de todos. Eso hace que el espectador permanezca dentro de esa historia, porque no hay una cuestión intelectual sino que es algo vivo”.
Othelo termina mal, que desde hace cinco años se escenifica en Argentina y se ha llevado a países de América Latina y Europa, ‘‘es muy divertida –prosigue la actriz–. La vi antes de hacerla y me conmovió que sea tan atractiva. No solamente el teatro físico y clown, sino las imágenes, la música, todo es hermoso. Hay escenas que son de gran poesía y belleza. Son como trucos de magia y eso es un logro del director”.
En la obra se utiliza tecnología multimedia para, en paralelo a lo que sucede en el escenario, mostrar al público un primer plano de la cara del personaje que explicita sus sentimientos.
La modernidad del texto de Shakespeare estriba, opina Gómez, en que ‘‘todo lo que pasa hoy ya lo sabía porque son temas de la vida: la discriminación, la misoginia, el asesinato, el poder, la ambición y la envidia retratados en Othelo. La violencia contra la mujer es el gran tema en Argentina. Es muy duro”.
La vigencia de esa obra, completa Beck, remite a ‘‘cosas básicas que jamás desaparecerán. Yago dice cómo hago para volver loco a Othelo, con los celos. Todo celoso se vuelve loco hoy como en 1600.
‘‘También con la violencia de género hay algo fuerte en la obra: vos eres también la otra parte. Uno generalmente cuando ve la violencia de género mira a la víctima, pero acá estás viendo al asesino, todo lo que pasa hasta que se perpetra el crimen y eso te da otra versión.”
Elvira Gómez recuerda que cuando ‘‘vienen niños, en los momentos dramáticos o cuando hay más texto están atentos y en silencio, respetando la obra porque también les genera un clima de atracción impresionante. Me
ÁNGEL
La periodista y escritora Verónica Ortiz presentó el martes, en la Escuela de Escritores, su tercera novela, La niña en el jardín.
Publicada en formato electrónico por el sello INK, esa obra fue definida por su autora como ‘‘un thriller de pasión” en el que un misterio incita a volver la mirada hacia la nostalgia.
Es la historia de una mujer que, gracias a una extraña fotografía que llega a las puertas de su casa, comienza una obsesiva asombra que hay infantes que siguen la obra y se divierten, porque hay cosas de clown, peleas con chipotes de colores; hay cosas que son muy atractivas para el público más joven”. búsqueda de su madre desaparecida más de 20 años atrás, para lo cual pedirá ayuda a un fotógrafo corresponsal de guerra.
El amor y la sexualidad son elementos sustantivos de esta novela, destacó Ortiz.
‘‘La sexualidad es un tema al que entro por distintos lugares y al que siempre estoy cuestionando; en este caso lo hago mediante la literatura”, añadió.
‘‘También me interesa la parte lúdica y gozosa de un amor a veces imposible, pero apasionado. En la novela todo es inventado.
La obra Othelo se escenifica en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte, Chapultepec Polanco, estación Auditorio del Metro), este Hablo del amor transgresor de una mujer, ¡ojalá mi madre lo hubiera tenido!, ¡ojalá todas las mujeres y todos los hombres tuvieran muchos amores transgresores! Nos harían mucho bien.”
Esa noche también fue presentado el poemario Sur, silencio (Ediciones El Tucán de Virginia), al que su autora, la poeta de origen argentino Irene Selser, describió como un libro atravesado por la vida y la muerte.
Son poemas que aluden a familiares y personas cercanas de la jueves y viernes a las 20 horas, el sábado a las 19 horas y el domingo la última función será a las 18 horas.
REYES MARTÍNEZ TORRIJOS también periodista, pero que hablan de atrocidades, como los desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar y los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en México.
‘‘Es una declaración de donde vengo, de donde soy, un posicionamiento frente al mundo y al horror de lo cotidiano, pero también al amor por la vida, como todos los personajes que pueblan el libro, que están llenos de ella.”
En ese acto participó el poeta Arturo Córdova Just, director de la Escuela de Escritores.