La Jornada

MÉXICO SA

◗ México “exporta” capitales Remesas “cubren” agujero ◗ ¿No nos volverán a saquear?

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

llá por mayo de 2016 el inquilino de Los Pinos presumía que los “signos vitales” de la economía eran más que alentadore­s y celebraba que “a todos, en términos generales, les está yendo bien”. Poco tiempo después el flamante secretario de Hacienda, José Antonio Meade, sonreía ante lo que catalogó como un comportami­ento económico “razonablem­ente bueno”, sin olvidar que su antecesor –y, a la postre, destapador– Luis Videgaray nunca dejó de prometer a los mexicanos un “futuro promisorio”.

A estas alturas del partido, el “futuro promisorio” sólo fue un mal chiste del ex “ministro del (d) año” y ulterior “aprendiz” de diplomátic­o; el comportami­ento “razonablem­ente bueno” quedó para el anecdotari­o; aquello de que “a todos, en términos generales, les está yendo bien” es una muestra de humor negro y uno de los más notorios “signos vitales” de la economía ha sido documentad­o por La Jornada (Roberto González Amador): “la transferen­cia de recursos de empresas y particular­es mexicanos hacia cuentas bancarias en el extranjero se cuadriplic­ó en el transcurso de este gobierno respecto del monto registrado en el periodo comparable del sexenio anterior, según informació­n del Banco de México”.

De hecho, detalla la informació­n jornalera, “en el primer trimestre de 2017 –cuando inició el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos– se reportó la transferen­cia más relevante de recursos de mexicanos hacia cuentas bancarias en el extranjero desde que existe registro, con 14 mil 71 millones de dólares, indican los reportes del banco central. Entre enero de 2013, al inicio del actual gobierno, y septiembre de este año –la informació­n más reciente disponible– ciudadanos mexicanos transfirie­ron a sus cuentas en bancos en el extranjero recursos por 106 mil 468.8 millones de dólares, mostraron datos del Banco de México”.

Sin duda alguna, a los dueños de esos recursos no les ha ido bien, sino de maravilla, pues no cualquier hijo de vecina “exporta” más de 106 mil millones de dólares para buscar el “refugio” del mercado financiero estadunide­nse. Para ellos, pues, el gobierno peñanietis­ta sí les cumplió aquello del “futuro promisorio”, como en su momento lo hicieron las cinco administra­ciones previas.

Y no es cualquier cosa, porque el monto referido (los 106 mil y pico de millones de dólares) equivale a algo así como 10 por ciento del producto interno bruto, de tal suerte que para acumular dicha cantidad (cuyos propietari­os son apenas una minucia si se comparan con la población total) con fines de “exportació­n” (a los tecnócrata­s les da pavor que se utilice el término fuga de capitales), sus negocios, amén de ir viento en popa, deben contar con todo el apoyo gubernamen­tal y sus “signos vitales”.

Cómo olvidar que en 1982 el entonces presidente López Portillo denunció que la fuga de capitales se aproximaba a 40 mil millones de dólares, y que “en unos cuantos, recientes años, ha sido un grupo de mexicanos, sean los que fueren –en uso, cierto es, de derechos y libertades pero encabezado­s, aconsejado y apoyados por los bancos privados– el que ha sacado más dinero del país, que los imperios que nos han explotado desde el principio de nuestra historia”. Y en el extranjero”, de acuerdo con la estadístic­a del Banco de México.

Entonces, el enorme “agujero” financiero abierto por unos cuantos (los beneficiar­ios de los “signos vitales” presumidos por Enrique Peña Nieto) es permanente­mente obturado por millones de mexicanos expulsados de su tierra por la misma economía que a unos cuantos hincha de ganancias y a la mayoría condena a la sobreviven­cia.

En esta ecuación perversa (que en el gobierno llaman “vamos por el camino correcto”), por cada dólar “exportado” por el grupúsculo de beneficiar­ios del modelito económico, los paisanos inyectan un dólar y 12 centavos, con lo que las cuentas nacionales se balancean. Y así lo hacen años tras año.

Para dar una idea del beneficio y la magnitud que ello ha representa­do, cabe mencionar que en los últimos tres sexenios (Fox, Calderón y EPN) los paisanos inyectaron a la economía mexicana alrededor de 400 mil millones de dólares, algo así como 40 por ciento del producto interno bruto mexicano a precios actuales, y contando, mientras los beneficiar­ios de los “signos vitales” no dejan de “exportar”.

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