La Jornada

Binni Birí: de centro de acopio en CDMX a proyecto solidario para afectados por sismo

Primero entregaron víveres; en esta fase, hornos de barro y catres

- DIANA MANZO JUCHITÁN, OAX.

Niños, jóvenes y adultos integran el colectivo Binni Birí –que significa Gente Hormiga en zapoteco–, creado para ayudar a los afectados por el terremoto de septiembre pasado, labor que hoy continúan en la etapa de reconstruc­ción.

La poeta zapoteca Natalia Toledo, el escritor Mardonio Carballo y el artista Demián Flores impulsan este proyecto solidario que comenzó con un centro de acopio en la colonia Condesa de la Ciudad de México (CDMX), y al llegar a Juchitán para la distribuci­ón tuvo respuesta inmediata de voluntario­s a los que se bautizó como Binni Birí.

En su momento entregaron decenas de toneladas de apoyos, y ahora en la reconstruc­ción entregan hornos de comixcal a mujeres productora­s de tortillas y totopos, además de catres. Según Natalia Toledo, durante la emergencia se necesitaro­n “manos”, y llegaron a apoyar niños y niñas, sus vecinos de la séptima sección a las que se llamó primero “escuadrón hormiguita” y después en zapoteco binni birí.

“Ha sido una gran labor y no nos cansamos, no sólo somos nosotros, hay mucha gente con la cual estamos sumamente agradecido­s; mientras algunos vamos a buscar los apoyos y donativos, otros se encargan de la distribuci­ón para que llegue la ayuda a todos los necesitado­s, vivir un terremoto no es cualquier cosa, ahora estamos en la reconstruc­ción y la ayuda es para reactivar la economía y que los damnificad­os sobrevivan donándoles catres para el descanso y también hornos de barro de comixcal”, dijo.

Los pequeños integrante­s del “escuadrón hormiguita” armaban en dos horas unas 200 despensas, que repartían a pie, en triciclo y camionetas. Maury, de 13 años, es un binni birí; el terremoto tiró su casa, lo que no le impidió unirse a la labor de ayuda. Su tarea principal es descargar ayuda de camiones y armar los apoyos. “Me siento como en familia, ha sido muy chida está amistad que se ha logrado en casa de Cielo Min (Natalia Toledo), entramos y salimos como hormigas cargando cosas, y no nos cansamos”, dijo.

Eddie, de 10 años de edad, sonríe al afirmar que a diario pasa más de 12 horas en casa de Natalia Toledo ayudando, porque los suyos perdieron todo. “No tengo casa, mi madre elabora una bebida que se llama bupu, por eso así me dicen, desde que Natalia nos pidió colaborar para descargar las toneladas de despensa y ayuda estoy aquí, me gusta el ambiente y vamos a seguir ayudando”, afirmó.

El más pequeño de las “hormiguita­s” es Ian, de siete años de edad. Es el más activo porque es muy delgado y fácilmente se desplaza entre los enormes bultos de ayuda para sacarlos.

Para la distribuci­ón, Rocío López de Paz, Juan Manuel Vásquez Ramos, Adrián Santiago y otros más colaboran de forma intensa. Durante la emergencia ocuparon tres camionetas y ahora solo una para distribuir ayuda, pero también lo han hecho a pie y en triciclos.

Rocío es hija de la poeta juchiteca, y junto con voluntario­s acudió a dar ayuda a las localidade­s de Xadani, San Dionisio, San Blas, Santa Cruz Pueblo Nuevo, Chicapa de Castro, Ixtaltepec y Unión Hidalgo.

“Eran toneladas y toneladas de productos que gente altruista nos dio, se ha repartido la mayoría, ahora estamos en el proceso de la reconstruc­ción, los niños, nuestros vecinos, hicieron mucho, sin el escuadrón hormiguita no hubieramos podido lograrlo, son indispensa­bles, los queremos mucho”, dijo.

Juan Manuel Velázquez Ramos, artista visual de Juchitán, dejó los pinceles y se unió a la ayuda. “Ahora estamos donando catres, cobijas, hornos de comixcal, vamos casa por casa, es una tarea muy rica porque ves a la gente en la condición en que vive, la reconstruc­ción no ha sido fácil para los juchitecos, mucha gente duerme debajo de las lonas y en las casas de campaña aún”, dijo.

Adrián Santiago es otro de los voluntario­s, la labor solidaria que realiza ha sido crucial para llegar a las colonias y secciones más alejadas del centro de Juchitán, pero no se cansa, su ayuda es infinita, dice.

Otro aliado del colectivo Binni Birí es el grupo Bicú Yuba, que enseña arte a niños damnificad­os y ofrece funciones de cine, además que realiza talleres de idioma zapoteco y pintura para seguir impulsando la reconstruc­ción física de las personas.

 ??  ?? Una voluntaria del grupo Bicú Yuba imparte talleres de zapoteco y pintura a niños damnificad­os por los sismos que sacudieron Oaxaca y el centro del país en septiembre con la finalidad de ayudarlos a recuperars­e física y emocionalm­ente ■ Foto Diana Manzo
Una voluntaria del grupo Bicú Yuba imparte talleres de zapoteco y pintura a niños damnificad­os por los sismos que sacudieron Oaxaca y el centro del país en septiembre con la finalidad de ayudarlos a recuperars­e física y emocionalm­ente ■ Foto Diana Manzo

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