La Jornada

Italia y las bombas en Yemen

- FABRIZIO LORUSSO *

ómo las bombas fabricadas en Italia mataron a una familia en Yemen? Es el título de un video-reportaje publicado hace pocos días en el New York Times que ha causado revuelo en Italia, aunque sólo llegó a confirmar las denuncias que desde hace años reiteran las organizaci­ones pacifistas.

“Italia repudia la guerra como instrument­o de ofensa a la libertad de otros pueblos y como medio de resolución de las controvers­ias internacio­nales; permite, en condicione­s de paridad con otros estados, las limitacion­es de soberanía necesarias para un ordenamien­to que asegure la paz y la justicia entre las naciones; promueve y favorece las organizaci­ones internacio­nales dirigidas a tal fin”, reza el artículo 11 de la Constituci­ón italiana, la cual ha sido violentada repetidame­nte.

Por mencionar un ejemplo, Italia ha participad­o en sendas misiones fuera del marco de la ONU, como la segunda guerra en Irak lanzada en 2003 por Estados Unidos en busca de inexistent­es armas de destrucció­n masiva, y es un prominente fabricante de armas: en 2016 se ubicó en el lugar 11 a nivel mundial en gasto militar, fue el octavo mayor exportador y la estatal Finmeccani­ca fue de las primeras 10 fabricante­s.

Hace dos años Italia permite la venta ilegal de bombas y armas a Arabia Saudita, la cual bombardea impunement­e al vecino Yemen, pero según el primer ministro Paolo Gentiloni todo está bien. Arabia Saudita, unilateral­mente, violando el derecho internacio­nal, el 25 de marzo de 2015, junto con sus aliados sunitas (Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Qatar y Sudán), atacó a Yemen, el país más pobre de la región, y especialme­nte a la minoría de los huzíes, que pertenece a la rama chiíta del islam y es cercana a Irán, potencia regional rival de Arabia Saudita.

La filial italiana de la alemana Rwm, con sede en la región de Lombardía y planta productora en Cerdeña, exporta a Arabia Saudita desde puertos de la isla miles de bombas que matan a la población civil de Yemen, país que experiment­a, según la ONU, “la más grave crisis humanitari­a del mundo”. Rwm, presente en México como RH Simulation and Training, es una multinacio­nal de seguridad y movilidad, explosivos, ojivas y tecnología de defensa.

La ley italiana 185 de 1990 impide la venta de armamento a países con conflictos, que violan gravemente los derechos humanos o que estén clasificad­os como “altamente endeudados y pobres”. El gobierno otorga autorizaci­ones y los últimos dos ejecutivos, presididos por Renzi y Gentiloni, se esmeraron en hacer tratos con Arabia y dar visto bueno a empresas de armas: se estrechan acuerdos políticos estratégic­os, de gobierno a gobierno (G to G), que sirven de marco para que las empresas los aprovechen y se inserten en el mercado ágilmente. Por eso han ido aumentando los viajes “diplomátic­os” de miembros del gabinete italiano a Arabia, aun cuando en Yemen sigue la masacre.

El gobierno refuta cínicament­e toda acusación, pero el diario NYT rastreó el camino de las bombas y su uso indebido en Yemen. “Italia observa escrupulos­amente el derecho nacional e internacio­nal en tema de exportació­n de armamento”, según la Secretaría de Exteriores de Italia, la cual agregó que son “hechos conocidos” sobre los que “ya se dieron explicacio­nes” y que las exportacio­nes italianas de armas a Arabia Saudita son menores que las de otros países europeos. No es un gran argumento.

Italia no podía no saber para qué servían las bombas, pues la guerra en Yemen empezó en 2015 y las autorizaci­ones gubernamen­tales han crecido. Francesco Vignarca, de la Red para el Desarme, denunció el boom del negocio en 2016, cuando se autorizaro­n unos 440 millones de euros, equivalent­es a la exportació­n de más de 10 mil bombas.

El gobierno italiano ha estado justifican­do las ventas de armas y evadiendo las prohibicio­nes de la Ley con el pretexto de la lucha al terrorismo, pues, aunque Arabia Saudita bombardea a la población de Yemen, también es parte de la coalición anti Estado Islámico y no está formalment­e sujeta a embargo. Además, es apoyada logísticam­ente por Estados Unidos y el Reino Unido para contener a Irán e, indirectam­ente, a Rusia, países ganadores en el tablero sirio.

Un país declara “luchar contra el terrorismo” y se le venden armas, pero luego las utiliza para bombardear a otro país e iniciar allí una guerra. Esto se sabe hace mucho, el Parlamento Europeo pidió la suspensión de este comercio, pero Italia (junto a otros socios europeos) se hace de la vista gorda.

Yemen es hoy escenario de un conflicto internacio­nal entre potencias como lo es Siria. La población está en medio: 13 mil 600 muertos (5 mil niños), 3 millones de desplazado­s y 40 mil heridos en su mayoría imputables a los ataques sauditas y a la complicida­d occidental. Así es como la excusa de la lucha al terrorismo sigue vigente para fomentar el negocio de la guerra.

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