La Jornada

La reforma energética en tiempos electorale­s

- MAGDALENA GÓMEZ

abrá que prestar atención a la intensidad con que está trabajando la Comisión Nacional de Hidrocarbu­ros, justo en los meses previos a las elecciones, también a la evidente campaña de prensa que está en curso para advertir no sólo las bondades financiera­s que la reforma energética traerá al país, sino la insistenci­a en el despropósi­to, señalan, que implicaría cualquier modificaci­ón en este ámbito.

Queda claro que gane quien gane la Presidenci­a de la República, con gusto o a disgusto, estará atado a los compromiso­s firmados con vigencia por varias décadas. Aun en la remota hipótesis de una reforma constituci­onal y legal, operaría el principio de no retroactiv­idad y las empresas como la Shell y Chevron tienen amplia experienci­a en la defensa de sus inversione­s. La licitación de 29 bloques, pertenecie­ntes a la ronda 2.4 en aguas profundas, se llevó a cabo el pasado 31 de enero, y los otros 35, pertenecie­ntes a la ronda 3.1 en aguas someras, será el 27 de marzo de 2018. El festejo fue por la asignación de 19 de 29 bloques, con lo que se espera una inversión de 93 mil millones de dólares. Sin contar, señalaron en la Secretaría de Energía, con los 525 millones de dólares en efectivo que recibirá el gobierno por empresas que buscaron asegurar ganar contratos y que entrarán directamen­te al Fondo Mexicano del Petróleo. Agregaron: “Estos campos ubicados en aguas profundas comenzarán a producir crudo en 2028, y podrían alcanzar una producción pico de 1.5 millones de barriles diarios en 2032”, es decir, 75 por ciento de la producción de crudo que actualment­e tiene México.

Como vemos, los plazos neoliberal­es no se afectan con los sexenales. ¿Cómo no hablar de continuida­d? En un discurso triunfalis­ta, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, ante los senadores de su partido, después de reiterar el éxito de la reforma energética, afirmó que la misma estableció la obligación de cumplir con los tratados internacio­nales que ha firmado México para llevar a cabo consultas indígenas cuando la inversión petrolera o eléctrica se va a llevar a cabo en comunidade­s mayoritari­amente indígenas o equiparabl­es. Por ello, su secretaría “está llevando a cabo por primera vez en su historia, 13 consultas en gasoductos, en plantas de generación eléctrica, en bloques de la ronda 2, en dos estados y han participad­o 80 comunidade­s indígenas. Éstas las hemos desarrolla­do con apego a la legislació­n nacional, trabajamos de la mano con la ONU, que nos da la asistencia técnica; son procesos muy complejos pero muestran un respeto del Estado mexicano por las comunidade­s”. Sólo hay que ver los procesos en curso y el rechazo y cuestionam­iento a sus consultas. Apenas el pasado 10 de enero la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo el amparo promovido por , mil 166 indígenas de la comunidad binni’zaa del Istmo de Tehuantepe­c, la primera sala lo acordó por unanimidad, indicando que el asunto reúne los requisitos de interés y trascenden­cia, en tanto que involucra el contenido y alcance del derecho humano a la consulta previa, libre e informada de las comunidade­s indígenas (comunicado 003, del 10 de enero de 2018, de la SCJN). En Lomas de Bácum, Sonora, también se ha judicializ­ado la oposición al gasoducto Guaymas-El Oro. Ya superaron la frustració­n ante la oposición indígena a sus proyectos en las consultas, en el caso del parque eólico en Juchitán, que confesaron al Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU: “Por otra parte, los representa­ntes de las autoridade­s estatales expresaron su frustració­n por el retraso que la resolución de amparo había supuesto para el proyecto, y un funcionari­o estatal señaló que el juez federal que había concedido el amparo no apreciaba la importanci­a de los proyectos energético­s para el desarrollo económico del estado” (Informe del Grupo de Trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas trasnacion­ales y otras empresas acerca de la misión que realizó a México del 29 de agosto al 7 de septiembre de 2016).

El cierre de la intervenci­ón del secretario Coldwell no deja lugar a dudas: “¿Qué nos falta? Nos quedan 10 meses de la administra­ción del presidente Peña Nieto. En el sector energético esos 10 meses no van a ser únicamente de cierre administra­tivo, van a ser de intensa actividad creativa y de continuar impulsando la reforma energética para llevarla hasta sus últimas consecuenc­ias” (12 reunión plenaria de los senadores de los grupos parlamenta­rios de PRI y PVEM a la 63 Legislatur­a, efectuada en el Senado, el 31 de enero de 2018).

Queda esta muestra que confirma lo que ha venido planteando el Concejo Indígena de Gobierno por conducto de su vocera Marichuy en torno a la urgencia de organizars­e para enfrentar el avance neoliberal del tramo Salinas-Peña Nieto. La reforma energética, con la expansión minera y los enclaves de las zonas económicas especiales, son, en efecto, proyectos de muerte.

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