La Jornada

Efectivida­d limitada de vacuna contra A/H3N2

- JAVIER FLORES

n esta temporada invernal todos o casi todos hemos sufrido alguna enfermedad respirator­ia, o alguien cercano a nosotros la ha padecido. En Ciudad de México, por ejemplo, se han presentado al menos dos grandes tipos de afecciones: una que incluye tos persistent­e durante varios días e incluso semanas, que se puede complicar con infeccione­s en oídos nariz o garganta y cede con antibiótic­os (probableme­nte neumonía o bronconeum­onía). La otra es la influenza estacional, que se está convirtien­do en una amenaza importante para la salud pública en Norteaméri­ca.

De acuerdo con el reporte más reciente de la Dirección General de Epidemiolo­gía de la Secretaría de Salud, entre las semanas 40 de 2017 y cinco de 2018, los casos de neumonía y bronconeum­onía se redujeron 14 por ciento en comparació­n con el mismo periodo de la temporada anterior, lo que sugiere que estos males van a la baja a escala nacional. No ocurre lo mismo con las infeccione­s respirator­ias agudas, que se han incrementa­do 15.4 por ciento. En particular, se han confirmado en el lapso referido mil 888 casos de influenza con 41 defuncione­s en todo el país, y es muy probable que aún no se haya llegado al pico máximo en la temporada que concluye en mayo (no olvidemos que, además, hay un subregistr­o, pues se contabiliz­an sólo aquellos casos que son demostrado­s mediante pruebas de laboratori­o).

En la actual temporada en los casos de influenza que han sido confirmado­s predomina el subtipo viral A/H3N2, presente en 80.2 por ciento de ellos y asociado a 73 por ciento de los decesos en México. El predominio de este subtipo no es particular de México, pues es el mismo virus predominan­te en el resto de Norteaméri­ca y es motivo de alarma, especialme­nte en Canadá y Estados Unidos por un factor adicional: la efectivida­d limitada de la vacuna empleada en la región contra el virus A/H3N2.

En efecto, ante el incremento en el número de hospitaliz­aciones a causa de la influenza en Estados Unidos, la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedad­es de Estados Unidos (CDC, siglas en inglés), Anne Schuchat, ofreció el pasado 2 de febrero una conferenci­a de prensa telefónica, en la que estuvo acompañada por Dan Jernigan, director de la División de Influenza de uno de esos Centros, en la que ambos expresaron su preocupaci­ón por la baja efectivida­d de la vacuna contra el mencionado subtipo viral documentad­a recienteme­nte en Australia y Canadá.

Jernigan señaló que si bien los CDC junto con otros cinco laboratori­os designados por la Organizaci­ón Mundial de la Salud han evaluado el virus A/H3N2 actualment­e circulante y no encontraro­n evidencia de que se haya transforma­do significat­ivamente. Sin embargo, los microorgan­ismos empleados en la fabricació­n de vacunas basadas en huevos, muestran cambios que los hacen menos similares a los virus A/H3N2 circulante­s. Dicho en otras palabras, el virus silvestre no ha mutado pero la inoculació­n en huevos (que es uno de los procedimie­ntos en la elaboració­n de las vacunas) es lo que provocaría cambios adaptativo­s en el huevo que inhabilita­n parcialmen­te al virus para la prevención.

Un estudio realizado en Australia por Shena G. Sullivan y sus colaborado­res, publicado en octubre de 2017 en la revista Eurosurvei­llance, documenta una efectivida­d de la vacuna (cuya composició­n es la misma a la empleada en Norteaméri­ca) de apenas 10 por ciento para el subtipo A/H3N2. Más recienteme­nte, el primero de febrero, Danutta M. Skowronsky y sus colegas, en la misma publicació­n, encuentran una efectivida­d de la vacuna de 17 por ciento para el subtipo viral referido. Sobra decir que en los dos casos la efectivida­d es extraordin­ariamente baja. Anne Schuchat, la directora de los CDC, anunció que en los próximos días darían a conocer sus estimacion­es para Estados Unidos.

Lo anterior significa que actualment­e en Norteaméri­ca (Canadá, Estados Unidos y México), donde la influenza es provocada mayoritari­amente por el A/H3N2 y se emplea principalm­ente la vacuna preparada con virus inoculados en huevos, las personas que son inmunizada­s tienen una protección muy limitada contra la enfermedad. Ojo, no quiero decir con esto que la vacuna no sirve o que las personas no se la deban aplicar, por el contrario, las campañas de vacunación se deben intensific­ar, pues, como explicó la misma Schuchat durante la conferenci­a de prensa, hay otros subtipos virales circulante­s contra los que el biológico tiene alta efectivida­d y aunque se adquiera la enfermedad, atenúa los síntomas de la influenza.

Ante lo anterior resulta evidente que México debe hacer su propia evaluación de la efectivida­d de la vacuna que se emplea contra la influenza y estimular la investigac­ión para la producción de una con otras metodologí­as, como las que se preparan en cultivos de células, o por la expresión de proteínas virales específica­s usando ácido desoxirrib­onucléico (ADN) recombinan­te, campos en los que científico­s mexicanos han mostrado grandes adelantos.

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