Expertos sugieren no tomar decisiones drásticas durante el enamoramiento
Es un estado de idealización de la pareja, alertaron
Actualmente muchos adultos jóvenes no se comprometen en relaciones amorosas formales porque sus necesidades, sobre todo educativas, laborales y económicas, son su prioridad.
Ahora son “amigovios”, es decir, son amigos, pero cuando se requiere pueden ser compañeros sexuales. A este tipo de relación abierta también se le denomina “amigos con derechos” o free.
Ofelia Reyes Nicolat, académica y ex jefa del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló a La Jornada que estos sectores, generalmente los denominados millennials, optan por tener “relaciones abiertas: cuando tienen ganas de encontrarse, lo hacen. Usan métodos anticonceptivos y, como es un vínculo abierto, ninguno está comprometido con la relación”. Por eso sale sobrando el título de novia o novio.
Vida con los padres
Con motivo de este 14 de febrero, comentó que los interesados en los estudios dan prioridad a la universidad y a los posgrados, y otros a satisfacer sus necesidades económicas y “se ponen a trabajar” para colaborar en el hogar paterno: “es más importante el compromiso con su familia que casarse”. Además, saben que aun con posgrado los sueldos son “precarios” y no alcanzan para mantener a una familia propia.
Por eso muchos siguen viviendo con sus padres y no dan el paso para vivir con una pareja ni menos piensan en casarse o tener hijos. Todo eso se posterga o se renuncia a esa posibilidad.
Asimismo, quienes ya viven solos, tienen estudios universitarios y van por maestrías y doctorados rehúyen el compromiso económico y amoroso.
“En general, hay temor al compromiso, porque las cosas no están nada fáciles. Algunos tienen mucho interés en su desarrollo personal, más que por hacer familia, lidiar con pareja Dilatación de pupilas, taquicardia, temblor, palidez, insomnio, falta de apetito, nerviosismo, euforia, alegría y descarga de energía, pero cuando la incertidumbre es intensa, se da un gran estado de angustia.
También hay secreción de varias sustancias: serotonina, dopamina, endorfinas, adrenalina, oxitocina y glutamato, y se activan 12 áreas cerebrales. Todo eso puede suceder cuando se está en presencia de la persona que inspira el enamoramiento (estado previo al amor y que puede o no desembocar en éste), señalaron estudiosos del estado transitorio llamado también limeranza y que tiene el poder de hacer lucir físicamente mejor o incluso más joviales a quienes lo experimentan.
El enamoramiento puede ser el “preámbulo” del amor; es transitorio, irracional, durante esta etapa se da rienda suelta a las emociones y sentimientos y se agudizan los sentidos, coincidieron en señalar Ricardo Gallardo Contreras, jefe del servicio de siquiatría del Hospital Juárez de México de la Secretaría de Salud, y la sexóloga Paulina Millán Álvarez, directora de investigación del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex).
Entrevistados a propósito del Día del Amor y la Amistad, los expertos señalaron que dado que se trata de un estado de idealización del otro, no es positivo tomar decisiones drásticas como casarse, porque una vez que esta condición cede, la visión puede cambiar. Millán indicó que esta sensación puede durar de seis meses a dos años.
Estado alterado
El enamoramiento varía de acuerdo con la madurez de la persona, su personalidad y su edad, pero en general es un estado que altera. Cuando no es correspondido debe optarse por intentar ponerle fin, tras lo cual vendrá una “etapa de duelo”, comentó Gallardo Contreras, quien dijo que es frecuente en la consulta atender casos de intentos de suicidio en adolescentes, cuando no ha habido reciprocidad.
Millán Álvarez comentó que en ocasiones, cuando hay obstáculos o dudas respecto de la reciprocidad, puede reforzarse la limeranza. Sobre ésta, no se sabe por qué se inicia, por qué la activa una determinada persona y quienes la han experimentado no identifican el momento cuando comenzó. Suele ser gradual y puede sentirse más de una vez en la vida.