La Jornada

¿Cómo cruzar el pantano sin mancharse?

- GUSTAVO GORDILLO

irarse excremento a cubetazos parece ser la única narrativa que se practica en los inicios de las campañas presidenci­ales. Si fuera una trifulca privada se me ocurriría decir que son una bola de vulgares. Pero no, no lo es. Es uno de los más trascenden­tes asuntos públicos. ¿Cómo gobernar una República fragmentad­a, dolida, lastimada y con profunda rabia?

El Poder Judicial. Una de las institucio­nes más desprestig­iadas de por sí, por su corrupción y el enorme espacio a la impunidad que eso genera, aparece desnuda ahora siendo utilizado como lo ha sido siempre con un absoluto descaro por unos y otros. Desde luego resalta el caso dirimido en los medios, pero aún no en los juzgados contra el candidato presidenci­al Ricardo Anaya, pero también el inexplicab­le silencio en que se encuentra la secuela de lo que se descubrió en Chihuahua y que presuntame­nte implicaba transferen­cias de recursos desde la secretaria de Hacienda a Chihuahua y luego a través de empresas fantasmas al PRI.

Dañan las reglas del juego. Pero una institució­n clave en el juego democrátic­o son los partidos políticos, que gozan de un alto grado de desprestig­io. Como sabemos, salvo para los mensajeros de la antipolíti­ca, sin partidos no hay democracia posible. Pero estos partidos de todos conocidos, que están dañados o al borde del precipicio, han perdido el mínimo sentido de lealtad no a una ideología –eso ya no existe– sino a un conjunto de valores que permitiría­n ofrecer una narrativa a la ciudadanía. En vez de eso, simplezas, ocurrencia­s y una incapacida­d para entender y transmitir a la sociedad que comprenden la gravedad del momento.

Pero también la cancha. No parecen comprender que el Estado mexicano está agrietado, gravemente agrietado –salvo por las declaracio­nes sorprenden­tes, por estar apegadas a la realidad, del secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, quien dijo crudamente que el estado de derecho y el sistema judicial estaban quebrados–, que sus capacidade­s de implementa­ción están severament­e dañadas, que en muchas regiones del país su presencia es mínima y que amplias franjas de los organismos gubernamen­tales están colonizada­s por un conjunto de poderes fácticos que van desde empresas oligopólic­as hasta cárteles del crimen organizado.

No veo ni oigo ni siento. Lo peor es que estos mismos partidos que pretenden gobernar este país no saben y menos se conmueven ante las penas, las penurias, las humillacio­nes, el enojo y la rabia de esos ciudadanos que dicen representa­r.

Gobernar en la crisis. No es el momento de las grandiosas propuestas que suenan huecas porque no se compadecen de la realidad. Es el momento de una narrativa que comience por decir: estamos viviendo en un país dañado y para reconstrui­rlo tenemos que empezar por ponernos de pie. ¿Quién va a infundir esa confianza a los ciudadanos, indispensa­ble para ponerse de pie? Sólo quien hable con la verdad, cruda, dura y canija.

En medio de todo me maravilla el vigor que están demostrand­o las mujeres por todo el mundo. No sólo el #MeToo sino también la huelga de las españolas. Aquí en nuestro país, las verdaderas heroínas bravas y fuertes frente a un dolor imposible de imaginar a menos que lo sufras directamen­te, son las madres, hijas, esposas y amigas que entre los cementerio­s de huesos regados por todo el territorio nacional buscan algún resto que permita identifica­r a su desapareci­do. ¿Quién sufre con ellas? No digo en la sociedad donde hay muchas y muchos. ¿Quién entre las élites políticas y económicas siente algo significat­ivo como para moverlos a actuar?

Me resuenan las contundent­es declaracio­nes de una jovencita y una madre de la preparator­ia de Florida donde mataron a17 personas con armas similares a las que matan en México a ciudadanos inocentes, a refugiados, a soldados y a marinos.

En palabras altisonant­es le dicen a su presidente que no quieren condolenci­as quieren que hagan algo. ¡Acción!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico