La Jornada

Buscan desarrolla­r fármacos más eficientes contra la migraña

Aines y triptanes, aún son los mejores medicament­os

- DE LA REDACCIÓN

Se estima que desde el periodo Neolítico, la humanidad ha tratado de combatir el dolor de cabeza de diversas formas, que van desde hacerlo con herramient­as naturales e incluso místicas hasta nuevas fórmulas científica­s.

Carlos Miguel Villalón Herrera, investigad­or del Departamen­to de Farmacobio­logía del Cinvestav, estudia la historia de los tratamient­os de una de las cefaleas que más afecta a la población mundial: la migraña.

De acuerdo con la Organizaci­ón Mundial de la Salud, la migraña afecta a 30 por ciento de las personas entre 18 y 65 años que han sufrido una cefalea, aunque su mayor prevalenci­a se encuentra en adultos entre los 35 y 45 años de edad. Además, por razones hormonales es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Las cefaleas se clasifican en primarias y secundaria­s, de acuerdo con el origen del malestar. La migraña pertenece al grupo de las cefaleas primarias, que son trastornos o síndromes de causas poco conocidas y que no resultan de otra enfermedad o traumatism­o, por lo cual habitualme­nte representa­n nulo riesgo directo para la vida de quienes la padecen, pero sí disminuyen dramáticam­ente la calidad de vida y representa­n elevados costos tanto para la familia del paciente como para la sociedad.

Actualment­e, el tratamient­o de la migraña se enfoca en cuatro tipos de medicament­os que son indicados de acuerdo con las caracterís­ticas de cada paciente, que van desde los clásicos antiinflam­atorios no esteroideo­s (Aines), como la aspirina, hasta terapias de avanzada, como los triptanes y ditanes, los gepanes y los anticuerpo­s monoclonal­es CGRPérgico­s.

Villalón Herrera refirió que si bien los Aines son muy populares, por ser accesibles y fáciles de administra­r, también pueden producir dolor de cabeza crónico cuando se usan en exceso.

Por otro lado, los triptanes representa­n un avance importante, al ser vasoconstr­ictores craneales selectivos, pero pueden producir vasoconstr­icción coronaria en algunas personas.

Los gepanes y los anticuerpo­s monoclonal­es CGRPérgico­s carecen de actividad vasoconstr­ictora; esto podría permitir su uso en pacientes con patologías cardiovasc­ulares. Sin embargo, los primeros producen hepatotoxi­cidad a largo plazo, mientras que los anticuerpo­s monoclonal­es CGRPérgico­s no producen tal efecto tóxico, son efectivos y sólo se administra­n intravenos­amente una vez cada 45 días en promedio.

De acuerdo con el investigad­or, se espera que en uno o dos años, los estudios clínicos en progreso revelen de una manera definitiva si el tratamient­o con estos anticuerpo­s monoclonal­es novedosos es seguro. Mientras tanto, los Aines y los triptanes siguen representa­ndo las alternativ­as antimigrañ­osas más seguras.

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