“El NAICM, un barril sin fondo; es tirar el dinero”
El gran acuerdo es poner por delante la honestidad, dice
Andrés Manuel López Obrador suspira cuando habla sobre el tiempo que pasa en su finca de Palenque, Chiapas. Los de la Semana Mayor fueron sus últimos días de asueto antes de llegar a la recta final por la Presidencia de la República: “Tengo mi pistita para caminar en la mañana. Ahora están floreando el guayacán y el maculí, y pasan las guacamayas y a veces se posan en los árboles. En La Chingada me desconecto”.
Antes de desconectarse, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia –que integran Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social– se da tiempo de hablar de las urgencias del momento, de la renovada polémica por el Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM), de las coincidencias y diferencias en el movimiento que encabeza, de sus adversarios y sus aliados.
Una y otra vez insiste en la necesidad de “revisar el proyecto” del NAICM. En esa ruta ha encargado a la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero y a Javier Jiménez Espriú analizar las vías jurídicas para evitar la continuación de la obra.
En tanto, los inversionistas, dice, pueden estar tranquilos pues, en caso de ganar, el nuevo gobierno garantizará sus bonos y sus contratos.
En su tercera vuelta en pos de la Presidencia, el político tabasqueño también aborda, claro, la posibilidad de que lo que llama “mafia en el poder” decida quién le hará frente, de entre José Antonio Meade y Ricardo Anaya: “No ha sido fácil porque se han dañado bastante”.
El NAICM, “reparto del botín”
López Obrador aborda el asunto que lo ha convertido en blanco de un coro de críticos: su postura de “revisar” los detalles del NAICM.
La entrevista ocurre luego de una reunión con empresarios de la construcción, que derivó en un acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial de instalar una mesa técnica para analizar la viabilidad del megaproyecto sexenal.
Para el candidato de Morena, el NAICM “es un barril sin fondo, es tirar el dinero al lago de Texcoco”, pues se eligió el “peor lugar” posible, dado que se trata de un sitio donde hay más hundimientos que en el resto del valle de México.
–El gobierno argumenta que se hicieron todos los estudios técnicos.
–No, no han podido resolver el problema hidráulico, terminaron sacando el agua del subsuelo con mangueras de polietileno.
López Obrador es consciente del rechazo que provoca su postura: “Les molesta mucho. Están dejando comprometido el presupuesto, se quieren esmerar en firmar más contratos para que nos dejen una especie de camisa de fuerza y ya no podamos hacer nada”.
Insiste en una propuesta que presentó hace más de dos años: “Podemos trasladar la construcción al aeropuerto militar de Santa Lucía”.
Del lado oficial se asegura que la monumental obra estará terminada en 2024, año en el que cerrarían la terminal actual y la base aérea de Santa Lucía, lo cual implicaría, a decir del entrevistado, tirar a la basura inversiones relativamente nuevas, como la Terminal 2 del aeropuerto Benito Juárez y la ampliación del hangar presidencial. “No hay racionalidad, es el afán de obtener dinero mediante estos contratos del gobierno”.
–Lo que sí parece racional es machacar este tema en plena campaña.
–Piensan que van a asustar a la gente, que hay inversionistas que se van a espantar porque han vendido bonos. Ante cualquier circunstancia, vamos a garantizar que los que invirtieron no pierdan. Lo mismo en el caso de los contratos. Es cuestión de hablar con las empresas constructoras, que no llegan a 10.
–¿Qué hacer con lo invertido en el NAICM?
–La inversión que se haya hecho para cimentación, para relleno, se puede utilizar para muchas cosas, espacio público para el deporte, la ecología, edificios públicos, instalaciones para el Ejército que no requieran de mucha cimentación.
“Nada de tolerar la corrupción”
López Obrador responde a las críticas de organismos empresariales, que han demandado “certidumbre”: “Sostengo que no es un asunto de certidumbre, sino de no tolerar la corrupción. Si la decisión es continuar la obra porque puede generar incertidumbre, entonces vamos a ser todos cómplices de la corrupción, vamos a avalar lo que consideramos que está mal planeado, va a ser mal ejecutado y no va a servir”.
–Más allá de los contratos, hay opiniones técnicas que señalan que no es viable en Santa Lucía.
–Ellos tienen cooptados a muchos técnicos. En el mismo Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México hay dos o tres posturas. Hay quienes están recibiendo contratos y tienen que decir una cosa, aun siendo técnicos de ese organismo, y otros que opinan de manera distinta.
–Los técnicos con los que ha hablado, ¿sí lo consideran viable?
–Son muy buenos. Nadie sabía que la base aérea de Santa Lucía tiene 3 mil hectáreas. Para dimensionar esto, el actual aeropuerto tiene 600. La base debe tener ya unos 50 años y ha funcionado a la par del actual aeropuerto. ¿Por qué dicen entonces que va a haber interferencia aérea? Eso se resuelve, es un asunto de tecnología. En el mundo hay muchos aeropuertos con mayor cercanía que entre el actual y Santa Lucía, que son 38 kilómetros.
Hace unos años, recuerda López Obrador, pidió ayuda al ingeniero José María Rioboo –estructurista que hizo los cálculos para el segundo piso del Periférico– para analizar el proyecto y buscar alternativas.
El preámbulo fue una visita que Rioboo realizó a la base militar. “Los militares, que están inconformes, le dieron toda la información, le permitieron entrar porque no quieren que se cierre esa base. Y porque saben perfectamente que el nuevo proyecto está manchado. Santa Lucía cuenta con buen suelo y es propiedad de la nación”.
Pros y contras en el movimiento
–Se ha sumado mucha gente al movimiento que encabeza. ¿Los une el proyecto o la revancha contra el grupo en el poder que los ha agraviado?
–Es el proyecto, en algunos asuntos, no en todo. Creo que podemos lograr una reconciliación a partir de acabar con la corrupción. –¿Ese sería el punto en común? –El gran acuerdo es poner por delante la honestidad. Podríamos no coincidir en otras cosas, pero en eso sí. Y también en que ya no puede existir esa monstruosa infamia de la desigualdad económica.
Conseguir la paz y que exista un verdadero estado de derecho son los otros ejes de su propuesta. “Eso es veneno puro para los que se benefician de un estado chueco; no quieren que exista legalidad”.
Resume el candidato: “No necesitamos coincidir en muchas cosas, (sino) en una agenda donde lo importante sea acabar con la corrupción, que haya democracia, desarrollo y bienestar, es más que suficiente. Hay otros temas, los que tienen que ver con la diversidad sexual, que son muy polémicos”.
–Igual que el aborto.
–Para todos estos temas estoy planteando que donde no estemos de acuerdo se queden las cosas como están; si ya hay una legalidad vigente, que se respete, es como una especie de amparo, una suspensión provisional o definitiva.
“SI “PENSABAN MEADE