Lenta reconstrucción de escuelas en el Istmo altera vidas de docentes y alumnos
Aún en obras, 80% de los planteles dañados por el sismo de 2017
Ser docente en medio de la reconstrucción posterior a un terremoto es un reto para los profesores del Istmo de Tehuantepec. Muchos de ellos laboran en aulas provisionales o prestadas; algunos cambiaron turno laboral e inclusive dejaron actividades recreativas para ocuparse de sus estudiantes.
Rehacer aulas es un proceso lento en esta zona de Oaxaca. Por ejemplo, los estudiantes de la primaria Juchitán toman clases en salones que prestó la primaria Jaime Torres Bodet y en el turno vespertino, porque sus aulas ni siquiera han sido demolidas más de ocho meses después del terremoto del 7 de septiembre.
De acuerdo con la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el sismo dañó en el Istmo de Tehuantepec alrededor de mil 665 planteles, de los cuales 80 por ciento sigue en reconstrucción y el resto ya se rehabilitaron, pues sólo sufrieron daños menores.
La primaria Juchitán se ubica en la segunda sección de la localidad, y antes del sismo funcionaba en turno matutino con 16 profesores y 270 estudiantes. La matrícula se redujo a 190 alumnos, pues el resto cambió de escuela.
Después del sismo ‘‘todo cambió’’, dijo el profesor Francisco Antonio Cuevas, quien imparte clases a estudiantes de quinto grado. Consideró que el cambio de plantel, horarios y tiempo en las aulas ha afectado a sus alumnos, principalmente sus hábitos alimentarios y de recreación.
‘‘A las tres de la tarde, en plena clase, los niños piden comer porque su reloj biológico así lo indica. Ellos tomaban clases de las ocho de la mañana a la 1:30 de la tarde; ahora lo hacen de 1:30 a cinco de la tarde. Eso es una complicación, pero lo hemos soportado’’, dijo.
Cuevas, quien perdió su casa en el temblor, explicó que los padres decidieron que las clases se reanudaran en enero en aulas prestadas, pues temían que se perdiera