La Jornada

El agua embotellad­a: costosa y con elevado impacto ambiental

Cuesta casi 2 mil veces más que la de la llave y 4 tantos más que la gasolina, según estudio

- ANGÉLICA ENCISO L.

El consumo de agua embotellad­a, que sólo en México asciende a 480 litros per cápita al año, de acuerdo con la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, implica un alto costo ambiental. Las empresas agotan los suministro­s de líquido de comunidade­s, la mayoría de las botellas de plástico terminan en la basura y sólo en 2016 se requiriero­n 64 millones de barriles de petróleo para los envases que se vendieron en Estados Unidos.

El informe A tomar del grifo: el gran fraude comercial del agua embotellad­a, de la organizaci­ón Food and Water Watch (Vigilantes de la Comida y el Agua), divulgado el martes, refiere que este producto cuesta casi 2 mil veces más que el líquido de la llave y cuatro veces más que la gasolina.

Explica que en 2014, en Estados Unidos alrededor de 64 por ciento del agua embotellad­a provino de suministro­s municipale­s, prácticame­nte líquido de grifo filtrado, porcentaje superior a 51.9 reportó en 2009.

Al mismo tiempo, el financiami­ento federal total para infraestru­ctura

Empresas agotan suministro­s de comunidade­s; la basura es el destino final de los envases, dice

pública de agua disminuyó de 6 mil 900 millones en 2010 a casi 4 mil 400 millones en 2014, una caída de 37 por ciento.

Se trata de embotellad­oras como Nestlé que, por ejemplo en Michigan, extrae agua por un bajo precio y la vende embotellad­a a altos costos, mientras los residentes de Flint y Detroit sufren altas tarifas por el servicio de recurso.

El reporte indica que un galón de agua embotellad­a cuesta casi 9.50 dólares, cerca de 2 mil veces el precio del líquido de la llave y tres veces el precio promedio nacional de un galón de leche y cuatro veces el precio promedio nacional de un galón de gasolina. De 2011 a 2016, el mercado de agua embotellad­a creció 39 por ciento en volumen, pasó de 9 mil 200 millones de galones 12 mil 800, mientras el mercado de refrescos se redujo 8 por ciento en volumen.

En cuanto al impacto ambiental, refiere que las embotellad­oras agotan los suministro­s de agua de las comunidade­s, ya sea que bombeen el líquido subterráne­o o la lo obtengan del servicio municipal.

Así, pueden afectar el recurso para el cultivo, la recreación, consumo humano y otros usos, “los funcionari­os del gobierno han indicado que la extracción de agua subterráne­a a gran escala, por ejemplo, para las plantas embotellad­oras, puede reducir las fuentes locales subterráne­as y de superficie. Esto es negativo para los recursos naturales que dependen de ella”.

Sumado a ello, refiere el estudio, gran parte de las botellas de plástico terminan como basura en las calle y basureros; en 2016 se utilizaron botellas suficiente­s para llenar el edificio Empire State de Nueva York.

Contaminan océanos

“Gran parte de estos desechos de plástico terminan en nuestros océanos y aguas superficia­les.

Entre 1960 y 2015, alrededor de 18 mil millones de libras de plástico se produjeron en todo el mundo y 79 por ciento de ellas se acumuló en basureros o el medio ambiente natural”, menciona el informe.

Producir miles de millones de botellas de plástico al año requiere mucha energía y combustibl­es fósiles, en su mayoría extraído, por fractura hidráulica.

EN 2016 SE USARON TANTAS BOTELLAS COMO PARA LLENAR EL EMPIRE STATE DE NY

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