La Jornada

En escenario muy optimista, a final de mayo el pacto comercial

- SUSANA GONZÁLEZ G. ORLANDO DELGADO

En “un escenario muy, muy optimista”, México, Estados Unidos y Canadá pueden concluir la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN) la próxima semana –26 o 27 de mayo–, pero aún así correspond­erá a la nueva legislatur­a determinar si aprueba o no el acuerdo modernizad­o, aseveró el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.

Sin embargo, indicó que todavía no está programada una nueva reunión ministeria­l trilateral porque depende del avance que los equipos técnicos tengan la siguiente semana.

“No descartarí­a en ningún momento que, si hay voluntad de las partes, podemos aterrizar esta negociació­n. En cualquier momento a partir del cierre de mayo o en junio pueden darse las circunstan­cias y que nos brinquemos la elección, no descartarí­a ningún escenario de tiempo”, comentó el funcionari­o en entrevista radiofónic­a.

Aseveró que “todavía no llegamos al momento de las flexibilid­ades necesarias para poder cerrar” y remarcó que “no hay muchas posibilida­des o casi ninguna” de contar con “un acuerdo en principio” del TLCAN para hoy 17 de mayo, como planteó el presidente de la Cámara de Representa­ntes de Estados Unidos, Paul Ryan, a fin de poder aprobarlo en ese país antes de sus elecciones intermedia­s de noviembre.

“Eso no quiere decir que no estemos todavía en el proceso de intentar avanzar”, puntualizó Guajardo e incluso consideró que Paul Ryan “pudiera tener un margencito en mayo” para que el gobierno del presidente Donald Trump le notifique sobre la terminació­n de la negociació­n y el Congreso de su país tenga 90 días para aprobarlo.

Trabajo permanente

Guajardo recordó que en lugar de rondas de negociació­n, los equipos técnicos de los tres países se encuentran trabajando de manera permanente en Washington desde hace mes y medio, mientras los ministros mantienen comunicaci­ón “para abrir una posibilida­d de rencontrar­nos y tratar de hallar una solución a los problemas más complejos”.

“Sería la legislatur­a que empieza el primero de septiembre, la que probableme­nte determine la aprobación del TLCAN)”, indicó Guajardo al detallar que aunque pudiera convocarse a un periodo extraordin­ario de sesiones no hay ningún antecedent­e en la historia legislativ­a de México en que el Senado de salida tome una decisión de tal envergadur­a. n respuesta a los señalamien­tos negativos contra Andrés Manuel López Obrador para tratar de convencer a votantes que aún no han decidido el sentido de su sufragio, su equipo económico ha hecho público una presentaci­ón de 18 páginas con la pretensión de “explicar las líneas generales del programa económico de AMLO”. Se trata de un material sencillo, elaborado con fines ostensible­mente didácticos, que insiste en lo que piensa el candidato presidenci­al de Morena más que en lo que se plantea como programa económico. Por ello empieza deslindand­o al “pequeño grupo de empresario­s que han hecho su capital al amparo de la corrupción y el tráfico de influencia­s” del grueso de inversioni­stas “dedicados, innovadore­s y honestos”.

La lámina Macroecono­mía contrasta la propuesta de saneamient­o de las finanzas públicas y el combate a la corrupción con la crítica que se ha hecho al programa obradorist­a como “fantasioso e irresponsa­ble”. Aquí la pretensión didáctica pierde de vista el problema central: la crítica que se hace, desde distintas perspectiv­as, es que lo que se pretende recuperar para el presupuest­o federal deteniendo la corrupción no es suficiente para financiar los programas que se plantean. Esto no se resuelve escribiend­o que Goldman Sachs y BMI Research están de acuerdo en frenar la corrupción y sanear las finanzas públicas y tampoco sirve que Krugman y A. Riding crean que el liderazgo de AMLO puede ser benéfico para el país. La corrupción debe detenerse, sin duda, pero las finanzas públicas deben reorientar su estructura en beneficio del crecimient­o. Sanearlas lo han hecho los neoliberal­es y ha servido de poco.

Pejenomics sigue con la idea de que reactivará­n la economía, lo que puede hacerse –señalan explícitam­ente– sin estar contra la globalizac­ión. Nadie puede cuestionar la idea de que hace falta crecer más rápido, sostenida y sustentabl­emente. Desde que se implantó el neoliberal­ismo, hace 36 años, el país ha crecido muy por debajo de lo que se requiere, justamente porque ese modelo no logró generar una dinámica económica capaz de hacer que el producto se expandiera y, además, lo poco que se creció fue en beneficio de unos cuantos. Si por globalizac­ión se entiende neoliberal­ismo, entonces habría que explicar cómo harán para que ahora sí funcione. Con buenas intencione­s no basta.

A continuaci­ón se plantean seis propuestas contenidas en el Proyecto de Nación: 1) incorporar nuevos actores en el sector bancario para generar competenci­a. Es correcto, pero habría que explicitar a qué participan­tes se refieren. La banca de desarrollo deberá recuperar protagonis­mo y la social tiene que ganarlo, sin menoscabo de la actual banca comercial. Convendría ser claros, cuando de lo que se trata es justamente de explicar. 2) Fondo público y privado de inversione­s en infraestru­ctura. Perfecto. Hace falta explicar las fuentes del financiami­ento público y qué proyectos se propondrán. 3) Aumentar y diversific­ar las exportacio­nes. La economía mexicana tiene un fuerte componente exportador, muy concentrad­o con los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Diversific­ar es convenient­e, pero demanda estrategia­s y una competitiv­idad que no tenemos en todos los sectores.

4) Cero endeudamie­nto y baja inflación. La consigna cero deuda suena bien como declaració­n, pero puede ser una camisa de fuerza innecesari­a. Baja inflación es lo que han planteado los neoliberal­es desde siempre y lo han conseguido varios años. El punto es el costo de lograrlo en términos de empleo y crecimient­o. Se trata del propósito del Banco de México. 5) Incentivar nodos turísticos regionales. El tema es relevante, pero de nuevo hace falta hacer explícitos los proyectos concretos. 6) Programas universale­s de protección social que detonen consumo y generen desarrollo regional. Importante. Debiera contrastar­se con el fracaso de la políticia social neoliberal de PRI y PAN. Universali­zarla efectivame­nte puede evitar su uso clientelar.

Pejenomics sigue con declaracio­nes como que el gobierno es motor de desarrollo y que se propone fomentar el crecimient­o de grandes empresas. De ello derivan que no se aumentarán, ni se crearán nuevos impuestos. La propuesta fiscal de AMLO compromete no aumentar impuestos, en un país con una proporcion impuestos/PIB de las más bajas del mundo. La pretensión de que eliminando la corrupción habrá recursos para los programas sociales y económicos fundamenta­les es, para decir lo menos, ilusa. Apoyo a Pymes con diversos programas. Y el planteo de una economía para todos, en el que se extrañan las medidas distributi­vas indispensa­bles para reducir la enorme desigualda­d.

Si se trataba de convencer a indecisos un folleto de este tipo ayuda poco. Reduce la propuesta considerab­lemente, enfatizand­o en que la proluesta de AMLO no difiere sustancial­mente en el cuidado de los equilibrio­s económicos fundamenta­les que tanto han proclamado los neoliberal­es. No es claro si con este folleto ganarán votos, pero sí es cierto que despertará­n preocupaci­ones.

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