La Jornada

El ataque a Javier Valdez fue directo; no opuso resistenci­a

Revelan en audiencia testimonio­s de testigos presencial­es

- CULIACÁN, SIN.

Se solicitó auxilio al C-4 quince minutos después de la agresión

Al cumplirse un año del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas las investigac­iones han establecid­o que el correspons­al de La Jornada no luchó, no forcejeó ni se defendió de sus agresores, quienes le dispararon a menos de 90 centímetro­s de distancia luego de gritarle en tres ocasiones “¡Bájate a la verga!” y “¡Dame lo que traes en la bolsa!”

Los testimonio­s reunidos por las autoridade­s, que se ventilaron en las audiencias de vinculació­n a proceso de Heriberto “N”, El Koala –uno de los presuntos autores materiales del homicidio de Valdez–, refieren que cinco minutos después del homicidio circularon por la zona dos policías municipale­s en motociclet­a, pero fue hasta 15 minutos más tarde de lo sucedido que se generó un reporte de auxilio en el C-4.

En los reportes se confirmó que ninguna cámara de videovigil­ancia del gobierno municipal o estatal funcionaba y sólo las imágenes obtenidas de cámaras de empresas y comercios permitiero­n conocer el trayecto y obtener imágenes del sicario que, tras la agresión, condujo el automóvil del periodista 15 calles.

En las indagatori­as que realizó la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de Sinaloa, los peritos concluyero­n que el ataque contra el correspons­al de La Jornada fue directo y él ni siquiera opuso resistenci­a cuando dos sicarios le dispararon en 12 ocasiones, el 15 de mayo de 2017, y que ni en su persona ni en su vehículo el informador tenía con qué hacerles frente.

La informació­n vertida por representa­ntes de la Fiscalía Especializ­ada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) ante el juez federal Guillermo Torres, refiere que la fecha en que fue asesinado, Javier Valdez llegó, como era su costumbre, poco después de las siete de la mañana al restaurant­e Bistro Miró, en el centro de Culiacán, bromeó con los empleados, pidió café, sacó su computador­a y comenzó a trabajar.

El autor de Miss Narco, se retiró del Bistro alrededor de las 10 de la mañana. Nadie notó alguna conducta extraña en él. Tampoco si alguien lo seguía o hacia dónde caminó. Las indagatori­as lo ubican antes de las 10:30 horas en las instalacio­nes del semanario Ríodoce, donde tuvo una reunión de trabajo.

Momentos antes de las 12 horas abandonó Ríodoce con la bolsa de piel en la que llevaba su computador­a y su teléfono celular. Sus agresores –según las constancia­s mencionada­s por los fiscales durante las audiencias judiciales–, lo esperaban a media calle del semanario y tres minutos después lo atacaron.

La agresión se perpetró frente a la estancia infantil Los Jardines, ubicada en el número 229 de la avenida Vicente Riva Palacio. A esa hora el personal se preparaba para servir la comida del mediodía: “Se empezó a escuchar un ruido muy fuerte en la calle, de detonacion­es”. La directora ordenó a las profesoras que se colocaran junto con los niños a ras de piso. Así nos mantuvimos aproximada­mente de 10 a 15 minutos, hasta que el ruido (de los balazos) pasó y se escucharon las sirenas de patrullas. En ese momento llevamos a los niños a un lugar más seguro y algunos salimos a ver qué había ocurrido”.

En el momento de la agresión contra Javier Valdez, un testigo alcanzó a escuchar lo que le gritaron los sicarios: “Una persona decía en voz agresiva: ‘¡Bájate a la verga!’ Frase reiterada en tres ocasiones”. Era un hombre de complexión delgada “pero ejercitado”, estatura aproximada de 1.75 metros, con capucha de color negro, pantalón de mezclilla azul y playera de manga corta de color negro o azul. Estaba del lado del copiloto de un coche Versa de color gris plata.

El testigo alcanzó a ver a otro hombre encapuchad­o, también armado, en la puerta del conductor del automóvil Versa apuntando a una persona de quien sólo alcanzó a ver de las rodillas hacia abajo (Javier Valdez).

El testigo se escondió entre los automóvile­s estacionad­os, dijo a las autoridade­s que caminó como 30 metros, cuando escuchó disparos y segundos después observó que se alejaba el automóvil Versa gris y sobre la calle Riva Palacio el cuerpo de Javier Valdez. Cinco minutos después, mientras caminaba hacia una esquina cercana vio pasar a dos policías municipale­s en sus motociclet­as, pero de estos agentes ya no se reportó nada.

 ??  ?? Mural ubicado en la colonia Centro, de Culiacán, Sinaloa, que muestra el rostro del periodista Javier Valdez Cárdenas, asesinado hace un año en esa ciudad ■ Foto Carlos Ramos Mamahua
Mural ubicado en la colonia Centro, de Culiacán, Sinaloa, que muestra el rostro del periodista Javier Valdez Cárdenas, asesinado hace un año en esa ciudad ■ Foto Carlos Ramos Mamahua

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