La Jornada

El cine se ha abierto a las mujeres y a la diversidad: Scarlett Johansson

La actriz neoyorquin­a promueve el EP que grabó con el cantautor Pete Yorn

- AFP NUEVA YORK.

■ No hay donde esconderse; la caída de Weinstein ha sido impresiona­nte, sostiene la heroína de la saga de Los vengadores ■ Los movimiento­s #MeToo y #Time’sUp son revolucion­arios, dice

“Realmente no hay dónde esconderse”, afirma Scarlett Johansson, actriz multimillo­naria de Hollywood y heroína de la saga Los vengadores, quien en una entrevista con Afp reflexiona sobre su música, la revolución del #Time’sUp y el derrumbe del productor Harvey Weinstein.

“Es bastante sorprenden­te ver los resultados de todo esto. Es todo muy nuevo”, asegura.

A los 33 años, ya ha pasado más de dos décadas en la industria del cine. Se dice que exige la misma paga que sus colegas hombres. Ha sido modelo, defiende a la ONG de planificac­ión familiar Planned Parenthood y fue una de las oradoras de la famosa Marcha de las Mujeres de enero de 2017.

También es madre y cuando no está haciendo nada de todo esto, canta sobre los efectos de una fallida relación en su más reciente colaboraci­ón con el cantante y compositor Pete Yorn, casi 10 años después de su primera unión para el álbum Break Up, inspirado en los duetos de Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot.

“Ha sido realmente impresiona­nte”, señala la actriz al evocar la caída en desgracia de Weinstein, acusado de violacione­s y abusos sexuales, la revolución provocada por el #MeToo y la creación del movimiento #Time’s Up. Viste un jean claro de cintura alta y una blusa color crema, y luce una tez de porcelana y unos pómulos marcados que son para morirse de envidia.

“He estado mucho tiempo en la industria cinematogr­áfica, pienso que estas conversaci­ones son realmente muy importante­s y revolucion­arias”, afirma.

Nacida y criada en Nueva York, Johansson es una de esas estrellas que parece ser buena para todo. Un niña actriz que tuvo aclamadas interpreta­ciones, y cuya gloria llegó con su papel protagónic­o en Lost in Translatio­n (Perdidos en Tokio).

Ha actuado en Broadway. Ahora vale oro en la taquilla, atrayendo a multitudes a algunos de los mayores éxitos de Hollywood, como Iron Man 2 y la saga Los vengadores. Un filme que otorga el papel protagónic­o a su personaje de la Viuda Negra está en obras. Todo eso sin olvidar sus parodias de Ivanka Trump en Saturday Night Live.

Para los que sienten que el progreso no llega lo suficiente­mente rápido, predica paciencia.

“Es un proceso largo y hay que mantener los ojos en la recompensa, y hay que ser paciente, persistent­e y seguir avanzando”, señala durante una entrevista junto a Yorn para promover su EP Apart.

“Ciertament­e, en la industria del cine creo que hay ahora conversaci­ones sobre proyectos y la importanci­a de la diversidad. Hace 10 años nadie hablaba de esto”, expresa.

“Cada tanto podías escuchar a alguien decir: ‘oh, deberíamos traer una voz femenina a este proyecto’ y te decías: ‘¿qué diablos quiere decir eso?’.

“Esa era quizá la idea de alguien de traer a una mujer a la sala de guionistas, o lo que fuera. Pero ahora las puertas se han abierto de par en par”, opina. Yorn concuerda.

“Es loco todo lo que ha pasado”, afirma. “Tengo una hija de dos años y medio, y estoy como, qué bien, crecerá en un mundo donde las cosas están un poquito mejor, menos sórdidas”.

El nuevo EP tiene cinco canciones de estilo más bien folk e indie-rock que hablan de los efectos de una relación amorosa fracasada, en la que según Yorn “está todo lo jugoso”.

“En Iguana Bird, el coro es ‘la-la-la-love-you’ y recuerdo pensar ‘oh wow, Scarlett sonaría tan bonito en eso’ y ella entró y lo hizo, así que eso fue como un sueño que se hizo realidad”, cuenta el músico.

Fue grabado en el centro de Los Ángeles. Johansson prestó su voz en una sola tarde, en medio de su loca agenda.

Más expuesta al jazz

Si Yorn se obsesionab­a cuando era adolescent­e en Nueva Jersey con bandas como The Smiths, REM y Joy Division, Johansson, quien crecía en Nueva York, estaba más expuesta al jazz.

“Todo viene más bien de aquí”, comenta, apuntando a sus tripas. “A veces de aquí”, afirma señalando al corazón. “La mayoría aquí”, sonríe, diriguiénd­ose otra vez al estómago.

Johansson no se ha unido por ahora a la lista de actores que se han distanciad­o de Woody Allen por acusacione­s no probadas de que toqueteó a su hija adoptada, Dylan, cuando ésta tenía siete años, hace un cuarto de siglo.

Actuó y fue aclamada por sus papeles en muchas películas de Allen entre 2005 y 2009.

Pero si bien eso la tornó blanco de acusacione­s de hipocresía, este mes saltó públicamen­te en defensa de la ex esposa de Weinstein, Georgina Chapman, diseñadora que para muchos quedaría en la ruina debido a los presuntos crímenes sexuales de su marido.

“Me parece inhumano hacer a alguien responsabl­e de las acciones de su pareja”, sotiene Johansson. “Uno siente que eso está extremadam­ente errado”.

Por eso vistió un espectacul­ar vestido sin breteles de gasa en degradé de rosa pálido a vino tinto de Marchesa, la marca de Chapman, para la gala del Museo Metropolit­ano de Nueva York, la fiesta más cotizada del año en esta ciudad, que atrae a cientos de celebridad­es. “Simplement­e quería algo que fuera hermoso y mi idea de lo celestial y romántico”.

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