Cristiano, “un maldito sicópata y mentiroso”, afirma su ex novia
Kathryn Mayorga, la ex modelo estadunidense que acusa al futbolista Cristiano Ronaldo de violación, recibió el apoyo de Jasmine Lennard, modelo y actriz inglesa, ex novia del portugués, quien asegura tener pruebas que pueden ayudar a la parte acusadora.
En una serie de mensaje en Twitter, Lennard ofrece ayuda y solicita que los abogados se pongan en contacto con ella para aportar pruebas contra Cristiano a quien califica de ser “un maldito sicópata y mentiroso”.
"Después de pensarlo mucho me dirijo a Kathryn Mayorga y a su equipo jurídico”, publicó Lennard; “para ofrecerles mi ayuda en sus acusaciones de violación contra Cristiano Ronaldo. Por favor, pónganse en contacto conmigo. Tengo información que creo que les podría beneficiar en su caso”.
En la acusación de Mayorga está asentado que en varias ocasiones le dijo que no quería tener relaciones sexuales a Cristiano, quien no atendió las advertencias. El portugués insiste que el acto sexual fue consentido.
Al respecto, Lennard protesta contra el acoso y el abuso que sufren las mujeres, porque continúa en su hilo de mensajes en Twitter en apoyo a Mayorga.
“Esa gente que abusa de sus posiciones de poder para acosar a personas que no pueden defen- derse por ellas mismas”, reclama Lennard; “no es no. No significa no. La palabra 'para' significa 'para'. Si tú continúas con un acto sexual cuando la mujer te está gritando que pares es que eres un violador y un monstruo, y me importa un comino que juegue bien al futbol o cante bien”.
Los abogados de Mayorga han mencionado que su representada no es la única que ha sufrido abuso sexual perpetrado por el ahora jugador de Juventus, por lo que este testimonio complica particularmente el entorno del portugués sobre este caso.
“Él legítimamente piensa que va a librarse de esto”, continuó Lennard; “me niego a estar sentada por más tiempo. No es lo correcto. Me hace sentir como si fuese su cómplice. Y no puedo”.
Lennard asegura que Cristiano llegó a amenazarla de muerte, que si iba con otra persona o incluso si salía de casa, la mandaría asesinar y descuartizar para arrojarla a un río.
“No le tengo miedo”, desafía Lennard; “he guardado todos sus secretos más sucios durante una década, pero esto ya ha ido demasiado lejos. No pienso defenderlo de estas acusaciones, porque creo que es culpable”.