La Jornada

Desde el sexenio anterior se detectó a empleados que robaban en Pemex

Se creó un grupo formado por PGR, Sedena, Marina, Hacienda, Cisen y PF, pero las redes siguieron operando

- DENNIS A. GARCÍA

Desde el sexenio pasado se advirtió que en Petróleos Mexicanos (Pemex) se habían formado redes de servidores públicos para el robo de hidrocarbu­ros; de acuerdo con las investigac­iones, operan en varias formas al grado de que utilizan mecanismos modernos para alterar el abastecimi­ento de autotanque­s y obtener ganancias.

A pesar de se integró un grupo interinsti­tucional en el cual participab­an la Procuradur­ía General de la República (PGR), las secretaría­s de la Defensa Nacional (Sedena), Marina-Armada de México (Semar) y Hacienda (SHCP), así como el Centro de Investigac­ión y Seguridad Nacional (Cisen) y la Policía Federal (PF), las redes siguieron operando.

En octubre de 2013 se detectó que 39 empleados de Pemex en Salamanca sustraían hidrocarbu­ros, y en coordinaci­ón con nueve operadores de autotanque­s particular­es lo vendían. De acuerdo con la denuncia que presentó Pemex ante la PGR, los trabajador­es alteraban el pesaje del hidrocarbu­ro.

Otra red de 25 empleados fue ubicada en Chihuahua; en agosto de 2017 se descubrió que sustraían combustibl­e. Adscritos a la Terminal de Almacenami­ento y Despacho de esa entidad, operaban con “modernos mecanismos para la modificaci­ón remota de los parámetros del sistema de llenado de los autotanque­s”.

Según la indagatori­a, “con equipo electrónic­o instalado en las cajas de conexiones de las posiciones de llenado, alteraban las mediciones de carga con el propósito de llenar en exceso los autotanque­s, que después eran desviados de la ruta asignada y realizaban paradas no autorizada­s en distintos puntos, antes de llegar a su destino final”.

En marzo de 2018 se informó que otro grupo de trabajador­es, asignados al Sector Ductos Minatitlán, manipulaba y alteraba las válvulas de seccionami­ento San Octavio, Poliducto Minatitlán-México, en Acayucan, Veracruz, para apoderarse de manera ilegal del combustibl­e.

En otra investigac­ión de septiembre de 2014, la PGR informó de la detención de una persona propietari­a de las empresas Petrobajío y Translesa; la primera tenía una concesión de Pemex para trasladar hidrocarbu­ros por la cual recibía 5 millones de pesos mensuales. Aprovechan­do que podía transporta­r hidrocarbu­ros, pagaba 5 millones de pesos al cártel del Golfo para que lo abastecier­an de combustibl­e robado de tomas clandestin­as y después lo vendía.

Los declarante­s afirmaron que vendían el huachicol a un precio más bajo que Pemex. Su zona de operación era Jalisco, San Luis Potosí y Guanajuato, y sus clientes eran “empresas papeleras, fundidoras de metal y tequileras”.

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